En las últimas décadas, gracias al cambio de papeles en la figura de la mujer, se hizo curioso ver cómo está surgiendo un nuevo fenómeno que podría ser descrito casi como el "síndrome de la pésima madre". Es fácil de comprender y estamos seguros de que más de una de nuestras lectoras se identificará. La mujer de hoy en día no sólo aspira tener una buena carrera profesional, disponer de independencia financiera, tener un buen marido que la comprenda y un grupo social de amigos / as con los que se identifique; dentro de este complejo círculo, se encuentran también ellos: los hijos. Ellos son lo que hay de más importante en su vida, pero, de algún modo, tienen la clara sensación de no dedicar a ellos todo el tiempo que les gustaría.
Es entonces que surgen las dudas: estoy haciendo bien
? ¿Y si no estoy haciendo lo suficiente? ¿Y si estoy cometiendo algún error? Todo esto lleva a las mamás, en ocasiones, a padecer lo que se conoce hoy en día como el "síndrome de la pésima madre".En los días de hoy la maternidad ha dejado de enfocarse exclusivamente en la figura de la mujer
. Los papeles están más abiertamente compartidos y eso, sin duda, es muy bueno. Sin embargo, la figura materna sigue viéndose a sí misma como el eje vital en la crianza de los hijos. De ahí surgen las dudas, las preocupaciones ...¿Cómo podemos educar a niños felices en medio de esta sociedad tan exigente,en la que, generalmente, no tenemos tanto tiempo como nos gustaría? Hablamos sobre algunos puntos que pueden servir como ayuda, sea usted padre, educador, o
una madre que piensa, erróneamente , que no está siendo una "buena madre". 1. Ayude a tomar decisiones Es posible que usted no pueda dedicartodo el tiempo que quisiera
. Usted tiene un horario de trabajo determinado y, a veces, no llega a tiempo en casa para hacer con ellos los deberes o para salir un momento para pasear. No importa. Pero hay algo que usted debe evitar.
No permita que sus hijos se bloqueen en sus habitaciones; no deje que la televisión, el ordenador o los videojuegos "toman de ustedes" ese poco tiempo que pueden compartir de la mejor manera posible: conversando.Mantenga con ellos una conversación diaria con tranquilidad y cercanía. Aprenda cuáles son sus preocupaciones, sus deseos.
Si ellos tienen algún problema, no resuelvan por ellos, ofrezca estrategias y consejos para que lo hagan por sí mismos. Para educar a niños felices tenemos que conseguir primero que sean responsables de sus propios asuntos, dando medios con los cuales puedan enfrentar estos pequeños problemas cotidianos. Hazlo con cariño, prepárate, pero ofreciéndoles autonomía. Si se equivocan en algunas ocasiones,
nunca los reprenda o los castigue . Ayúdales y enseña que, en la vida, también hay fracasos, fallas y que todo debe ser aprendido. Es necesario también que ellos sepan cómo manejar el importante concepto de la "frustración". 2. Ofrezca autonomía dentro de los límites
La educación comienza a partir del momento "cero" del nacimiento y, recuerde, es responsabilidad de ambos padres. Los dos deben estar de acuerdo sobre las medidas educativas que aplicar, delimitar lo que permitirán, qué horarios establecer, qué prohibir y entonces negociar.Los niños deben saber desde muy pequeños que en casa, como en la sociedad,
hay algunos límites que deben respetar
, y cuanto antes saben de eso más seguros se sentirán, porque ellos sabrá a qué se debe en cada momento. Una vez establecidas las normas, se ofrecen entonces los derechos, que deben ser conversados y negociados. Es importante que ofrezcamos a los niños una autonomía adecuada de acuerdo con la edad.
Es un modo de hacerlas sentirse capaces y seguras de sí mismas, teniendo siempre nuestro apoyo y nuestra orientación en cada momento. Ofrezca siempre su confianza, converse antes de sancionar reglas, escúchelas antes de reprenderlas y hablar, hable todo lo que pueda tener que ver con ellas. Que ellas nunca la vean como un enemigo. 3. Nunca intente compensar el tiempo que no puede pasar con ellos. Es un error que muchos padres y madres cometen hoy en día. Por no poder pasar con los hijos todo el tiempo que quisieran, acaban cayendo en el recurso fácil de compensar la falta de tiempo y atención con regalos,con un juguete, con el videojuego que siempre piden, con una tableta, un celular ... Es un gran error.
Nuestros hijos no aprecian estos regalos tanto como pensamos. Y aún más si los utilizamos como chantaje, porque los niños o adolescentes, en el fondo, acaban comprendiendo muy bien la estrategia. Por lo tanto, debemos dejar claro: no hay nada para compensar. Los padres trabajan y éste es normal; cada uno en la familia tiene una función y un papel, no tenemos que compensar con "objetos" por no estar en casa.Compense con calidad de vida. En el tiempo en que esté con ellos, que sea siempre el mejor, el más sincero. Por lo tanto, no dejes de hacer las cosas que les gustan con ellos: jugar, hablar, cocinar, pasear ... Apagar el teléfono y reír con sus hijos, sin preocuparse si usted es o no es el super padre o la madre perfecta.