Los celos entre hermanos son relativamente comunes y normales en la infancia. Este es un tema importante y que suele preocupar a los padres, porque el hermano mayor parece sentir que otro niño está tomando su lugar. De repente, él "gana un hermanito" y ya no es el rey de la casa. Ahora, necesitas compartir el trono con alguien que parece exigir más atención, con alguien que colecciona muchas miradas y sonrisas. Alguien con quien va a empezar a compararse ...
Esta situación en que el niño ya no ocupa aquel lugar donde estaba feliz y se sentía tan segura, acaba generando miedo. Miedo de perder un lugar privilegiado. Un lugar donde todos la miraban, la protegían, la amaba. Ahora, parece que ese amor (ya totalmente establecido y seguro) está amenazado.
La mente del niño destronado piensa en algo como: "¡No soy más importante para mis padres! Necesito hacer algo. También quiero recibir la atención que está recibiendo "! Es por eso que empiezan esas batallas interminables para obtener la atención que recibía antes. Una atención que ahora tendrá que ser compartida.
Cuando el nacimiento del hermano es una catástrofe para el primogénito
El niño destronado se siente frustrado e impotente. Su mente le susurra mensajes de miedo, ya veces mensajes que son un poco catastróficos. Todas ellas tienen que ver con su supervivencia: su amor ya no es retribuido, no es digno del amor que recibía. Ahora, tendrás que luchar por ese amor. Tendrá que hacer algo para recuperar el mismo tipo de cariño y atención recibidos anteriormente sin ningún esfuerzo.
Normalmente estos celos entre los hermanos van desapareciendo a medida que los niños crecen. El problema ocurre cuando esos celos racionalmente lógicos no cesan y se intensifican a lo largo del tiempo.
En ese caso, otras variables están interviniendo y los padres deben tener cuidado. Este sentimiento no puede ser minimizado y necesita ser observado con atención. Muchas veces, los padres acaban dando más atención al niño celoso, pero eso no es suficiente para ella. En cierto modo, actúa de esta manera para seguir recibiendo ciertos "privilegios" que de otra forma no conseguía tan fácilmente.
Es importante entender que cada caso es único y tiene sus propias peculiaridades. Hay niños que ya tienen una cierta predisposición a los celos. Para otros estos episodios de rabia (del nuevo hermano) se desarrollan sólo en esa situación particular ... O hay nacimientos que coinciden o desencadenan una serie de disturbios emocionales en los padres ... Cada familia y sus circunstancias son únicas.
Comprender el origen de los celos entre hermanos
Como cada caso es único, el origen de estos celos entre los hermanos debe ser entendida. Esto puede ser un reflejo de la personalidad del niño o del estilo afectivo de sus padres. Los celos entre los hermanos también pueden reflejar el momento emocional que la familia está atravesando, el momento en que el nuevo nacimiento ocurrió ... etc.
Si logramos comprender cómo nuestro niño destronado está sufriendo, podremos comprenderla mejor y actuar con serenidad. El niño tiene sus propias emociones y es igualmente digna y merecedora de respeto, no importa su edad. No podemos permitir que esas emociones conflictivas generen más sufrimiento y caos familiar de lo que ya están generando.
Los episodios de rabia contra el hermano menor necesitan ser resueltos: converse bastante con el hijo mayor. Si esta mano resuelve, la próxima vez lo pones de castigo, pero siempre explicando el por qué. Es preciso prestar atención y aprobar los comportamientos positivos que nuestro hijo demuestra.Todo comportamiento de cooperación y autoconfianza debe ser reconocido, valorado y reforzado.En la mayoría de los casos, es lo que el niño necesita: sentirse seguro, tener confianza en sí mismo y en su entorno cercano.
Crear un ambiente emocionalmente estable para el niño forma parte de la solución
Los ambientes muy variables e inestables acaban generando un caos en el desarrollo emocional del niño. Por lo tanto, en la medida de lo posible, debemos generar ambientes saludables donde los niños se sientan protegidos y seguros del cariño de sus padres. Normalmente, los niños aprenden a través del ejemplo de los adultos. Por esta razón, es muy importante enseñar a nuestros hijos valores que ellos puedan utilizar en sus interacciones con los demás: valores positivos como la solidaridad o la alegría. En vez de percibir las conquistas de las personas con rabia y envidia, percibirlas como algo que no afecta su seguridad ayudará a nuestro hijo a ver la realidad con otro color. Una realidad más limpia será saludable para su desarrollo emocional, evitando así el surgimiento de los celos entre los hermanos.
Será difícil para el niño alegrarse con el éxito de su hermano, si percibe en las actitudes de sus padres un rechazo ante los logros o buenas noticias en relación a los demás. El niño se sentirá más seguro en un ambiente donde sus buenas cualidades son valoradas , que en un ambiente en el que sus fallas son constantemente apuntadas. Sería una forma de educación "positiva", en la que aplaudimos los comportamientos saludables y buscamos extinguir aquellos menos adaptativos y más perturbadores.
¿Has tenido casos de celos entre hermanos en la familia? ¿Cómo manejó esta situación?