Hay personas que, cuando pasan por nuestras vidas, dejan una marca difícil de borrar.Son personas que, como una droga, nos sostienen y nos hacen experimentar sensaciones extraordinarias. De fuera, ajenas a su efecto, alteran nuestra propia química desequilibrando todo el organismo. En los sentimientos, así como en los vicios, el placer suele andar de la mano con los efectos colaterales.
La cabeza se pierde en la fantasía del detalle mientras el cuerpo busca encontrar una base firme donde agarrarse mientras lucha para no caer. La boca calla y proporciona argumentos para sí misma para convencerse de que todo continúa como antes. El cuerpo se viste con la fantasía de la normalidad buscando disfrazar el torbellino interior que la mirada es incapaz de ocultar. La resaca de la emoción
Cuando aparecen, son capaces de provocar una ola capaz de alterar un mar en calma.
Pero la marola trae consigo una resaca que poco a poco se desvane hasta volver a formar parte de aquella corriente de agua sosegada.
"Porque así es el mar siempre: calmado, asustadizo, pero nunca quieto." -Angeles Mastretta-
Toda acción lleva consigo una acción contraria.
Las emociones intensas y complejas afectan la mente y el cuerpo interfiriendo en su equilibrio y forzando movimientos cuyo único fin es volver a estabilizar lo que los sentimientos desequilibraron.
"Con toda acción siempre ocurre una reacción igual y contraria: significa que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y orientadas en sentido opuesto"-Terce ley de Newton o principio de la acción y reacción- Después de la desorganización causada por el impacto , hay que esforzarse para volver a poner en el lugar todo lo que quedó desorganizado. Hay terremotos que pueden hacer temblar los edificios mejor construidos. Pero a pesar de los temblores, ellos aguantan, como aquellos rascacielos en los que el pináculo se balancea mientras la base permanece firme. Perdí la razón para volver a encontrarla
Miré al precipicio con la intención de mirar y no caer. Estaba atada a la razón, pero con un tirón y sin previo aviso, ella huyó por la ventana. Se fue sin preguntar y me dejó mirando el precipicio, la cuerda vacía y la ventana que aún permanecía abierta.
"Entré en la boca del lobo, pero sucede que yo no quería otra."
-Sara Búho-
Volví a mirar el precipicio y, aunque todavía me daba mareo, yo era consciente de que mis pies seguían tocando el suelo. Cierro la ventana para que no escapara lo que todavía me quedaba, y cuando abrí la puerta para irme encontré la razón, volviendo muy asustada.
Y mirándome a los ojos, la razón me preguntó: "¿quieres que me quede o quieres que me vaya?". Respondí fingiendo que conocía la respuesta mientras me oía haciendo parecer que mi opinión realmente era importante.
Usted es el caos dentro de mi orden
Usted es una droga con efectos secundarios.
Usted es la sustancia que me provoca una revolución, me sacude y me deja temblando durante días.
Un golpe que me atormenta y empaña mi juicio, dejándome a merced de sentimientos que tienen rumbo propio.Aquel que sin intención grita en las rejas de una jaula - donde no fue invitado - para transformar en caos la orden. Y bendito caos que por un instante emociona y nos deja boquiabiertos, recordándonos de lo que creíamos haber olvidado.
La diversión está justamente en eso, en el caos. En desordenar lo que estaba perfectamente colocado. En no atenerse a lo previsto e improvisar en función del corazón.
CompartirSin embargo, lo que seduce durante la noche puede desorientarlo al día siguiente.No hay droga que no cause efectos colaterales.
Efectos que sólo el tiempo y las manos adecuadas pueden hacer desaparecer.