La inteligencia artificial es un área que está en constante desarrollo, con un número cada vez mayor de personas involucradas. Actualmente, desconocemos cuánto está avanzado este conocimiento. Los progresos suelen ser informaciones confidenciales, de las cuales sólo tenemos noticias después de un cierto tiempo. Ya es de conocimiento público, sin embargo, al menos una parte de toda la evolución que ya ocurrió en esa área.
Sabemos, por ejemplo, que la inteligencia artificial está siendo aplicada a todas las áreas de trabajo que involucran repetición. En no mucho tiempo, los robots comenzarán a sustituir a los humanos en estas tareas. Este será sólo el comienzo de una nueva revolución que está cada vez más próxima y que tiene como protagonistas dispositivos electrónicos cada vez más complejos. "Hasta hoy, no se ha producido un ordenador que tenga conciencia de lo que está haciendo. Pero, la mayor parte del tiempo, nosotros tampoco lo tenemos.
-Marvin Minsky-
Todavía no sabemos precisar cómo la cultura será afectada ante todos estos cambios.
Lo que se sabe es que, así como las nuevas tecnologías transformaron nuestro cotidiano, los nuevos desarrollos de inteligencia artificial traen consigo la perspectiva de grandes transformaciones. Todo esto se encuentra más cerca de lo que mucho de nosotros pensamos. La inteligencia artificial y una espiada en lo que está por venir
Antonio Orbe es psicólogo y también especialista en el tema de la inteligencia artificial. Publicó un libro llamado "Una mirada al futuro". En ese trabajo, él intenta acercarse a una descripción de cómo será el mundo a corto y mediano plazo. Se asegura, además de tejer varias líneas de pensamiento y reflexiones, que es lo más razonable es suponer que muchos puestos de trabajo simplemente desaparecer.
La primera consecuencia de este hecho es un aumento de la desigualdad. Muchos trabajadores no tendrán más opciones de trabajo y por lo tanto no tendrán un medio de subsistencia. Se quedarán desempleados. Esto obligará al estado a tomar medidas políticas, económicas y sociales para enfrentar esta nueva situación.
Orbe tiene una visión optimista al respecto. Él muestra que no es imposible, en ese escenario, pensar en un nuevo mundo en el que las cosas dejen de ser todas orientadas por el trabajo como es hoy.Al contrario, el ocio podría tomar el papel de protagonista. Los humanos, finalmente, pasarían la mayor parte de su tiempo realizando actividades para mejorar el bienestar personal de todos en forma colaborativa.
El ser humano compite con la tecnología Orbe también defiende que hay una competencia implícita entre la tecnología y el ser humano . Buena parte de los nuevos desarrollos de la inteligencia artificial tendrán una aplicación muy definida: sustituir el trabajo que ahora es hecho por personas. Esto no se aplica sólo al mundo laboral, sino también a la vida personal.
El autor también habla de la dificultad del ser humano de adaptarse a nuevas tecnologías.
El ritmo es cada vez más rápido. Esto exige que la adaptación sea permanente, lo que incluso ocurre de manera exitosa a nivel individual.En el plano social, sin embargo, la adaptación no es tan rápida.
Mientras la inteligencia artificial avanza como un rayo, las sociedades se mueven a ritmo de tortuga. Es posible que esto sea fuente de una inestabilidad e incluso de tensiones en el futuro. El avance puede ser muy desigual. El futuro de la inteligencia artificial Orbe desalienta el miedo, en parte originado por las películas de ciencia ficción y en parte por una impresión común de que los robots tomarán el control de todo.
Él muestra que todavía estamos muy lejos de una inteligencia artificial tan generalista. Es decir, de una tecnología que sea capaz de recoger cualquier problema que sea presentado y resolverlo satisfactoriamente y automáticamente.
Lo que hay actualmente es una inteligencia artificial concreta. Este tipo de inteligencia sólo es capaz de realizar un grupo de tareas específico.
Ella lo hace de modo perfecto, pero no puede salir de esas capacidades preprogramadas porque no tiene capacidad para hacerlo. Todos los desarrollos de la tecnología de hoy se orientan de esta manera a una inteligencia concreta. Es la que sustituirá al hombre en un gran número de puestos de trabajo. Teóricamente, existe una gran probabilidad de que la inteligencia artificial llegue a tener conciencia.
Básicamente, todas las capacidades intelectuales del ser humano pueden ser replicadas por una máquina. Desde el punto de vista técnico, sin embargo, todavía estamos muy lejos de ese momento.Finalmente, Orbe demuestra que uno de los aspectos más interesantes de la inteligencia artificial es que nos obliga a repensar nuestro sentido como seres humanos.
Si las máquinas pasan a hacer tal cosa, para que yo sirvo? ¿Qué valor o efecto tiene lo que hago en ese contexto? ¿Qué me distingue de una máquina? Todas estas son preguntas que van adquiriendo cada vez más relevancia. Cada uno puede ir pensando en su propia respuesta.