El perro es el animal de compañía por excelencia. No importa lo que haya ocurrido o como haya sido su día de trabajo, siempre estarán esperando. Pero, además de esta lealtad, la utilización de la terapia con perros como recurso terapéutico se está convirtiendo en una práctica cada vez más común. Este tipo de terapia se utiliza para ayudar a las personas con deficiencias, enfermedad de Alzheimer, depresión e incluso a los niños autistas. La terapia con perros presenta diversos beneficios físicos, psicológicos y sociales.
¿Para quién se indica la terapia con perros?
Los perros son los animales más utilizados en las terapias con animales. Está demostrado que ayudan a mejorar la salud y el bienestar de los pacientes. Este tipo de terapia se basa en la asistencia y en la realización de intervenciones en las que la interacción entre el animal y la persona se introduce como un punto clave.
Es importante entenderla como un complemento de las terapias clínicas
, no como una sustituta o alternativa para otros tratamientos convencionales. Debe ser supervisada y dirigida por profesionales de la salud o educación. Es necesario un trabajo interdisciplinario para obtener los resultados esperados.Este tipo de terapia se ha utilizado con mucho éxito para tratar a las personas que sufren de diferentes problemas. Entre ellos,
los disturbios emocionales y conductuales, como TDAH, estrés, ansiedad o depresión; vicios o alteraciones psíquicas y neurológicas, como la enfermedad de Alzheimer. Y también para trastornos del espectro autista, enfermedades venéreas como el SIDA o con personas dependientes y ancianas. Dos tipos de perros terapeutas
Los perros utilizados en estas terapias deben cumplir una serie de criterios o características específicas.
Es conveniente que sean ágiles, activos, obedientes, afectuosos, pacientes y gentiles. Una vez pasado por ese filtro inicial, pueden ser entrenados como perros terapeutas. Debemos diferenciar dos tipos de perros, dependiendo de la finalidad de la terapia:
Perros de asistencia:
- están preparados para ayudar a las personas con necesidades específicas. Por ejemplo, perros guía para ciegos, aquellos que ayudan a las personas sordas o que se convierten en un soporte para las personas con discapacidad física. Perros de terapia:
- son aquellos que se vuelven ayudantes o "co-terapeutas". Se utilizan para lograr una mayor interacción con los pacientes. Su trabajo se concentra en las personas mayores, los niños autistas o los individuos con otros tipos de trastornos psicológicos. Son muchos los beneficios psicológicos y emocionales
En las personas con daño cerebral adquirido, es muy útil hacer terapia con perros porque aumentan su motivación. Como un método para acelerar su rehabilitación,
interactuar con esos animales sirve de incentivo y como una forma de permanecer activo. Alimentarlos o realizar actividades con los perros los estimula mentalmente. Por su parte, esto hace que mejoren su atención y se esfuercen por acompañar el ritmo marcado. La terapia también les impide sentirse solitarios. Los perros son considerados los mejores amigos del hombre, porque nos aceptan sin condiciones. Es por eso que son una especie de terapeutas naturales, que sirven como un antídoto para combatir la ansiedad, la depresión, el estrés o la monotonía.
Los pacientes les gusta su compañía, especialmente si les gustan los animales. Normalmente ellos prefieren recuperarse junto con otro ser vivo, y no con una máquina de ejercicios totalmente mecánica. Además, el vínculo entre el perro y la persona va más allá del afecto mutuo. Muchos consideran que es similar al vínculo generado por la madre con su bebé. Como consecuencia de todos estos beneficios,
la terapia con perros mejora el humor de los pacientes.
Beneficios físicos y sociales La terapia con perros aumenta la actividad física de los pacientes.
Jugar con ellos, hacer actividades de flexión o caminata fortalece los músculos, los huesos y las articulaciones. De esta forma, facilita un mejor desarrollo del sistema vestibular (relacionado con el equilibrio y control espacial), aumenta la propriocepción (equilibrio postural) y la fuerza muscular.
Por otro lado,mejora las habilidades motoras y la coordinación, porque trabaja todos los sentidos del paciente, desde la visión, la audición o el tacto. También gracias a actividades como acariciar, alimentar, cuidar o cepillarse sus pelos, el paciente adquiere un mayor dominio de movimientos específicos, especialmente de las manos y brazos. Por lo tanto, además de ser un poderoso puente de comunicación entre el terapeuta y el paciente, la terapia con perros proporciona un aprendizaje a través de las bromas.
Alienta el contacto social y el desarrollo de habilidades de ocio, mejora las habilidades, como la empatía, el respeto, la comunicación, la cooperación y el trabajo en equipo. Su gran ventaja: la versatilidad La terapia con perros puede ser hecha tanto en grupos como individualmente.
Depende de las necesidades de cada paciente y de la manera más adecuada de abordar la discapacidad, el trastorno o la dificultad de la persona. En comparación con otras terapias que sólo permiten su realización en un centro especializado, estas también se pueden hacer en casa. La terapia personalizada puede ser dirigida a personas de cualquier edad, desde niños hasta ancianos.Además de ser uno de los animales domésticos preferidos por los niños y adultos, los perros nos dan posibilidades reales de curación. Utilizarlos como complemento de una terapia ofrece, como hemos visto, múltiples beneficios en todos los niveles. Esto significa que están cada vez más incorporados a las terapias de ayuda y la asistencia de problemas con cambios y deficiencias.