¿Las personas inteligentes son más susceptibles a la depresión? No siempre son las que toman las mejores decisiones. Un CI alto no es garantía de éxito o certeza de felicidad. En muchos casos, esas personas quedan atrapadas en el nudo de sus preocupaciones, en el abismo de la angustia existencial y en la desesperación que consume las reservas del optimismo. Existe una tendencia popular de ver a todos estos genios del arte, de las matemáticas o de la ciencia como personas más quietas y tristes, como personas muy peculiares y con un comportamiento diferenciado. Y en el caso de que se trate de una persona que no sea de su familia,
"La inteligencia de un individuo es medida por la cantidad de incertidumbres que él puede soportar".
- Immanuel Kant -
Sin embargo, ¿qué hay de real en todo esto?
¿Existe una asociación directa entre un CI alto y la depresión? Bien, podemos decir en primer lugar que la inteligencia elevada no contribuye necesariamente al desarrollo de algún tipo de trastorno mental. Existe un riesgo y una predisposición a la preocupación excesiva, a la autocrítica ya la percepción de la realidad de forma muy sesenta, tendiendo a la negatividad. Todos estos factores contribuyen en muchos casos a formar la depresión. Ahora, por supuesto, hay excepciones. En nuestra sociedad actual tenemos personas brillantes que aprovechan su potencial invirtiendo no sólo en su propia calidad de vida, sino también de toda la sociedad.
Sin embargo, hay muchos trabajos, estudios y libros que revelan esta tendencia singular, especialmente entre las personas que tienen un CI por encima de 170 puntos. La personalidad de las personas más inteligentes"El cerebro creativo" es un libro muy útil para entender cómo funciona la mente y el cerebro de las personas más inteligentes y creativas. En él, la neurólogo Nancy Andreasen realiza un estudio detallado que demuestra que hay una tendencia bastante significativa de los genios de nuestra sociedad para desarrollar diferentes trastornos
: trastornos bipolares, depresiones, crisis de ansiedad y especialmente trastornos del pánico.
El propio Aristóteles decía que la inteligencia camina "de la mano" con la melancolía. Los genios como Isaac Newton, Arthur Schopenhauer o Charles Darwin sufrieron momentos de neurosis y psicosis. Virginia Woolf, Ernest Hemingway y Vincent van Gogh llegaron al extremo de acabar con sus propias vidas.
Todos ellos son personas conocidas, sin embargo, en nuestra sociedad siempre hubo genios silenciosos, incomprendidos y solitarios que habitaron sus propios universos personales desconectados de una realidad que les parecía caótica, sin sentido y decepcionante. CompartirEstudios que investigaron si las personas inteligentes son más susceptibles a la depresión
Sigmund Freud y su hija Anna Freud estudiaron el desarrollo de un grupo de niños con CI de más de 130 y llegar a la conclusión de que aproximadamente el 6% de ellas terminó desarrollando un trastorno de riesgo la depresión.
También se conocen los trabajos de Lewis Terman, pionero en la psicología educativa a principios del siglo XX. En 1960, comenzó un largo estudio con niños con capacidades elevadas, llamadas de termitas por el equipo del psicólogo. Ellas tenían un CI por encima de 170 puntos y participaron en una de las experiencias más famosas de la historia de la psicología. Pero, a partir de 1990, comenzaron a sacar algunas conclusiones importantes.Inteligencia elevada: una carga muy pesada
Las "termitas", los niños de Lewis Terman, que ahora son adultos de edad avanzada, dicen que
la inteligencia elevada está asociada a una menor satisfacción de la vida. Aunque muchas de ellas han alcanzado fama y una posición relevante en la sociedad, muchas intentaron suicidarse varias veces o se entregaron a los vicios, como el alcoholismo.
Otro aspecto significativo que este grupo de personas ha declarado y que también puede ser visto en personas con grandes capacidades intelectuales es que
son muy sensibles a los problemas del mundo.
No se preocupan sólo por las desigualdades, el hambre o las guerras. Las personas muy inteligentes se sienten aburridas ante comportamientos egoístas, irracionales o sin lógica. La base emocional y los puntos ciegos en las personas muy inteligentes Los expertos dicen que las personas muy inteligentes a menudo pueden sufrir del trastorno disociativo de personalidad.
O sea, ellas ven sus propias vidas de arriba, como el narrador que usa una voz en la tercera persona para ver su realidad con objetividad, pero sin sentirse totalmente participante de ella. Este enfoque generalmente presenta "puntos ciegos", un concepto que tiene mucho que ver con la Inteligencia Emocional y que Daniel Goleman desarrolló en un libro interesante con el mismo título. Los puntos ciegos son autoenganos, fallas graves en nuestra percepción de la realidad, dificultad para aceptar las cosas como son. Las personas muy inteligentes suelen concentrarse exclusivamente en las deficiencias de su ambiente, en esa humanidad hostil, en ese mundo extraño y egoísta por naturaleza, donde es imposible adaptarse.
Muchas veces no poseen habilidades emocionales adecuadas para relativizar
, para encajar mejor, para encontrar la calma dentro de esa jungla exterior y de esa desigualdad que las confunde tanto. De esta forma, podemos deducir que las personas muy inteligentes a menudo sufren deficiencias graves en el aspecto emocional. Esto nos lleva, a su vez, a otra conclusión: al CI elevado, que es siempre muy valorado, debe añadirse otro factor importante cuando se trata de desarrollar pruebas psicométricas. Estamos hablando de la "sabiduría", de ese conocimiento vital para desarrollar una verdadera satisfacción diaria, para dar forma a un buen autoconcepto, una autoestima elevada y habilidades adecuadas para invertir en la convivencia y en la construcción de una felicidad real, simple, pero concreta.