No hay sufrimiento que el tiempo y un buen par de zapatos no curan. Porque toda desavenencia, decepción o amargura no se resuelve si nos quedamos esperando y permaneciendo en el mismo agujero negro, que tarde o temprano nos acabará tragando. Los dolores disminuyen cuando seguimos adelante, cuando viramos la página y nos alejamos de ellas con este calzado excepcional: el amor propio.
William Gibson, un famoso escritor de ciencia ficción, dijo que el tiempo se mueve en una dirección, la memoria en otra. Muchas veces las personas están tan entristecidas que quedan atrapadas en el pasado; en aquel pasado donde nada de nuevo sucede, donde el perfume de la apatía, de la decadencia y de las oportunidades perdidas envuelven todo. "Los guerreros más fuertes son el tiempo y la paciencia".
- Leon Tolstoi -
De alguna manera,
quedamos atrapados en nuestras propias redes después de una decepción o un problema grave. Cuando nos quedamos desanimados, la voluntad y la fuerza disminuyen; aunque seguimos levantando todos los días, nos movemos como autómatas de piel oxidada a causa de las lágrimas internas. En esas situaciones, siempre aparece alguien que, con toda su buena voluntad, nos dice: "no se preocupe, porque el tiempo lo cura todo". Sin embargo, no es tan fácil como parece. Quien está herido no avanza, permanece preso en la rabia, en las raíces de la amargura y en el velo del resentimiento; permanece en una dimensión paralela, donde no importa que pasen tres, seis meses o incluso un año entero.
Algo que siempre debemos recordar es que el tiempo no cura, lo que cura es lo que se hace a lo largo de ese tiempo.
Los dioses del tiempo: Cronos, Kairós y Aion Cuando una persona se enfrenta a un momento personal complejo, ya sea por una pérdida o cualquier encrucijada de aquellas para las que nadie está preparado, pasa por un período de duelo. Es necesario "dar un tiempo" para debilitar el dolor, calmar las dudas y fortalecer las emociones. Sin embargo, esta fórmula no siempre funciona, porque
quien cree que el dios del tiempo apagará nuestros dolores en un acto de gran altruismo está equivocado. Ahora, lo que será de gran interés para nosotros es recordar que, en realidad, no hay un dios del tiempo, sino tres. Cronos es el más conocido por todos nosotros. Representa el tiempo externo y uniforme, con su pasado y su futuro, que podemos observar a través del movimiento de las estrellas o simplemente concentrándonos en el tic-tac de nuestro reloj. Por otro lado, Aion simboliza la duración de la propia vida, un período de vida formado por varios ciclos.
Sin embargo, quien realmente nos interesa a nivel psicológico cuando necesitamos invertir en nuestro crecimiento personal es el joven dios Kairós. Es él quien permanece en el centro de las dos divinidades anteriores y representa la oportunidad. Él nos invita a vivir el aquí y ahora, recordándonos que somos hechos de virtudes, defectos, habilidades y valores. Somos siempre los mismos, pero nunca seremos iguales porque estamos obligados a seguir adelante, a curar nuestros dolores y asumir nuevos aprendizajes todos los días.
Es necesario aprender a concebir el tiempo de una forma más coherente, integrativa y hasta terapéutica, entender que Cronos y Kairós siempre andan de la mano, el tiempo y las oportunidades de curación y crecimiento ocurren periódicamente y usted necesita saber cómo aprovecharlas. .
Un ejemplo de esto es un tipo de arrecifes de coral que se extienden en la espalda de la Florida. Su única oportunidad de continuar creciendo y así detener su extinción ocurre siete días después de la luna llena de agosto: es cuando empiezan a desovar, al atardecer. Un momento mágico que no se repite, el momento en que nace la verdadera oportunidad. Mis zapatos me llevar a donde mi mente quieraYa sabemos que, como en cualquier aspecto de la vida,
superar un dolor o un período de dificultad requiere una actitud activa, una mirada atenta y una voluntad clara de seguir avanzando, de seguir creciendo como, los arrecifes de coral que luchan por la vida para evitar la extinción. "El tiempo cambia todo, excepto algo en nosotros que siempre será sorprendido por el cambio".- Thomas Hardy -
También debemos recordar que, para ir más allá del propio miedo y de aquella amargura que muchas veces nos encaja como barcos antiguos que se transforman en fantasmas del océano, es conveniente saber dónde están nuestros zapatos. Aquellos de solas resistentes, aquellos en los que la autoestima, la dignidad y los sueños renovados actúan como fuerzas internas para saltar cualquier obstáculo, atravesar puentes, escalar montañas y evitar cualquiera de las piedras que a menudo impiden nuestro caminar.
Para concluir,
no dude en hacer del tiempo su mejor mecanismo de cambio, un incentivo para crecer aprovechando todas las oportunidades, mientras que sus pies, su actitud y su sonrisa lo llevan hasta donde usted se propone y merece llegar. Allí donde crecen los más bellos arrecifes de corales.