¿Qué podemos hacer para calmar a los niños nerviosos? Llevar con nuestros hijos no siempre es fácil, especialmente en los momentos en que sus emociones están "a flor de piel" y no pueden controlarlas. Cuando nuestros hijos están nerviosos, los vemos sufrir y deseamos hacer todo lo posible para que sus sentimientos negativos se calmen cuanto antes.
Sin embargo, a veces necesitamos alguna ayuda externa para poder tranquilizarlos. En este artículo usted encontrará 3 técnicas psicologicas eficaces para calmar a niños nerviosos.
Las mejores técnicas psicológicas para calmar a niños nerviosos: consideraciones previas
Vamos a enumerar algunas consideraciones previas para que usted pueda elegir la técnica que puede ayudarle en cada momento:
Dependiendo de su propia personalidad, de la relación que usted tiene con sus hijos y de su modo de ser, algunas técnicas serán más útiles que otras. Por lo tanto, es importante que experimente varias de ellas hasta encontrar la que funciona mejor en su situación específica.
- Es esencial que usted permanezca tranquilo durante todo el proceso. Cuando su hijo está nervioso o ansioso, él necesita que usted, que es su figura de referencia, le asegure de que todo quedará bien. Por eso, utilizar técnicas como la respiración profunda o la meditación puede ser útil antes de intentar calmar sus emociones incontroladas.
- Recuerde que por mejor que sea la técnica, usted necesitará un poco de paciencia para que funcione adecuadamente.
- Las técnicas para reducir la ansiedad o el nerviosismo de sus hijos no funcionarán como magia. En algunas ocasiones sus emociones estarán muy alteradas. En este momento, su trabajo será aguardar el paso de la tormenta y acompañarlos durante el proceso. Técnica 1: dé un nombre a sus emociones Uno de los problemas más comunes sufridos por los niños nerviosos con sus emociones descontroladas es que ven todo esto como algo muy poderoso y aterrorizante. Por lo tanto, la primera de nuestras técnicas psicológicas para calmar a niños nerviosos es ayudar a dramatizar su ansiedad.
El funcionamiento de la técnica es muy simple:
basta con pedir a su hijo para imaginar un nombre divertido para las emociones desagradables que está sintiendo. Es importante que el nombre sea el menos amenazador posible. Después de encontrar un nombre que parezca adecuado, todo lo que su hijo necesita hacer es mandar esas emociones sin embargo. Por ejemplo, si él decidió que sus emociones serán llamadas "Pepe", su hijo podría decirle algo así:
"Déjame en paz, Pepe! "Pepe, deja de hacerme sentir así!" Cuando ponga un nombre divertido en sus sentimientos y converse con ellos en voz alta, su hijo conseguirá minimizar lo que está sintiendo y será capaz de calmarse rápidamente.
Técnica 2: escuche a su hijo
Cuando alguien habla de sus problemas, generalmente uno de nuestros primeros impulsos es ayudarle. Pero en el caso de nuestros hijos, como todavía son menos racionales que los adultos,
aplicar la lógica para explicar que todo va bien no siempre funciona tan bien como debería.
Es por eso que, con nuestros hijos, intentar mostrar que nada malo va a suceder puede aumentar su ansiedad. En vez de eso, intente oírlos atentamente y demostrarles todo su amor. Por ejemplo, a través del contacto físico, con besos y abrazos. En general, si su hijo se siente comprendido y protegido, su nerviosismo disminuirá casi inmediatamente.
Técnica 3: dé a su hijo un objeto que lo calme
Varios estudios muestran que es posible asociar un objeto a una determinada emoción.
Por ejemplo, si su hijo tiene un bicho de peluche especial, o algún accesorio que le dé seguridad (como un pañuelo o una pulsera), aproveche! Las investigaciones más recientes indican que dormir con un bicho de peluche ayuda a los niños a superar los miedos nocturnos. Este mismo principio puede ser aplicado en muchas otras situaciones: si su hijo tiene miedo del primer día de clase, ¿por qué no hacerlo llevar algo que le deja tranquilo?
Si es algo lo suficientemente pequeño, los demás niños no se darán cuenta.
Esta técnica será aún más eficaz si usted le dice a su hijo cuál es su intención y pedir que elija un objeto para acompañarlo en sus malos momentos. De esta forma, el niño se involucrará más en el proceso y los sentimientos positivos serán más intensos.