Bill Porter fue una de esas personas que vino al mundo para dar a todos una gran lección de vida. Tuvo la infelicidad de nacer con parálisis cerebral, algo que traía bastante dificultad para su vida pues afectó en su caso el movimiento de sus brazos y piernas. También afectó su habla, impidiéndole hablar de manera normal. Nació en San Francisco, en Estados Unidos, pero desde muy joven vivió su vida en Portland, Oregón, también en Estados Unidos, con su madre.
Desde niño tuvo que soportar un bullying constante de sus compañeros de escuela. Esto principalmente porque casi toda la parte derecha de su cuerpo era muy atrofiada, con un sistema nervioso deficiente. Estamos hablando de la década del 30, época en que aún existía un gran prejuicio con personas que se encontraban en ese tipo de situación y en que no se hablaba de inclusión. Pocos entendían que la limitación evidente para algunas actividades no lo limitaba a la amplia gama de opciones de la vida.
Sólo había una persona que confiaba ciegamente en su potencial: su madre. Ella sabía que el niño era totalmente consciente, y que tenía gran interés en aprender y evolucionar. Por eso, desde muy temprano su madre siempre lo alentó a seguir adelante.
"Lo que puede medir nuestro valor es lo que hacemos con las oportunidades que tenemos".
-Vince Lombardi
La pasión que trajo la motivación para Bill Porter
Bill Porter no quería pasar la vida condenado a no hacer nada. Su mente era inquieta y él soñaba con ser útil para el mundo, emprendiendo un camino de evolución. Incluso con su condición, adoraba el área de ventas. A él le gustaba el contacto con las otras personas y veía en ese trabajo una gran oportunidad para evolucionar. Fueron muchas las personas que le dijeron que sería imposible ser un vendedor debido a sus limitaciones físicas.
Su madre nunca dudó de él. Por eso, ella le animó a buscar un trabajo como vendedor. Bill Porter afortunadamente la escuchó. Incluso con mucho miedo, fue a las tiendas de la empresa Watkins Incorporated, que comercializaba artículos de higiene. Al ver sus deficiencias, el gerente negó cualquier empleo a él. No creía posible que un niño con todas las limitaciones que él poseía consiguiera vender cualquier cosa.
Bill Porter se sintió inmensamente frustrado. Una vez más, su madre le animó a seguir buscando. De ese modo se volvió a la misma empresa al día siguiente, y pidió hablar con el gerente. Él propuso al gerente hacer una prueba. Pidió que le diera la peor ruta de ventas que tenía la empresa. Aquella que ningún otro vendedor quería hacer.
El gerente dudó, pero ya que el niño no se iba a dar por vencido, le dio la peor ruta de ventas. Su suposición era que él pronto iba a desistir, después de uno o dos días, pues no aguantar la presión. De ese modo, se libraría de él más fácilmente. Una historia que se convirtió en una leyenda
Al día siguiente, Bill Porter se presentó pronto en su nuevo trabajo.
El gerente había designado una ruta muy lejos para él, en un lugar de difícil acceso y con perspectivas de venta prácticamente nulas. Él debería recorrer un total de 16km diariamente. En aquella época, las ventas se hacían de puerta en puerta. Eso no intimidó a Bill, que se dispuso a realizar su trabajo con gran animación. Sin embargo, como era de esperar, nadie quería comprar nada.Llegó la hora del almuerzo y Bill Porter fue a comer la merienda que su madre había preparado en un parque. Era un sándwich, pero no un sándwich normal, éste tenía un detalle muy especial.
Dos palabras estaban escritas con ketchup en el sándwich: paciencia y persistencia . Al ver ese mensaje que su madre le había dejado, Bill recuperó la esperanza que había perdido en su mañana de puertas cerradas tras puertas cerradas.Poco a poco empezó a conocer a la gente de la ruta de ventas que le habían asignado. Ganó la simpatía de muchos de ellos con su sencillez, su carisma y su entusiasmo. Él consiguió hacer su primera venta. Después la segunda. ¡Después vinieron muchas más! En el mismo lugar que todos los demás vendedores despreciaban,
Bill Porter trazó un camino de éxito, tanto financiero y personal. En poco tiempo se convirtió en el mejor vendedor de la empresa. Bill trabajó durante 40 años para esa compañía. Durante todo ese tiempo él ganó premios, medallas y admiradores. En 1995 un periódico local se interesó por su historia y quiso publicarla. Fue así que la gente pasó a conocer a ese hombre maravilloso, cuando él ya estaba a punto de retirarse. Gracias al periódico, Bill recibió miles de cartas y llamadas de todo el mundo. Se convirtió en una gran celebridad.
Su historia fue hasta llevada al cine en el año 2000. Él murió a los 81 años, en el año 2013, como un hombre completamente realizado.