El famoso científico Benjamin Franklin dijo una vez que "un padre es un tesoro, un hermano un consuelo, un amigo es ambos". De acuerdo con esa frase, sería comprensible que hiciéramos un esfuerzo extra para agradar a nuestras amistades. Sin embargo, ¿por qué en muchas ocasiones también hacemos esfuerzo para complacer a las personas de las que no nos gusta? Y ... ¿Por qué este curioso fenómeno recibe el nombre de efecto de Ben Franklin? La explicación nace de una historia muy curiosa, que no podemos dejar de compartir. Este relato se basa en una acción cotidiana, ya veces inconsciente, que nuestros cerebros realizan para librarnos de esa incomodidad producida por la disonancia o falta de coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos. ¡Vamos a ver!¿Cuál es el origen del efecto de Ben Franklin?
El origen del efecto Ben Franklin es realmente curioso.
Sabemos que Benjamin Franklin, inventor del para-rayos, fue uno de los fundadores de Estados Unidos.
Pero esa importante figura tenía un fuerte opositor en la Asamblea Legislativa. Este formidable adversario no tenía ningún problema en demostrar públicamente sus objeciones al programa político del científico, tanto en público como en privado. Esta singular animosidad no pasaba desapercibida por Franklin y, además, le preocupaba fuertemente. Sin embargo, la forma en que quiso solucionarla es curiosa. Para ello, se propuso ganar la confianza de su crítico adversario. Para eso, Franklin no pensó en otra cosa además de pedir un favor a su opositor. Como sabía que estaba tratando con una persona de alto nivel cultural, decidió pedir un ejemplar excepcionalmente raro de su biblioteca privada, sin que en el fondo Franklin tuviera gran interés por tal obra.
El adversario, frente a esa petición, se sintió especialmente honrado y halagado, por lo que no tardó en responder. Fue así que Franklin ganó a su adversario, abriendo espacio primero para una aproximación y luego para una amistad que duró toda su vida.
"Tome tiempo para elegir a un amigo, pero sea más largo para cambiarlo." -Benjamin Franklin- ¿Qué hay detrás del efecto de Ben Franklin? Aunque esta singular historia dio origen al nombre del efecto Ben Franklin, la verdad es que esconde una base psicológica profunda. Así, detrás de esa necesidad tan humana de agradar, en verdad, se fundamenta una disonancia cognitiva, o mejor, está motivada por el interés en evitar que ocurra tal disonancia.
O sea, lo que Franklin logra con su petición es provocar una contradicción en su adversario : por un lado son fuertes adversarios políticos, por el otro puede hacerle un favor. La situación en sí no es contradictoria, sin embargo, es probable que el adversario de Franklin percibía cierta contradicción en ella: un sentimiento de antipatía política frente a una manera simpática de actuar. La percepción de una contradicción de este tipo suele producir un malestar, de manera que la persona suele reajustar su manera de pensar. Fue precisamente eso que el adversario de Franklin hizo, probablemente también porque el valor que representaba su comportamiento (el de prestar el libro) tenía una mayor deseabilidad social y personal que una animosidad basada únicamente en motivos políticos.
Así, de alguna manera,
el adversario de Franklin, para justificar su generosidad, tuvo que cambiar la visión que tenía de él. Por otra parte, esta nueva perspectiva facilitó, sin duda, el comienzo de una amistad que más tarde sería consolidada.
¿El cerebro intenta justificar lo injustificable?
Aparentemente nuestro cerebro intenta justificar nuestras acciones y lo hace tratando de no perjudicar la imagen que tenemos de nosotros mismos.Es ese hecho que hace aparecer la disonancia cognitiva. A continuación, tomamos medidas para que desaparezca. Por ejemplo, en un conflicto bélico -que sabemos que es injustificable, pero al mismo tiempo participamos (aunque con la complicidad del silencio) - nuestra mente busca razones que justifiquen nuestra postura. Esas razones pueden estar vinculadas a la defensa de la libertad, al patriotismo o incluso a la religión.
Por otro lado, los motivos o las noticias que pueden justificar nuestra posición a partir de ese momento serán más alentadores. Van a llamar nuestra atención y vamos a guardar en nuestra memoria con una facilidad mayor. Como usted puede percibir, la disonancia cognitiva forma parte de nuestra vida.En el nivel profesional y personal, en muchas situaciones enfrentamos la justificación de actos con los que no estamos de acuerdo.
De hecho, es muy probable que ya haya trabajado con personas de las que no le gusta o ya ha tenido la delicadeza de ayudar a alguien de quien no le gusta. En cualquier caso, su mente va a activar mecanismos para explicar y justificar esa acción. Así pues, lo más probable es que, después de hacer un favor a una persona, usted tenga una opinión mejor que la de antes sobre ella.
"Preste dinero a su enemigo y usted va a ganarlo; preste a su amigo y va a perder. " -Benjamin Franklin- Es curiosa la forma en que nuestra mente funciona. Ella intenta proteger la imagen que tenemos de nosotros mismos y la coherencia entre nuestros pensamientos y nuestras acciones al modificar nuestras opiniones. Además, este fenómeno no para ahí, ya que una vez producida la justificación o la nueva opinión, seremos más sensibles a todo tipo de información que la apoye y más escéptica en relación a cualquier fenómeno que se oponga.