A veces, en conversaciones informales o en consultas, alguien suele quejarse de las ofensas de otra persona. En general, se refieren a la emisión de opiniones. Estas afectan a la persona y su forma de relacionarse, ya sea en el trabajo, en la familia, socialmente, e incluso cuando interactúa ante autoridades o profesionales de la salud.Uno de los principales problemas que se presenta en las relaciones interpersonales tiene que ver con la comunicación, ya sea profesional, familiar, social o amorosa. De esta forma, una situación típica entre las parejas es: el marido llega a casa y, al notar que la cena no está lista, toma conclusiones sobre su esposa, como por ejemplo "pasó el día con las amigas". Ante el argumento del marido, la esposa reacciona "¿Crees que soy estúpida?".
En el ámbito profesional, tenemos un empleado convencido de que su jefe le descalifica ante otros, apenas por haber oído una parte de una conversación.
La persona que suele quejarse de su mala relación con los demás puede sentir rabia, ira, tristeza, amargura o desconfianza, entre otras emociones negativas. Pueden dar respuestas agresivas a otras personas o caer en estados de depresión y ansiedad. Cuando revisamos con atención el problema, vemos que parte de él se origina en la manera de percibir.
Las distorsiones cognitivas
El principal error en la comunicación de las personas es la tendencia a la interpretación o suposición de lo que el otro dijo,dándole un significado más allá de lo expresado y con base en las emociones y creencias de lo que escucha.
Las distorsiones son a menudo formas perjudiciales de pensar. Son una ruptura del pensamiento lógico y de la probabilidad.
Entre ellas, tenemos la especulación, la generalización, la maximización, el catastrofismo, y así sucesivamente, hasta completar los 9 estilos de pensamiento nocivos, conocidos como distorsiones cognitivas,
en la psicología cognitiva de conducta.Las expresiones y la manera de utilizarlas, habitualmente, señalan cuál es el clima que envuelve la comunicación. Una generalización muy conocida entre las mujeres es que todos los hombres son iguales. Alegación que suele ser muy recurrente en conversaciones que tratan de la infidelidad. Pero, 2 o 3 personas representan estadísticamente a los billones de hombres en la Tierra? Una vida no basta para conocer uno por uno. Por lo tanto, analizar objetivamente tal creencia nos lleva a reconocer un error en la lógica.Cuando las personas están con el estado de ánimo alterado, suelen interpretar lo que escuchan en el sentido de ese estado de ánimo.El problema no es de quien habla, sino de quien interpreta. No necesitamos ser interpretados. Tal conducta tiene como base la proyección de quien escucha. De esta forma, las proyecciones y distorsiones, junto con el ego, son un
cóctel tóxico que perjudica o interfiere la comunicación.Familias separadas, personas heridas, divorcios e incluso asesinatos fueron producidos tan sólo por dar trela a la mecanización mental. Las ofensas irreales son producto de esta situación. ¿Cuántas novelas no habrían terminado en dos capítulos si los dos personajes habrías conversado en tiempo? El ego suele aparecer para defender con vehemencia el dominio de la razón, que distorsiona e interpreta, dando un significado que las palabras no poseen.
Él no escucha ni permite la reflexión, ya que relaciona la expresión que escuchó o el gesto que vio con su evaluación personal y la falsa creencia de que es perfecto.
En muchas ocasiones, las personas se provocan un impacto afectivo negativo por su manera de pensar. Dentro de las distorsiones, cuando una persona está arraigada en esa conducta nociva, puede presentar "ideas referenciales". Ella puede oír o escuchar una conversación, una noticia, una entrevista de radio y concluir que se refiere a ella.Surgen así pensamientos paranoicos: de carácter persecutorio, de que los demás quieren hacerle mal, que lo que pasa es de propósito, etc.
Para tener una comunicación de calidad es importante: 1. No especular.Pregunte y pregunte una vez más, si no entiende lo que se está comunicando. No coloque palabras en la boca de la otra persona.
2. No interpretar.Nuestro idioma no necesita interpretación. Las interpretaciones son subjetivas y están rellenas del significado que se le dan sobre la base de creencias y emociones que cada uno posee. 3. No generalizar:Cada persona es única. Tenemos libre albedrío, entonces no generalizar. Somos todos diferentes, incluso los hijos creados en la misma familia.
4. No proyectar. 5. Hacer pausas.
Si está enojado, decepcionado, enojado, etc., primero se calme. Después se pregunte: ¿qué evidencia tengo de que eso que estoy pensando es correcto? 6. No utilizar la lectura de la mente:
ninguna persona puede leer la mente de otra ... Aunque conozca a una persona desde hace mucho tiempo, eso no le da el derecho a conocer sus pensamientos y sus emociones. 7. El objetivo de la comunicación es establecer un canal donde transmitimos nuestras emociones, sensaciones y pensamientos de una persona a otra. Para ello, una escucha activa es positiva. 8. Ser empático:
Es colocarse en el lugar de la otra persona. No es pensar por el otro. ¿Cómo te gustaría que te traten? Es así la empatía. Dar al otro lo que nos gustaría recibir. 9. Evitar el catastrofismo: Es esperar siempre lo peor, lo que lleva a la ansiedad.