Hay mucho más que fuerza detrás de una personalidad resistente. Después de todo, la fuerza verdadera no viene de la habilidad física, sino de una voluntad indomable. La persona resistente es el reflejo de la actitud que no comprende las rendiciones, que puede caer ocho veces y levantarse diez, que se permite fallar y continúa mirando el mañana con esperanza.
Aunque ya habíamos oído hablar de ese tipo de personalidad en algún momento, es interesante saber que la concepción de su conceptualización surgió en la década de 1980 en el campo de la psicología social. Suzanne C. Kobasa, una psicóloga de la Universidad de Chicago, quería entender lo que algunas personas tenían de "especial" que eran capaces no sólo de tolerar mejor el estrés, sino también de aprender de las circunstancias más adversas, con las situaciones más difíciles . "El hombre que se levanta es más fuerte que el que nunca cayó". -Viktor Frankl- La personalidad resistente fue definida en aquella época como una combinación sutil entre ciertos componentes biológicos y el aprendizaje que algunas personas quita de sus experiencias en la sociedad. Actualmente este enfoque ha cambiado un poco: podemos entender esta serie de capacidades como
un potencial indiscutible que todos debemos desarrollar. De hecho, las grandes empresas comenzaron a valorar además de un buen currículo a "Mental Toughness", que podría traducirse como tenacidad mental, junto con una personalidad resistente. Porque en una sociedad tan compleja y competitiva como la actual, ya no es suficiente ser brillante y talentoso. Debemos poner todos nuestros recursos en acción para "salir adelante" en cualquier campo, en cualquier ambiente y en cualquier circunstancia.
Las cuatro características de la personalidad resistente
Peter Clough, profesor de Psicología Aplicada en la Universidad Metropolitana de Manchester, es una de las principales referencias en el estudio de la personalidad resistente y de la tenacidad mental. En sus libros como "Developing Mental Toughness", nos ofrece diferentes herramientas y pruebas psicométricas para evaluar las cuatro dimensiones que componen ese tipo de personalidad. Además, un aspecto que debemos tener muy claro sobre el asunto es que nadie nace con una personalidad resistente.
Ninguno de estos planteamientos mentales y fuerzas internas viene de fábrica, sino que son el resultado de una serie de pensamientos, atribuciones y actitudes que debemos asumir a partir de nuestras experiencias, nuestros éxitos y, por supuesto, de nuestros fracasos. 1. Confianza: la capacidad de creer en sí mismo
No hay peor enemigo que el que habita nuestro propio interior.
Nuestra representación interna determina nuestro comportamiento. De esta forma, si alguien se ve abatido, frágil, herido y atrapado en las redes de la indecisión, raramente alcanzará algo bueno, algo que lo satisfaga. No será capaz de enfrentar un desafío, una dificultad.
Ralph Waldo Emerson dijo que la confianza en sí mismo es el primer paso para el éxito y el bienestar. Algo que seguramente podríamos traducir de otra manera: nuestra vida es nuestra autoestima. Compartir Para confiar en nosotros mismos y en nuestra autoestima, no hay otra opción que reunir fuerzas para enfrentar los miedos, alimentar nuestro autoconcepto y dejar de lado muchas de las atribuciones heredadas que limitan nuestro verdadero potencial.
2. Capacidad de control: calma y positividad
La personalidad resistente sabe que no tenemos control sobre la vida y las adversidades. Ella es plenamente consciente de que no puede controlar todo lo que sucede en su vida, todo lo que sucede a su alrededor o incluso todo lo que el destino le reserva para el futuro.La personalidad resistente sabe que una gran parte de la vida está gobernada por la incertidumbre y enfrenta todo lo que sucede de una forma diferente. Ella encuentra fuerzas donde los demás ven debilidades, y sigue adelante. Además, incluso en medio de todas las dificultades, ella cree que siempre será posible alcanzar nuevos logros, nuevos aprendizajes y objetivos importantes.
3. Enfrenta los desafíos sin miedoEl psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi dijo que
los cambios son parte de la vida, y aceptarlos de la mejor manera posible puede ser un incentivo para nuestro crecimiento personal. Sin embargo, los desafíos y cualquier tipo de cambio en nuestras vidas cotidianas traen consigo el miedo, el estrés y la inquietud. La personalidad resistente se caracteriza principalmente por una clara flexibilidad cognitiva y por una gran tolerancia a la ambigüedad. Su visión interna, tranquila y madura, le permite ver cada desafío no como una amenaza, sino como un momento para reunir los recursos internos y enfrentarse a las adversidades de forma positiva y efectiva.4. Compromiso consigo mismo y con las personas a su alrededor
En la personalidad resistente, el compromiso va más allá de sí mismo o de su propio beneficio. Una característica que define a estas personas es su verdadero compromiso social, su sentido de comunidad o corporación. Este deseo tan profundo de altruismo y apoyo social la transforma en inspiración para los demás. Además, a menudo su simple presencia y su actitud centrada y tranquila reducen el impacto del estrés en determinados ambientes. Para los psicólogos existencialistas, la personalidad resistente es el reflejo de una persona auténtica, alguien que mira hacia el futuro con seguridad, sin egoísmo y movido por un deseo sincero de bienestar social.
Como hemos visto, este tipo de personalidad reúne una serie de enfoques, características y procesos internos, donde no faltan la resiliencia y las prácticas efectivas que promueven el equilibrio social y la armonía, tanto externa como internamente. Por lo tanto, vamos a trabajar en nuestro día a día sobre estas dimensiones descritas en este artículo. Si no podemos escoger los acontecimientos de nuestra vida, vamos a intentar trabajar nuestros pensamientos y actitudes para mejorar la realidad que nos rodea.