Ley de Parkinson: ¿por qué acabamos haciendo todo a la última hora?

Cyril Northcote Parkinson fue un historiador inglés que trabajó durante muchos años en el Servicio Civil Británico. La experiencia que acumuló en su trabajo le permitió publicar en 1957 un libro cuyo título es "La Ley de Parkinson y otras investigaciones de administración". En este trabajo él formuló su famosa ley, que en realidad no es sólo una, sino varias.

Parkinson observó con cuidado la forma en que el trabajo se desarrolla en las dependencias del Estado. Con base en su experiencia cotidiana, logró descubrir patrones que le permitieron definir sus principios básicos. La Ley de Parkinson puede resumirse a tres postulados fundamentales:

  • "El trabajo se expande hasta completar el tiempo del cual se dispone para su realización."
  • "Los gastos aumentan hasta cubrir todas las ganancias."
  • "El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia. "

" ¿Usted ama la vida? Entonces, si usted ama la vida, no desperdice el tiempo, porque el tiempo es el bien del cual la vida se hace. "
-Benjamin Franklin-

Desde su creación, los conocedores del tema comprobaron varias veces la validez de la Ley de la ley Parkinson. También ha servido como guía para proponer nuevos métodos de trabajo y de administración del tiempo en las áreas de productividad.

La ley de Parkinson y la administración del tiempo

La principal aplicación de la ley de Parkinson se da en la administración del tiempo. Su primer enunciado apunta: "El trabajo se expande hasta llenar el tiempo del cual se dispone para su realización". Esto significa que si usted tiene una hora para realizar una tarea, usted utilizará una hora para hacerlo. Pero si usted tiene un mes, tardará un mes.

La verdad es que todos los días somos testigos de la vigencia de esta ley: Por ejemplo, cuando los estudiantes disponen de dos o tres meses para entregar un trabajo, pero terminan haciéndolo 24 horas antes de la fecha de entrega. O cuando hay que finalizar una tarea profesional por la tarde y usted divaga hasta algunas horas antes del cierre preestablecido, y durante ese lapso hace todo lo que no había hecho anteriormente.

Este principio está relacionado a otro enunciado que Parkinson denominó "La Ley del aplazamiento". Se establece que cuando disponemos de tiempo, siempre habrá la tendencia a posponer todo aquello que hay que hacer. Pero, ¿por qué sucede esto? Simplemente porque el tiempo es un concepto altamente subjetivo. Depende mucho más de nuestra percepción interior que del verdadero transcurrir de las horas.

Parkinson también notó que cuanto más tiempo dedicamos a una tarea, más compleja se vuelve y más difícil es terminarla. Si tenemos la sensación de que desde hace mucho tiempo por delante, miramos más los detalles y solemos ir por los bordes, tratando de cubrir hasta los aspectos mínimos de la tarea. Sin embargo, si disponemos de poco tiempo, "metemos la mano en la masa" sin dar tantas vueltas en el asunto.

Un mal burocrático que todos copiamos

Parkinson también notó que los asuntos menos importantes son los que acaban ocupando la mayor parte del tiempo. Por lo tanto, su tercer gran enunciado "El tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda es inversamente proporcional a su importancia." Al parecer, los asuntos relevantes demandan una actitud seria y exigen enfoques precisos. Por eso necesitan ser enviados con más eficiencia. Por otro lado, los asuntos triviales hacen que todo el mundo quiera participar y diga cualquier cosa que le venga a la cabeza. Por lo tanto, les dedicamos más tiempo.

Aunque la ley de Parkinson se ha definido después de observar la burocracia, la verdad es que

se aplica a prácticamente todas las personas. Y no sólo implica aspectos relacionados a la administración del tiempo, sino que también se extiende a otros ámbitos de la vida, como los gastos o la organización de los espacios físicos. Parkinson apunta que "los gastos aumentan hasta cubrir todas las ganancias". Esto quiere decir que no importa cuánto gana, usted siempre encontrará una manera de "estar en el límite" e incluso con deudas.

Una persona puede vivir con cierta renta sin ningún problema. Si su renta aumenta, esto no significa que ella contará con un excedente de aquí en adelante, pero que organizará sus finanzas de forma que no sobre nada. El resultado de todos estos patrones de conducta es una gran ineficiencia. El tiempo y el dinero nunca son suficientes. Sin embargo, si analizamos con atención, esto se debe a la forma equivocada como los administramos. De hecho, este artículo que usted está leyendo fue escrito siguiendo la recomendación de Parkinson: dividir el trabajo en subtareas y establecer un tiempo límite para completarlas. El resultado: terminé en la mitad del tiempo habitual. ¿Qué tal usted experimentar también?