El trabajo, además de ser un apoyo financiero o salarial, la mayor parte de las veces también puede ser considerado una fuente de bienestar y equilibriopsicológico y / o social. De ese modo, cuando no hay empleo, se generan varios cambios en la vida de la persona que hacen que valga la pena dedicar un artículo a la psicología del contexto del desempleo.
Cuando una persona busca empleo por primera vez o ha trabajado durante años y de repente se ve en una situación de desempleo, puede terminar por experimentar una serie de transformaciones emocionales, psicológicas y sociales. Así lo afirma la Asociación Americana de Psicología (APA). "En comparación con las personas que tienen trabajo, las personas desempleadas corren el doble del riesgo de sufrir problemas psicológicos, tales como depresión, ansiedad, síntomas psicosomáticos, bajo bienestar psicológico y autoestima baja".Es necesario tener en cuenta que la situación de desempleo es una experiencia que trasciende la objetividad de la falta de ocupación, ya que es vivida e interpretada de diferentes formas de acuerdo con una serie de circunstancias individuales, incluyendo los recursos psicológicos que la persona afectada dispone y el ambiente en que vive.Según las diferentes investigaciones realizadas y la opinión de especialistas profesionales, encontramos una serie de fases y factores comunes en relación a los efectos psicológicos que pueden surgir en la situación de desempleo. En la continuación de este texto trataremos de identificarlos.
Fases que una persona enfrenta después de perder el empleoGeneralmente,la primera reacción ante la llegada del desempleo es la perplejidad con una mezcla de escepticismo y miedo.Similar a una situación de choque en la que están presentes sentimientos de desorientación y confusión, acompañados de una sensación de fracaso e incapacidad de hacer planes para el futuro.
Más tarde, se sigue una fase de recuperación, caracterizada por un optimismo irreal, teniendo la impresión de "estar de vacaciones", lo que implica que a pesar de todo, la persona no se considera como desempleada. De esta forma, la pérdida de empleo se percibe como algo temporal.
Pero si la coyuntura no se revierte, se crea una situación en la que la persona ya no puede seguir viviendo su condición como si estuviera de vacaciones y, en ese momento, es asaltada por el temor de que su estado de desempleo se prolongue por el tiempo . Es en ese momento que la persona comienza a hacer un esfuerzo más incisivo para encontrar trabajo, obteniendo las primeras experiencias de rechazo.Cuando todos los esfuerzos no dan resultado, el individuo se siente pesimista y puede presentar síntomas de ansiedad, con períodos de melancolía e irritabilidad, y en muchos casos con la aparición de trastornos psicofisiológicos. En esta fase, son cruciales el apoyo familiar y las habilidades de enfrentamiento de la persona.Posteriormente tiene lugar el reconocimiento de la propia identidad de desempleo junto con todas sus características psicológicas. Aparecen ideas fatalistas mientras que la demanda de empleo es reducida, sin tener perspectivas de éxito. De este modo, el individuo ve el desempleo como un fracaso personal en vez de social, lo que lo conduce al aislamiento.
Con el paso del tiempo,la experiencia social es empobrecida debido a la alteración de la estructura de la vida cotidiana y la tendencia a alejarse de la vida social, al sentirse avergonzados e inseguros. Situación que se agrava regularmente por la indiferencia y el desprecio por parte de los demás que lo consideran débil. Por lo tanto, no es raro que la persona entre en una espiral depresiva, donde su capacidad de enfrentamiento activo es cada vez más débil y la probabilidad de sucumbir a ciertas tentaciones, como las drogas, es cada vez mayor.Las características psicológicas del desempleo
Por lo tanto, uno de los primeros impactos del desempleo es el padecimiento del síndrome de la invisibilidad, como afirma el profesor de psicopatología de la Universidad de Murcia, José Buendía. La persona que sufre de este síndrome siente que "no la ven, que está perdida en medio de la multitud, considerándose totalmente fuera del sistema económico-social.
Además, la situación de desempleo provoca un sentimiento de tensión en muchos de los individuos que no encuentran el primer empleo o que ya han desempeñado alguna actividad profesional, pero que ya no la pueden ejercer. Esta situación representa para la persona una alteración de la estructura social a la que estaba acostumbrada, habiendo perdido su identidad profesional.El desempleo puede llegar a provocar un sentimiento de incapacidad personal y de culpa. Aumentan los comentarios críticos en relación a nosotros mismos y la reprensión, generando un mayor estrés y una disminución o pérdida de la autoestima.
CompartirLa persona se aislará de los demás, culminando en un deterioro de las relaciones familiares y sociales.
En algunos casos, la sintomatología depresiva puede aumentar, como con el surgimiento de sentimientos de tristeza o apatía. En otros casos, aparecen sentimientos de irritabilidad, miedo, preocupación y / o sintomatología ansiosa. La situación de desempleo incluso se ha relacionado con la aparición de trastornos psicofisiológicos.El desempleo provoca un malestar psicológico que necesita una atención especializada y dirigida, ya no para la búsqueda de empleo, sino para la reconstrucción de la persona que se fue desgastando por el camino.También necesita la empatía social, de que dejemos de ver al desempleado como culpable de la situación en que se encuentra, pensando que lo que diferencia la situación de él es algo que nada tiene que ver con suerte, cuando en la mayoría de los casos eso no es verdad.
Bibliografía:
-Buendía, J. (1989).Aspectos psicológicos y psicopatológicos del desempleo: depresión y apoyo social. Psiquis, 2, 47-53.
-Buendía, J. (1990).Psicopatología del desempleo. Anales de Psicología, 6 (1), 21-36.