Me pregunto repetidamente: ¿Qué quieres? Y como colecciono intentos fallidos de no pensar con el corazón, decidí asumir, para mí, que soy una confesa receptora de sentimientos (sin filtros, creo que desafortunadamente, estoy decidiendo aún).
Como si mi corazón fuera un bote mágico que se adapta al volumen de sentimientos recibidos sin nunca desbordar o estar demasiado lleno, él está siempre abierto y por qué no decir, siempre pasando por apriete.
Otro día estaba escuchando una conferencia del Gasparetto donde él decía que la gente idealiza mucho las relaciones y, 'si es de aquellas románticas entonces, son las que más se hierran y dan cabilla', él dijo. ¿Quién soy para discrepar? ¡Sabes algo, ese Gasparetto!
Intenté, entonces, no romantizar. ¡Seamos prácticos! Hablé para mi corazón. La vida es así, cada uno tiene su forma y usted nunca encontrará esa tapa para la olla que la gente busca, la zapatilla vieja para el pie cansado, pare con eso! Así es que es, necesitamos encarar los hechos de que las relaciones que duran son aquellas donde un lado hace concesiones en lo que es intragable en el otro.
¿Pero qué puedo convencer de eso? No hay manera, no entra en mi cabeza que sea posible que tengamos una relación así, y ser feliz al mismo tiempo. Hasta que haya diferencias, porque yo tampoco vivo en el mundo de la luna (creo), pero tiene que tener un intercambio positivo mucho mayor para hacer valer la pena. Esa de tragar sapos, no me pasa.
No es posible que mi ideal de relación sólo exista en la ficción y, si es así, todo resuelto, necesito encontrar a un guionista para envejecer conmigo! Pero mientras sigo buscando y frustrarme, me puse a pensar en lo que quiero. En el tipo de amor que quiero ...
Quiero un amor que me haga feliz
Que necesite de mi compañía, de mi sonrisa, de mi buen humor, de mi calor en la almohada al lado. Un amor que vibre con mis conquistas y me sacuda en mis derrotas para no darme por fracasado y desistir. Quiero un amor que divida la botella de vino en el silencio de la casa y si en el auge del porre quiere carcaje y luego llorar conmigo, vamos a hacer así.
Quiero un amor que camine de pies descalzos en la playa, sintiendo la arena en los pies, el viento desordenando los cabellos, que mete junto conmigo aquel océano inmenso y respire la paz que siempre siento cuando miro con respecto a aquella inmensidad imponente.
Quiero un amor que le guste la misma música ridícula que yo y que aumente el volumen para cantar mal cantado aquel estribor horroroso que vamos a olvidar en el verano siguiente. Y que sea curioso y me presente cantantes nuevos y aprenda una melodía conmigo para cantar en la ducha.
Quiero un amor para beber conmigo aquella taza de café el domingo por la mañana y derribar conmigo la lata de leche condensada, sólo porque a la gente le gusta pecar de vez en cuando. Quiero un amor para dividir las palomitas viendo aquella comedia romántica que adoro y que llore conmigo en aquella parte en que curiosamente muchos se ríen.
Quiero un amor para mi soledad. Una que me abraza apretado y diga que entiende que odio quedarse solo, pero que a veces sucede y que va a quedar todo bien, luego va a pasar. Quiero un amor que respete mi mirada de lamentación al abrir la ventana y ver que el día es hermoso, pero que estoy con ganas de quedarme dentro de casa, aún así. Quiero un amor que tenga pique para poner un tenis y hacer una caminata larga conmigo para llegar a un parque donde no tiene nada ... Pero es un parque, poxa. Mi amor comprendería cómo eso ya significa tanto.
Quiero un amor que entienda si me quedo horas absorta en los comentarios de las cosas que escribo y si me pierde en las horas divagando en los textos de mis pensamientos y perder la hora de ir a la cama.
Quiero un amor que entienda que a veces voy a besar a mis hijos y sentir que son la cosa más importante de mi vida, y voy a oler su cuello mientras duermen y tumbarse con ellos y olvidar el mundo, olvidarse de volver para mi cama o para sacarlos de allí, porque yo quería incluso que ese momento durara lo máximo posible. Ellos van a crecer ... Y ya no me dejan oler el cuello de ellos ... No quiero perder esas súplicas de "me deja quedarme contigo" mientras ellas no vengan de mi boca.
Quiero un amor para mis momentos de TPM, cuando mi propio pensamiento me sacó de serio y terminé siendo ríspida conmigo misma en una respuesta atravesada. Que él sepa, va a pasar. Que él recuerde, no soy siempre así. En la mayor parte del tiempo yo hasta que soy bien cool. Quiero un amor que me encuentre una compañía divertida, una mujer inteligente, una niña carente, un ser humano con hormonas.
Quiero un amor que aprecie a la compañía de mi silencio cuando esté absorta en la lectura de un buen libro.
Un amor que acepte mis defectos, mis inconsistencias, mi romanticismo y mi inmadurez duelando con la mujer responsable y sobria que necesito para sobrevivir.
Quiero romance, cariño, tesón, practicidad, responsabilidad, madurez, infantilidad, carencia, independencia, sobriedad y depresión.
Aquel amor que va a pasar el último grano en la pizza y posponer el pago de la cuenta de luz, y que va a llamar al albañil cuando el caño se rompe y se preocupa por las cuentas al final del mes.
Quiero un amor irresponsablemente responsable Que le guste la casa limpia y de la ropa en el varal exhalando el suavizante, pero que deshace el armario y el baño y deje varios intercambios de pijamas en la esquina de la habitación para guardar después, cuando la voluntad golpee. Que más en el desorden organizado de mi vida y no psique con eso.
Quiero un amor que no tabule cosas de hombre y mujer, pero que la gente haga juntas o separadas las cosas que nos den voluntad, sin establecer reglas de quien tenía esa responsabilidad.
Y queriendo tantas cosas de un amor, para después nunca encontrarlas en nadie en quien proyecta mis expectativas que juzgué, fueran irreales, comprendí y vendí a mis ex amores que la culpa era mía. "No es usted, soy yo", era la clave de mi discurso sobre el fin que siempre establecía en mis relaciones. Por fin, al cuestionarme repetidas veces sobre el tipo de amor que quiero y amargura en la soledad del vacío al no encontrar ese sentimiento en alguien, creo que he encontrado, en fin, el tipo de amor que necesito, que me entiende , comprende mis necesidades, respeta mis limitaciones y las imperfecciones y me hace muy especial cuando veo mi potencial, mis cualidades y las razones por las cuales yo soy, aunque demasiado exigente conmigo y con quien va conmigo, una mujer con quien vale la pena vivir.
Busqué ávidamente en alguien la respuesta para lo que yo quería, y sobrecargué a muchos con lo que necesitaba, para finalmente calmar mi corazón en el encuentro con ese amor que me llena y me está enseñando a cuidar de mis vacíos, cuando no puede ser llenado por nadie más.
Es un amor paciente y persistente, y va a necesitar ser, porque todavía tengo mucho que aprender.
Es un amor sobrio, también conocido como ... ¡Amor propio!Y cuando llegó, me di cuenta, no había sido capaz de amar verdaderamente a nadie, porque él me faltaba y su ausencia me cegaba. Percibí que vivía en mí la capacidad de ser lo que quiero encontrar, para que cuando el amor llegue, yo no lo sobrecargue con mi querer, pero sepa ser, simplemente, el amor de alguien.