Dar y recibir: el principio de la reciprocidad

"Da lo que tiene

Para quien merezca recibir

Lo que falta"

(San Agustín)

El hecho de ofrecer algo sin esperar nada a cambio es conocido como altruismo.Sin embargo, hasta qué punto podemos dar sin recibir? ¿Es realmente justo? No se olvide que todo en esta vida tiene "ida y vuelta". Tal vez hoy usted no obtenga nada por lo que hizo, pero mañana recibirá su recompensa.

¿Cómo funciona el principio de la reciprocidad?

El fundamento más importante de la reciprocidad está basado en el hecho de intentar devolver, por gratitud, lo que otras personas nos dieron antes. Para poder comprender un poco mejor eso, tal vez deberíamos utilizar una explicación que nos lleve a la antigüedad: El hombre ha tenido que compartir para poder sobrevivir. Desde conocimientos hasta herramientas, comida o abrigo, siempre la solidaridad de unos fue la manera que otros tuvieron para seguir viviendo.

Esto no ha quedado sólo en la época de las cuevas (afortunadamente) y se mantiene todavía hoy. Desde que nacemos, traemos de manera innata los sentimientos correctos para establecer una especie de "deuda" cuando alguien hace algo por nosotros. Pero todavía hay más, ya que atormentamos nuestra mente pensando en una manera de pagar ese saldo tan pronto como sea posible (y con intereses).Hasta el momento todo parece muy lindo, muy perfecto. Pero tenemos que volver a la realidad.

Muchas personas se aprovechan de este sentimiento de "culpa" que nos toma cuando debemos un favor a alguien. Este grupo se basa en la premisa de que "hacer algo por alguien para que este alguien se siente obligado a hacer algo por nosotros". De ahí surge la reciprocidad "inducida", para dar un nombre a ella. Esto es, se busca una forma de ayudar a alguien por el simple hecho de que ese alguien, después, nos deba un favor.

¡Pero, cuidado!

Los primeros en tomar ventaja de este sentimiento de culpa fueron los Hare-Krishnas. Ellos salían a la calle regalando flores a los peatones y luego les decían que estaban juntando dinero para su fundación. Ya que las personas habían recibido un regalo (la flor), se sentían en la obligación de hacer una donación para la causa. Hoy en día esta técnica se utiliza con otros objetos como un libro, una revista, un incienso, etc. Si se extiende esto a otros sectores, algunas investigaciones de los años 80 indicaron que el hecho de invitar a alguien que conocemos para tomar una bebida causa un sentimiento de deuda, sobre todo sexual. Esto parece un poco ilógico en pleno siglo XXI, pero hace 4 décadas ni tanto.¿Hay buenas intenciones en "dar y recibir"?Algunos podrían decir que sí, sin melindres ... Lo cierto es que de alguna manera, siempre estamos esperando algo a cambio.

Esto no quiere decir que queremos un regalo o algo material, perodar a otros hace que nos sintamos personas mejores,

porque hicimos la buena acción del día, porque podemos contar orgullosos sobre ella a los demás, etc.

Entonces, sí! Estamos esperando algo a cambio. Tal vez esperamos la oportunidad para jugar en la cara de alguien que hicimos algo por él , en un sentido más místico, esperamos que algo superior nos compense por nuestra actitud, sea Dios, el Universo, el Karma, etc. O simplemente, que estén allí cuando necesite algo.

Podemos ser 100% altruistas? Cada vez es más extraño pensar en el otro, ayudar al prójimo, calzar los zapatos de quien está frente a nosotros ... tal vez sea mejor que en lugar de ofrecer todo lo que tenemos, empezamos a ocuparnos de los detalles de cada día. No es necesario despojarnos de todos nuestros bienes materiales y quedarnos con hambre para que otros se alimenten, o sea, convertirse en un altruista con todas las letras.

Podemos regalar los que tenemos a nuestro alrededor, siendo esta una excelente manera de practicar el altruismo

; con actos simples, como ceder el asiento en el metro, dejar a alguien pasar delante de nosotros en una fila, atar el cordón de nuestro hijo, preparar la cena para la familia o cargar la bolsa de la novia. Es cierto que usted tendrá una recompensa: la felicidad del otro, el agradecimiento y el afecto. ¿Ya no es un gran regalo?