El legado de mi abuelo, un vínculo eterno

El legado que mi abuelo dejóno se mide en bienes materiales, ni siquiera en viejos relojes o en fotografías en blanco y negro.

El auténtico regalo fue el tiempo compartido, los lentos paseos arrastrando hojas secas en la vuelta del colegio, el sabor del chocolate que él guardaba en su bolsillo o las horas frente al mar, en un verano que conocía mil historias. Mil historias que transitaban entre la realidad y su inventiva. Los abuelos son ese vínculo tan intenso entre generaciones, encargados de transmitir valores, de educar, desde las emociones, desde la experiencia hasta una serena complicidad. Son socios de juego, confidentes y consejeros. El papel del abuelo tiene múltiples facetas básicas en esa sociedad.

CompartirAunque el papel del abuelo también es el de educar, su misión no es exactamente la misma que la que los padres deben tener. Un abuelo, una abuela, ya vivió su instante de paternidad, ahora es el momento de ejercer un papel diferente e incluso de revisar la propia infancia.

Son árboles de la vida que albergan a las nuevas generaciones.

El abuelo, mi pedestal y reserva de sabiduría

Nunca llegaremos a saber si nuestros abuelos pidieron ser abuelos ... Los nietos llegan al mundo esperando ser amados, cuidados y lanzados al futuro con confianza y seguridad.

Todo niño necesita establecer vínculos firmes con aquellos que la rodean , y si los padres son importantes, los abuelos no son menos.Nosotros, los nietos, cargamos un poco de su sangre y, de algún modo, perpetuamos su legado con nuestra generación

. Sin embargo, todavía hay muchos otros aspectos que nutren ese vínculo y que van más allá de un código genético en común.1. Los abuelos pueden parar el tiempo¿Usted conocía esa capacidad presente en la mayoría de los abuelos? Cuando volvía de la escuela y su abuelo iba a buscar, ya sabía que la tarde tomaría un aire más distraído, más relajado. También no sabemos si nuestros abuelos habían pedido "reanudar", con su propia infancia, pero, de alguna manera, estaban casi condenados a eso.

Compartimos juegos y juegos con nosotros. Actualmente ya son bastante hábiles con la tecnología, incluso. Compartimos risas y confidencias con sus nietos,

establecen instantes con una carga emocional intensa y diferente de las que se construyen con los padres.Los abuelos casi nunca prohíben; son un poco más permisivos y, además, saben escuchar. Tienen tiempo y, más aún, consiguen que"el tiempo pare para sus nietos".

2. La función del abuelo y la función de la abuela Este dato es curioso y al mismo tiempo cierto, en la mayoría de los casos. De acuerdo con diversos

estudios de la gerontología y de la psicología familiar, el papel que los abuelos ejercen suele ser diferente del papel de las abuelas.

Ellos son pura dedicación, cuidado y atención.

Son las que se preocupan por nuestra alimentación, nuestro bienestar, que, en cierto modo, están más centradas en la realidad y en el día a día, con el propósito de ser útiles. Los abuelos, a su vez, proporcionan ese momento del pasado y un legado personal para transmitir a los nietos a través de mil historias, de mil relatos, que los niños escuchan con ojos atentos y corazón inflamado.Los niños adoran escuchar historias, conocer su origen y ver el mundo a partir de la mirada sabio de sus abuelos. Es una sabiduría única que perpetúa de generación en generación, y que nunca se olvida.3. Son aliados en momentos de crisis

El abuelo y la abuela son esos árboles inmensos que albergan a toda la familia en momentos de armonía y en épocas de tormenta . Los adolescentes, por ejemplo, suelen encontrar cierta calma al tener ese vínculo con sus abuelos que, a su vez, sirven de mediadores con los padres.A menudo los abuelos son criticados por ceder mucho, porque nunca pueden dar una negativa y ser un poco partidarios con los nietos, antes que con sus hijos. Los abuelos están en un momento de su vida donde dejan de lado los conflictos y priorizan el valor emocional y la proximidad con sus familiares, por encima de todas las cosas.

Mi abuelo no era sólo un contador de historias, era un hombre que no soporta el silencio de una casa vacía o el ruido de un salón donde flotan discusiones y peleas.

Mi abuelo era un océano de calma que aportaba una brisa eterna en los momentos de crisis familiar.

Nadie nunca supo cómo lo hacía, pero gracias a él, tuve una infancia segura y feliz. Como muchos otros.Y llena,

muy llena delegados personalesmás valiosos que el tesoro de aquellos piratas de su historia de leones marinos.Créditos de la imagen: PJ Lynch la galería