Nunca había pasado por nuestra cabeza que quedarse en silencio podría convertirse en un lujo. Una cosa de la que pocas personas pueden disfrutar. Aquellas personas que pueden escapar de las rutinas, las cuales hacen que no tengamos tiempo para nosotros mismos, que nos someten y nos hacen temer la soledad y el silencio.
Los ambientes en los que vivimos hoy son tan ruidosos y nos adaptamos de tal manera que pensamos que estar solo y en silencio es algo negativo. Algunas personas, incluso, sienten ansiedad en esos momentos. Así, es importante responder algunas preguntas a nosotros mismos para reconocer las implicaciones de este tipo de miedo o limitación. No nos damos cuenta, pero
evitamos constantemente permanecer en silencio. Buscamos el ruido incluso cuando tenemos la oportunidad de alejarnos de él. Deberíamos preguntarnos cuál es el motivo de tener miedo al silencio. ¿Nos sentimos solos si no hay ruido? Conectamos la radio o la televisión en casa cuando estamos solos porque no soportamos la presión de la ausencia de ruidos? ¿Vamos a lugares ruidosos porque la soledad de nuestro hogar nos atormenta? Ni pasa por nuestra cabeza practicar yoga o meditación. ¡Qué estrés quedarse quieto y en silencio absoluto!
Nuestra mente necesita quedarse en silencio
La verdad es que
conseguir ese silencio del que hablamos no es una tarea fácil e insertar un poquito de eso en nuestra rutina puede ser un desafío aún más difícil. Muchos de nuestros deseos, de nuestras aspiraciones o de nuestras preocupaciones están donde hay ruido. Un ruido externo y un ruido interno, en una corriente de pensamientos con un flujo agotador que nunca para. Se realizaron varios estudios sobre este tema. Son especialmente presentes aquellos en que se compara a las personas que viven en las grandes ciudades con aquellas que viven en ambientes rurales. Las diferencias nos dejan de boca abierta. Las personas que viven o trabajan en lugares con mucho ruido, que duermen oyendo el ruido o la agitación de una ciudad que no son vulnerables a sufrir determinados problemas de salud.
Problemas en el sistema circulatorio, estrés, ansiedad ... Si buscamos las principales causas de todo esto, será fácil encontrar la falta de descanso en las primeras posiciones. Nuestro piloto automático, después de años y años actuando de la misma forma, está preparado para saltar de un estímulo a otro.
El silencio nos molesta, estar en silencio nos deja nerviosos. Estas frases son sólo creencias que intentan justificar algo que no queremos ver en nosotros mismos. ¿De qué tenemos miedo?
Sin embargo, nuestra mente necesita permanecer en silencio. Pues, sólo gracias a la ausencia de ruido nuestras neuronas pueden potenciar su crecimiento.
Además, nuestra mente y nuestro cuerpo se relajan, liberándose de preocupaciones que pueden ser una acumulación de problemas y tensiones originadas por el ruido exterior. Porque cuando hay ruido no podemos oír. Si no nos oímos, difícilmente podremos contar con una mente lúcida y clara. El ruido y la agitación nos alejan de nosotros mismos Como dice el budismo: "el ruido y la agitación nos alejan de nosotros mismos". ¿Quién dedica tiempo para conocerse a sí mismo?
Quien se presente con algunos minutos de meditación al día para calmar la mente, relajarse y lidiar con los pensamientos que intenta ignorar, por más perjudiciales y traicioneros que sean, pero que al mismo tiempo no dejan de ser invasivos y de causar malestar ? Es complicado, ¿no es así? Cuando hay tantas tareas urgentes, cuando el tiempo para nosotros mismos siempre puede ser pospuesto para más tarde ...
Además, quedarse en silencio es mucho más que practicar meditación o dejar la mente en blanco - una creencia totalmente errada sobre esas prácticas. Es dejar de vivir en el piloto automático y disfrutar más del presente.No es necesario hacer grandes cosas. Sólo saborear una comida, disfrutar de los sabores, disfrutar del sonido de los pájaros cuando paseamos por la naturaleza. Todo esto significa vivir. Porque si existe una cosa que estar constantemente insertada en ambientes ruidosos provoca que no vivimos, existimos. ¿Para que? Para hacer lo que necesitamos hacer, sin aprovechar, sin cuidar de nosotros mismos y sin dar importancia a lo que poseemos. Sólo nos movemos por motivaciones que muchas veces no son nuestras, sino ajenas.
"Algunas personas encuentran el silencio insoportable porque tienen mucho ruido dentro de ellas mismas." -Robert Fripp- No debemos huir de estar en silencio. Debemos apagar la televisión y abrir un libro. Hacer ejercicios en un parque sin usar auriculares.
En nuestra vida cotidiana ya estamos sometidos a un ruido constante. ¿Por qué continuar provocando eso en los momentos en que tenemos tiempo para nosotros mismos?
¿Tenemos miedo de conectarnos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea? ¿De qué estamos huyendo?