¿Qué es la felicidad? Todo el mundo habla de ella y todos nosotros la conocemos y la sentimos, pero es difícil de definir. Muchos filósofos y pensadores de todo tipo intentaron reflexionar sobre los misterios de esa emoción. Entre ellos podemos encontrar a Aristóteles, que pensaba que el fin último del hombre era la felicidad, o Epicuro, que creía que la felicidad era el fundamento de la vida. En este artículo, vamos a revisar lo que la psicología dice acerca de la felicidad, más específicamente, vamos a hablar de la eudaimonía y el hedonismo. La psicología, a través de la revisión de la literatura filosófica y de la experimentación científica, observó que
la felicidad podría ser sentida de diferentes maneras. Es fácil pensar que se puede encontrar la felicidad al ir para fiestas con los amigos o al disfrutar de unas buenas vacaciones. Pero muchas personas también encuentran la felicidad en el esfuerzo, estudiando para determinada profesión, al aprender un nuevo idioma, etc. Y aquí es donde entran los conceptos de eudaimonía y hedonismo. Antes de explicar estos dos términos psicológicos, es importante resaltar algunos detalles. La eudaimonía y el hedonismo son términos que vinieron de la filosofía. Por ejemplo, ya los encontrábamos en Aristóteles y Epicuro al intentar explicar la felicidad. A pesar de que estos términos han sido apropiados por la psicología debido a su historia, la concepción de los mismos es significativamente diferente. Así, es importante tener en cuenta que la definición que vamos a utilizar a continuación emana de una vertiente más psicológica que filosófica.
Hedonismo, la felicidad basada en el placer El hedonismo es aquella felicidad más tangible, es la alegría que sentimos a la hora de realizar actividades gratificantes. Se trata de la sensación de placer y de la motivación por evitar el malestar. Podemos decir que ese tipo de felicidad se basa en las siguientes características:
Búsqueda por el placer.
Es el aspecto central del hedonismo. Consiste en la búsqueda de la estimulación de nuestros sentidos y de nuestras emociones. Divertirse con los amigos, hacer un viaje, ir a un espectáculo, etc. Percepción basada en un balance afectivo.La manera en que tenemos que interpretar el hedonismo en nuestras vidas es a través de un balance de nuestras emociones diarias. De esta manera, si estamos acostumbrados a experimentar más emociones agradables que desagradables, sentiremos una felicidad hedonista superior.
- Mantenimiento de la satisfacción vital. Para poder disfrutar del hedonismo, es necesario sentir que nuestro ambiente es agradable. Si hay problemas en nuestra familia, con amigos, en el trabajo, etc., esto va a generar una ansiedad que afectará nuestra felicidad hedonista.
- Persecución de los deseos y de las necesidades. El hedonismo va a adquirir el placer a través de la realización de nuestros deseos y de nuestras necesidades. Realizar los deseos y satisfacer las necesidades nos va a proporcionar esas emociones agradables que se derivan de la felicidad hedónica.
- Felicidad a corto plazo. Un aspecto esencial del hedonismo es su mirada enfocada en el presente o en el futuro más inmediato. Estamos hablando del placer o de la felicidad espontánea que surge después de la realización de ciertas conductas. A medida que el estímulo se va alejando, la felicidad hedónica se va disipando.
- Alta intensidad. La felicidad hedónica es una emoción muy gratificante y estimulante. Una felicidad que se vive con gran intensidad y entusiasmo.
- Eudaimonia, la felicidad basada en el desarrollo personal Muchas conductas no nos proporcionan una felicidad inmediata e incluso exigen esfuerzo. Además, nos hacen experimentar en determinados momentos algunas emociones de valencia negativa, características de ese tipo de motivación. Pero a pesar de eso, seguimos realizando esas conductas con ahínco, e incluso estamos satisfechos con ellas. Esto se debe al hecho de que
- estas conductas nos proporcionan desarrollo personal, que se experimenta con una felicidad eudaimónica. Ejemplos de esta eudaimonía pueden ser entrenar para una carrera, aprender un idioma, conocer otras culturas, explorar a sí mismo, etc.
Para definir la eudaimonía podemos recurrir a las siguientes características de la misma:
Búsqueda del desarrollo personal. Es el aspecto esencial de este tipo de felicidad. La eudaimonía es la motivación que nos impulsa a desarrollarnos como personas. Es la satisfacción que surge de estar orgulloso con nuestro crecimiento cognitivo, moral, emocional, etc. Realización de las metas y de los objetivos.
El grado de intensidad de la felicidad eudaimónica dependerá de alcanzar o no nuestras metas y nuestros propósitos. Alcanzar nuestros objetivos nos va trayendo esa felicidad que nos motiva a continuar en nuestro crecimiento.
- El esfuerzo y la motivación. Estos serán los motores de nuestra autorrealización. Como en muchas situaciones nuestras metas y nuestros propósitos van a presentar problemas y emociones desagradables, vamos a necesitar esfuerzo y motivación para alcanzar la eudaimonía.
- Felicidad a largo plazo. Es una felicidad que se representa con la satisfacción consigo mismo, la capacidad de observarse a sí mismo y estar orgulloso con su crecimiento personal. Representa más una percepción de sí mismo que un estado temporal específico (como en el caso del hedonismo).
- Conclusiones ¿Qué es mejor: una felicidad hedonista o una felicidad eudaimónica? La respuesta es que ambas suelen ser una motivación en nuestras vidas. Así, son responsables de incentivar las conductas agradables y el desarrollo personal, respectivamente. En este sentido, es esencial encontrar un equilibrio personal entre las dos, de manera que una no acabe transformándose en un obstáculo para la otra.
- Hoy en día, debido en gran parte a la sociedad de consumo en la que vivimos, basamos nuestra vida en el hedonismo. Gastamos nuestros recursos de manera excesiva en placeres a corto plazo y nos olvidamos de nuestro desarrollo personal o lo buscamos de manera indirecta a través de ese consumo. Incluso, gran parte de la población detesta su vida profesional y la única satisfacción que pueden encontrar se da a través de los placeres hedónicos. Es importante no olvidar o dejar de lado nuestra autorrealización, ya que es la única manera de alcanzar la eudaimonía.