Hablar consigo mismo: una práctica muy terapéutica

Hablar consigo mismo en voz alta tiene poco que ver con insanidad, así como establecer un diálogo interno para disminuir tristezas y ralentizar las preocupaciones. Además, pocas prácticas son más terapéuticas. Porque, después de todo, todos vivimos con nosotros mismos y comunicarnos con su propio ser es algo vital, algo catártico y emocionalmente necesario para cuidarnos como merecemos.

Con gran acierto, Aldous Huxley decía que hay sólo una pequeña parte del universo que podemos conocer en profundidad y mejorarla, esa parte es nuestra y nos pertenece: nosotros mismos. Sin embargo, por más curioso que parezca, no siempre damos la atención que esa parte merece. Nos descuidamos como alguien que deja su diario personal en el cajón, como quien deja las llaves de casa en bolsillos ajenos. "Ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan amplios como el hombre que desciende a las profundidades de su corazón."- Julien Green-

Además, según los psicólogos explican, todos nosotros hacemos uso del diálogo interno; sin embargo, hacemos de la peor manera posible. Un ejemplo: Ethan Kross, conocido científico de la psicología emocional de la Universidad de Michigan, se dio cuenta de que el ser humano es irremediablemente propenso a la auto conversación negativa.
Él mismo lo percibió una mañana mientras estaba atento a su teléfono. Sin darse cuenta, atravesó una franja de peatones con el semáforo rojo. Después de esquivar por poco de un coche que estaba a punto de atropellarlo, se sorprendió al pronunciar su propio nombre en voz alta, recriminando lo estúpido que podría ser.

La mayoría de nosotros lo hace. Cuando algo no sale como esperamos o cuando cometemos un error, no tarda para salir esa ávida voz de la conciencia diciendo cuán torpes o inútiles somos. Y es ese persistente diálogo interno negativo que nos lleva a serios estados de desamparo ya sortear peligrosamente el abismo de la depresión. Vamos a evitar esto: cambiemos el discurso. El profesor Ethan Kross, mencionado anteriormente, realizó una serie de experimentos en la Universidad de Michigan, con los que concluyó algo tan interesante como útil:

las personas que conversaban consigo mismas y que comenzaban sus estudios los diálogos pronunciando su nombre tenían más éxito

en sus vidas, mostraban mayor seguridad personal y aparentaban ser más felices. Esto puede parecer ingenuo a primera vista. Sin embargo, conversar con nosotros mismos nos permite algo que no podemos dejar de lado. El cerebro funciona mucho mejor, su capacidad de percepción se vuelve más hábil y también administramos de forma adecuada nuestro mundo emocional.

Por lo tanto, no estamos frente a ninguna fórmula sin base. El diálogo interno tiene un beneficio claro comprobado por la ciencia, y hay muchos estudios que nos demuestran eso.

Veamos más datos en detalle. El diálogo consigo mismo mejora nuestra capacidad intelectual Hablando consigo mismo no nos hará más inteligentes de un día para el otro. Lo que va a suceder es que mejorar nuestra capacidad intelectual. Es decir, potenciaremos nuestra atención, nuestra capacidad de reflexión,

decidiremos mejor, nuestra concentración estará más enfocada y controlaremos las distracciones. "Algo tan simple como decir a nosotros mismos" María, concéntrate más y piense en lo que vas a hacer con este problema "o" Carlos, estás perdiendo su tiempo inútilmente, calma y reflexiona sobre lo que está pasando " nos ayudará sin duda a mejorar muchos de nuestros procesos cognitivos. "Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes y conocer a sí mismo." - Benjamin Franklin -

Hablar consigo mismo mejora la autoestima

Cada uno de nosotros vive en un determinado ambiente y con una serie de personas con las que el mismo se pone mejor o peor. Sin embargo, además de todo ese contexto, compartimos la vida con nosotros mismos. ¿Por qué nos excluye entonces de esa ecuación?

¿Por qué no salir con nosotros mismos durante el día para tomar un té o un café y hablar de cómo están las cosas? Nadie nos llamará locos, y quien lo hace ciertamente pierde una de las mejores técnicas de autoayuda y de crecimiento personal. Estas son algunas pequeñas muestras de esto: Hablar consigo mismo nos permite "enfocar el momento presente con las emociones presentes" para tomar conciencia de ellas, comprenderlas y gestionarlas.

El diálogo interno también es una poderosa fuente de motivación, la más sincera, la más confiable y la que nunca debe fallar. Entonces, incluso en las situaciones más adversas, nada puede ser más energético que decir a sí mismo "Vaya adelante, Angela, usted está teniendo dificultades, pero usted no puede desistir ahora, vamos allá". Por otro lado, algo que también nos explican en una publicación del "Quarterly Journal of Experimental Psychology" que al hablar en voz alta, activamos un "interruptor" en la corteza cerebral, donde se basa la conciencia del "yo". De este modo, desarrollamos un control psicológico mejor para pensar con mayor claridad y de forma más eficiente.

Igualmente, al dar lugar a esa voz interior más tranquila y segura,
ganamos perspectiva y relativizamos los pensamientos negativos y persistentes.

Para concluir, algo que conviene tener en mente sobre los beneficios de hablar con usted mismo es que

eso sólo será posible si podemos controlar la conversación interna negativa en primer lugar. Esa que poco a poco nos susurra que "por más que usted intente va mal" o que "usted se equivocó nuevamente, está claro que usted no tiene solución".

Vamos a evitarlo. Después de todo, no hay nada peor que transformarnos en nuestros peores enemigos. Recordemos, por ejemplo, la manera como Sócrates definió los pensamientos: "son una conversación honesta que el alma tiene consigo misma. Buscamos entonces no maltratarla. Vamos a cuidar de ella como el bien precioso que es y hablar con ella de forma positiva, constructiva y afectiva.