Comenzamos sugiriendo una pequeña reflexión ... ¿Has practicado la humildad en el día de hoy?
Tal vez deberíamos empezar aclarando un poco el término. En ocasiones, asociamos la humildad humana con el altruismo de esas personas que son capaces de dar y desprenderse de todo para ayudar a sus semejantes. Si bien es cierto que también podemos incluir esta faceta, la humildad, en realidad, es algo más que ese tipo de acciones. Es un bien interior, es una actitud, es un modo de pensar y sentir.
Muchos de nosotros estamos acostumbrados a priorizar las dimensiones que las sociedades modernas suelen enfatizar en nosotros: el individualismo, el apego al material, la competitividad, e incluso el "desechable", es decir, el consumir y desperdiciar, el vivir rápido ... En muchas de estas ideas existe una pincelada de sutil egoísmo, el otro lado de la balanza en el corazón de las personas humildes.
Hablamos hoy sobre eso, usted está invitado, como siempre, a reflexionar con nosotros.
La humildad que nace del corazón no conoce artificios. Es una apertura interior que se proyecta en otros para reconocerlos, para ofrecer respeto y confianza; es mirar con los ojos sin las ventas, sabiendo apreciar las cosas simples.
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La humildad y el poder de saber reconocer a los demásEn ocasiones, nos acostumbra a ver en el día a día ese tipo de comportamiento citado al principio. Personas acostumbradas a priorizarse a sí mismos, a cubrir sus necesidades pasando por encima de otros, a dejarse llevar por un día a día donde quieren experimentar la vida lo más rápido posible.
En muchos de estos perfiles vemos lo que el sociólogo Zygmunt Bauman llama "relaciones netas"
. Es decir, relaciones de amistad o amorosas con las que construimos vínculos fugaces y débiles. Tanto que, muchas veces, acaban de modo precipitado y sin necesidad de dar un adiós cara a cara. Basta con eliminar la "amistad" en las redes sociales.
En este tipo de comportamiento vemos una falta de conocimiento interior. De proyección, de madurez emocional, y por qué no decirlo, de humildad. La humildad que nace del corazón tiene un pleno conocimiento de sí mismo. Y al saber de forma plena como es uno, se puede, a su vez, reconocer las necesidades del otro. Es la sutileza de la empatía más sabia, es saber mirar el mundo con una mente abierta para captar cada matiz, cada emoción.Compartir
El mostrar apertura y reconocimiento a los demás es uno de los valores más básicos del ser humano. Todos necesitamos ser reconocidos como personas, necesitamos que aprecien nuestros esfuerzos, nuestras virtudes, nuestras necesidades ...
Si la madre y el padre no reconocen a sus hijos, no se sentirán seguros en cada uno de sus pasos. No sabrán lo que es la confianza, el apoyo ... Y el apego que desarrollan con sus progenitores no será ni seguro ni pleno.¿Y qué podemos decir de las relaciones amorosas?
Tener a nuestro lado una persona humilde, capaz de ver sus propios engaños, de actuar siempre con sinceridad, sin egoísmo, y sabiendo reconocer esas pequeñas cosas que construyen cada día el amor en la pareja, es sin duda el bien más valorado al que podemos aspirar.
El valor de saber perdonar
Perdonar no es un acto de debilidad. No es bajarse para quien nos hizo mal. Sólo las personas más valientes y humildes ejercen el perdón en su forma más sabia: para liberar el sufrimiento y avanzar con más fuerza.
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¿Cuándo fue la última vez que perdonó a alguien? Sabemos que perdonar no es algo simple y que no siempre es posible hacerlo.
¿Cómo perdonar a quien nos hizo mal de una forma expresiva?¿Y los padres que rompieron nuestra infancia? ¿O el compañero que nos hizo conocer lo que es la infelicidad más profunda?La verdad es que, aunque nos duele y sea difícil, el perdón es a menudo una excelente herramienta clínica en terapias individuales y de matrimonio
.Es el primer paso para la liberación emocional, es el deseo de abandonar el resentimiento, las emociones negativas y la tortura interior
. Perdonar libera y es uno de los mejores actos que simbolizan la humildad del corazón.Todo odio, resentimiento o aburrimiento nos hace cautivos del dolor
, así ... ¿por qué no nos liberamos? ¿Por qué no perdonar?Ser humilde de corazón es un ejercicio sano que se practica todos los días y que nos puede traer grandes beneficios. Es aprender a llevar una vida sencilla descubriendo el valor de lo que es importante: el amor, la amistad, la felicidad cotidiana ... Es saber reconocer y saber perdonar. Es mirar el mundo con esperanza y el alma suavizada de armonía
Cortesía imagen: Gregory ColbertRecomendados para usted