Hay muchos tipos de madres y no todas acertan al ejercer ese papel. Existe la madre tóxica que causa mucho dolor por su estilo de creación y por un apego mal entendido, o por una proyección de deseos frustrados en sus hijos e hijas.
Pero la mayoría de las madres quiere el bien de sus hijos y cuida de ellos con una responsabilidad y entrega indescriptible. Su madre estará ahí, incluso cuando todos hayan ido. Hasta cuando usted mismo no sabe quién es, cuando está perdido en la vida.
Es necesario valorar el trabajo de las madres, que es tan minimizado, no reconocido y hasta menospreciado a veces. Para muchos, el mayor orgullo de nuestra vida es tener a nuestra madre con nosotros.
Las madres que se retiran
Las madres renuncian a mucho más cosas de lo que imaginamos para crearnos y hacernos felices. Hace algún tiempo renunciaban a prácticamente todo porque la sociedad no permitía ser madre, mujer y trabajadora al mismo tiempo.
Ahora la situación es otra; hubo un cambio positivo en ese aspecto, pero todavía hay un largo camino por delante hasta el día en que una madre no necesita renunciar a nada por querer tener un hijo y criarlo sin sentirse culpable.
Aún así, las madres se abren mano y en algunas ocasiones esto genera tristeza dentro de ellas pues diversos otros sueños, también importantes, acaban siendo dejados de lado ...
Las madres son tan generosas y poseen tanto amor por sus hijos que al ver -los en sus brazos por primera vez quedan inseguras en relación al futuro y respecto de cómo ejercer su papel de madre. Serán madres como puedan, o simplemente pasan a no importarse tanto porque ahora su hijo está junto a sí.
"La mano que balancea la cuna es la mano que gobierna el mundo." -William Ross Wallace-
Para muchas madres ha sido así: su vida, su proyecto.Nadie tiene el derecho de criticar o juzgar, porque ser madre es asumir un papel sin entrenamiento ni instrucción, y eso se lleva adelante con mucho amor.
Las madres que luchan para que la vida de sus hijos sea mejor que su
Muchas madres curan por completo la herida de sus sueños frustrados y de sus anhelos haciendo cualquier cosa por sus hijos para que un día puedan llegar a hacer en su vida lo que deseen.
verlos felices es un éxito personal, el mayor premio por todo el trabajo silencioso que se hace durante muchos años. Agasajándonos cuando sentimos frío, enseñando buenos valores, preocupándose en secar nuestras lágrimas después de momentos difíciles, apostando en nosotros cuando nadie lo hace.
Cuando nos avisan sobre algún camino no ser un buen camino, y entonces descubrimos efectivamente no ser, volvemos y no hay ninguna reprobación de su parte. Ellas se quedan felices por el aprendizaje y por tenernos nuevamente cerca. asumen que llegará el momento del crecimiento para nosotros.Sentirán en esa hora el nido vacío, pero el corazón pleno de vernos felices y libres.
Siempre dicen que las madres quieren lo mejor para nosotros y esta suele ser la verdad.Es para eso que hacen jornada intensiva de 24 horas de trabajo, ya que no descuidan de nosotros ni por un momento.
Ellos sufren en silencio cuando saben que estamos mal y tristes. Sus ojos se llenan de orgullo cuando alguien les dice que somos personas buenas y educadas. Se emocionaban cuando estábamos en la escuela y continúan emocionando cuando ya somos adultos.
Cuando parece que no queda nada, su madre estará allí
Ella nunca abandonará, aunque usted diga que no necesita de ella ... Las madres saben que cuando los hijos dicen tales cosas es el momento en que estar a su lado es más importante que nunca. Ellas se quedarán con usted, dando refugio en un hogar que es también su propio hogar.
Las heridas de su vida se curarán porque su madre, con su naturalidad y compañía, le da calma, refugio y comprensión ... Es del lado de ella que comprende que no perdió el norte, que el estrés y el convencionalismo se quedan lejos, y puede ser realmente usted, con todos sus matices."Hay muchas maravillas en el universo, pero la obra maestra de la creación es el corazón materno"
-Ernest Bersot- Madres son nuestro refugio, nuestro norte, tienen nuestro corazón
y no queremos ni imaginamos lo que sucederá cuando no estén más allí. Es por eso que ahora, en vida, es nuestro deber hacer a nuestras madres felices y darles nuestro cariño. Dedique el tiempo que ella merece y tenga en mente que como ella lo ama, nadie amará.
El amor entre madres e hijos es inigualable. Siempre hay tiempo para aprovecharlo, porque es el más sincero y maravilloso de nuestra existencia.