No sólo uno, pero cientos de estudios confirman la notable influencia del ejercicio físico sobre nuestro estado de ánimo. Se estableció que practicar actividades físicas regularmente tiene un efecto preventivo frente a problemas de ansiedad y depresión.
Con frecuencia olvidamos que el cuerpo y la mente son una unidad indisociable. Lo que sucede en su cuerpo afecta su mente y viceversa. De hecho, hay importantes razones para establecer que la mente, de manera preponderante, determina el buen funcionamiento del cuerpo. Por eso, cuando usted se siente triste, aumentan las probabilidades de que usted contraiga algún virus, sufra de migraña o de problemas estomacales.
La razón es simple: lo que llamamos "mente" habita un lugar físico, que es el cerebro. Este órgano determina el funcionamiento de todo el cuerpo y tiene incidencia en cada uno de los otros órganos.
Un estado anímico, como la depresión, se expresa orgánicamente de diferentes maneras.Una de ellas es la aparición de algunos cambios químicos en el funcionamiento del cerebro, como la disminución de la producción de endorfina y otros componentes. Esto hace que sus emociones modifiquen la forma en que usted ve y percibe el mundo.
La respuesta de la ciencia ante estos fenómenos ha sido la de recetar medicamentos para la reanudación del equilibrio perdido. El problema es que su acción no es permanente, sino fugaz. Puede surgir, por lo tanto, una dinámica exactamente igual a la de un adicto: usted necesita consumir los medicamentos con relativa frecuencia para sentirse mejor.
Los medicamentos psiquiátricos, además, tienen importantes efectos colaterales que afectan tanto la salud física como la mental. Algunas personas experimentan temblores, dificultades para dormir o náuseas cuando consumen este tipo de medicamento. Muchos reportaron el aumento de la depresión o de la ansiedad después de tomar remedio con regularidad por algunos años.
Para muchos especialistas, estos tratamientos no solucionan el problema, simplemente lo enmascaran. El ideal sería tratar la depresión a través de la conversación y de la palabra en una terapia. Sin embargo, no todos se sienten atraídos por esa posibilidad o encuentran alivio para su dolor a corto plazo incluso consultando a un profesional.
Actividad física para mejorar el estado de ánimo
Es en ese punto que surge el ejercicio físico como una alternativa barata, divertida y muy eficaz para tratar este tipo de síntoma . Esto también tiene una explicación química. En una investigación realizada en la Universidad Duke, se comparó un grupo de adultos con depresión que siguieron un plan de ejercicio regular, con otro en que se trató el problema a través de la Sertralina, un remedio para la depresión.El resultado fue que, en ambos casos, hubo una mejora en la misma proporción.
Este y muchos otros estudios sugieren que es válida la hipótesis de que el ejercicio físico produce cambios químicos en el cerebro,comparables a los producidos por un medicamento. Incluso algunos investigadores de la Universidad de Georgia afirman que él es capaz de alterar ciertos genes, los cuales tendrían efectos sobre nuestro estado de ánimo.También se afirma que el ejercicio incrementa las ondas alfa en el cerebro, teniendo un efecto similar al de un tranquilizante. Y parece existir una relación estrecha entre el ejercicio y la autoestima.
La valorización propia tiende a aumentar si seguimos un programa regular de actividad física. El sedentarismo, a su vez, tiene el efecto opuesto
. Cuanto más pasiva permanece una persona desde el punto de vista físico, mayor será su tendencia a desarrollar episodios de ansiedad y depresión. El efecto de la actividad física se experimenta casi de forma inmediata, pero el cambio significativo aparece cuando se practica de manera regular. Dedicar quince o veinte minutos del día para ejercitarse puede aumentar su sensación de bienestar mucho más de lo que pueda imaginar. ¿Usted se anima? Foto cortesía de Elena Schweitzer