Me gusta mucho, aunque sea difícil de creer, no siempre es sinónimo de gustar, porque la cantidad, a veces, no anda de la mano con la verdadera calidad afectiva y de relación. El amor no basta cuando el respeto no se alcanza, y no todo vale ni todo debe ser perdonado en nombre de una pasión a veces destructiva. Aaron T. Beck, uno de los psiquiatras con mayor peso dentro de la terapia psicológica cognitivo-conductual, explica esto en su libro "El amor no basta". En cada una de sus páginas podemos ver el reflejo de muchos de nuestros propios pensamientos y comportamientos: brevemente, la mayoría de nosotros sigue atrapado en la eterna idea de que el amor todo puede
, que es una energía incombustible que todo cura y todo resuelve . "El amor auténtico hace posible la paradoja de dos que se convierten en uno sin dejar de ser dos."-Erich Fromm-
De hecho, reconocer que no es suficiente ser "muy amados" para ser realmente felices es una cosa bastante desalentadora , sin ninguna duda. Sin embargo, sucede lo mismo en otras áreas: el talento tampoco basta para alcanzar el éxito, ni el dinero es la clave y el puente directo para la tan ansiada y soñada felicidad.
La vida está llena de matices que a veces nos desesperan y otros nos desorientan, y con frecuencia nos colocan en un estado de impotencia absoluta.
Amar mucho no siempre es reflejo de amar bien.
Esto es una cosa que necesitamos entender cuanto antes para reaccionar, para dejar de lado tristes ideaciones y ser capaces de construir relaciones más fuertes, realizadores y maduros. Cuando amamos mucho, pero amamos equivocado Muchos de nosotros elegimos a determinados socios porque nos decimos a nosotros mismos que
"es la persona correcta, la que me conviene, la que me puede hacer feliz". Sin embargo, la realidad es muy diferente, porque como la mayoría de nosotros sabe,
nadie "escoge" por quien se apasiona; el amor, como la pasión, no se escoge. Llega y arrastra.Poco a poco nos sumergimos en un torbellino de emociones, sensaciones e idealizaciones que hacen que esta relación sea casi celestial, y nos decimos a nosotros mismos ya los demás que nuestro amor es mágico, abrumador y sin fisuras. Casi sin darse cuenta,viene la abnegación donde no existen fronteras, solamente el "vivo sólo para usted" y la codependencia feliz
donde nos amamos mucho, y donde el suyo y el mío queda aniquilado para formar un "nuestro", donde se disuelven las propias identidades. Es necesario considerar que estos amores supuestamente celestiales, que no conocen condiciones, son los más peligrosos.Porque el amor verdadero es terreno y necesita condiciones, tanto límites y fronteras para proteger, tanto espacios privados para respetar y equilibrio para mantener en adecuada armonía. Cuando el amor se da en exceso, puede llegar a ser tirano y pueden surgir las siguientes dinámicas que detallamos abajo: Las 4 trampas del amor dependiente y del amor nocivo
Los amores codependientes llevan tarde o temprano a una serie de prácticas que necesitamos saber reconocer no sólo para saber defendernos de ellas, sino también para evitar practicarlas nosotros mismos. La trampa del "todo o nada". Amar mucho y amar mal nos transforma, sin percibir, en extorsionistas profesionales. La dedicación mutua (para muchos) necesita ser total y absoluta.
La trampa del "debería".
Siempre llega la hora en que uno de los miembros (o incluso los dos) empiezan a caer en la obsesión de pensar constantemente en lo que la otra persona "debería hacer y no lo hace". Si no hace esto es porque no me gusta de verdad, su yo lo hago, él debería hacerlo también por mí.
La trampa de la culpa.
- Esta estrategia es, sin duda, una de las más comunes en estas telas de araña de las relaciones. Proponer el sentimiento de culpa en el otro para hacerlo sentirse mal y "descuidar" del otro o lastimarlo sin darse cuenta es algo muy común. La trampa de la imaginación catastrófica.
- El amor obsesivo, dependiente y tóxico es muy propenso a imaginar cosas sin fundamento y desconfiar. Su temor de ser traicionado o engañado puede convertirse en una cosa persistente. Me ame libre, pero contigo
- Hay padres y madres que adoran a sus hijos, que los aman con locura, con abnegada devoción y sin medida ... Los aman mucho, pero los aman de la manera equivocada. Son amores asfixiantes que cercenan alas, que frustran infancias, apagan sueños e incluso la capacidad de alcanzar una madurez segura y feliz. "Quien sabe amar de verdad siempre gana."
- -Hermann Hesse- En las parejas sucede lo mismo.
No es necesario morir de amor, ni sufrir por él, no debemos permitir que abandones de nuestro yo o de nuestra propia autoestima en favor del otro. Necesitamos ser exigentes y decir cosas como "no quiero que me amas mucho, quiero que me ames BIEN". Por otra parte, una cosa de la que todos somos conscientes es que pocas cosas son tan importantes y emocionantes como sentirse amado sin límites y de forma desmedida. Es una forma de reafirmar el "yo", de sentirse inyectado por una energía desbordante que nos emociona y nos envuelve. Sin embargo, necesitamos ser cautelosos y mantener siempre la cabeza fría, porque el amor tiene límites y éstos establecen su integridad, su dignidad y su felicidad.
Si en algún momento uno de esos pilares se vuelve vulnerable, es hora de salir de esa jaula de barrotes dorados.