La comunicación verbal abarca sólo una pequeña parte de lo que estamos constantemente expresando.

No tenemos control sobre la forma de mirar, la dilatación de las pupilas o la humedad de los ojos. Estas informaciones traen a la superficie lo que pasa por nuestra cabeza. El lenguaje de las pupilas

Las pupilas traen mensajes muy sutiles, que muchas veces pasan desapercibidos.

Sin embargo, tienen un lenguaje propio que es posible descifrar. El aspecto más visible es la dilatación de las pupilas, que cambia automáticamente de tamaño de acuerdo con las circunstancias y sin nuestra intervención.

Normalmente las pupilas se dilatan cuando vemos un objeto interesante y que aceptamos sin vacilación, o entonces en la penumbra, cuando tenemos dificultad de ver algo. Si las condiciones de iluminación y visibilidad son normales, la dilatación de la pupila es signo de interés y atracción. Lo contrario también es cierto.

Cuando estamos ante algo que rechazamos o sentimos miedo, las pupilas se contraen. Las pupilas contraídas demuestran hostilidad o mal humor, aunque no estemos mirando directamente al objeto que nos desagrada.

Este es un conocimiento intuitivo que se utiliza desde hace mucho tiempo. Las prostitutas chinas y egipcias de la antigüedad utilizaban belladona en los ojos para aumentar el tamaño de sus pupilas. Creían que eso las hacía más atractivas. Si paramos para observar, además de semicerrar los ojos, una persona que está lista para atacar tiene las pupilas contraídas. El movimiento de los ojos Los ojos siempre se mueven, incluso cuando estamos durmiendo. Son movimientos en los párpados o en el globo ocular, difíciles de captar. Pero hay algunos movimientos que podemos analizar y explicar. Por ejemplo, si los ojos se mueven hacia arriba y se inclinan hacia la derecha, la persona está tratando de accionar los mecanismos de memoria del cerebro, buscando recordar las situaciones o hechos del pasado.

Si el movimiento es hacia arriba y hacia la izquierda, activamos las funciones relacionadas con la creatividad.

Este movimiento ocurre cuando capturamos una imagen que nos agrada. El campo visual activa la creatividad.

Alinear los ojos hacia abajo indica que estamos introspectivos.

Si la mirada se dirige hacia la izquierda, indica que la persona está analizando una situación o un mensaje. Si la mirada se dirige hacia la derecha, significa que está realizando un proceso de memoria relacionado con las sensaciones físicas.

Los movimientos de los ojos hacia la izquierda indican que un proceso creativo está activado. Los movimientos hacia la derecha indican la activación de un proceso de memoria. En ambos casos, se refiere a las experiencias relacionadas con el sonido. Estos son algunos ejemplos, de ese vasto universo que es la comunicación no verbal. Son útiles para desvelar lo que dicen las personas con quienes hablamos y pueden tener un valor significativo porque logran revelar datos aislados que están grabados en nuestra memoria.