Sin embargo, hay quien no sepa, no pueda o se niegue a dar forma a ese tipo de lenguaje. Son los llamados "corazones de hielo", personas llenas de contradicciones, de miedos y de alambres de púas que generan grandes sufrimientos para sus cónyuges e incluso para sus hijos debido a sus problemas para expresar sentimientos.No es ninguna sorpresa que tanto el afecto como la propia comunicación afectiva sean la piedra angular que sostiene cualquier vínculo significativo. Tanto es que esta es la principal razón por la cual muchas personas van a la terapia de parejas.
Es muy común, de hecho, que uno de los miembros exprese no sentirse reconocido o apreciado, o incluso que exista una clara desigualdad entre lo que se ofrece y lo que recibe. "El medio para cambiar la mente de una persona siempre será el afecto, nunca la rabia" -Dalai Lama-
Muchos psicoterapeutas definen ese problema como " skin hunger
", hambre de la piel, aunque, en realidad, sea un problema que va mucho más allá de los sentidos. Hablamos de emociones no validadas, de problemas para expresar sentimientos que no sólo son descuidados, pero a veces son tratados con hostilidad y frialdad.Pocas situaciones pueden llegar a ser tan destructivas para una persona como ver en esa estructura, en un vacío emocional tan abismal, donde más temprano o más tarde la persona comienza a dudar de su propia relación y si realmente es amada ... El afecto y nuestra "supervivencia" emocionalLa gente no necesita sólo alimento para sobrevivir, nutrientes de los cuales obtenemos energía para que nuestras células realicen todos estos procesos fascinantes que nos permiten ir más allá de la supervivencia. Por extraño que parezca, el afecto también nos nutre, nos ofrece fuerza y un sentido de pertenencia a un grupo reducido de personas con las que nos identificamos, con las que discutimos, pero también con las que nos sentimos seguros y felices.
Un ejemplo de todo esto es Juan Mann, fundador del famoso movimiento "Free Hugs".
Este joven se sentía tan privado de contacto humano que por un tiempo llegó a pensar en lo peor. Abandonado por su novia, sin amistades, con sus padres separados y su abuela enferma, él sentía que estaba muriendo. Hasta que un día sucedió algo maravilloso en una fiesta: una chica lo abrazó espontáneamente al simpatizar con su tristeza. El frío, por un momento, desapareció de su corazón y el mundo volvió a tener armonía, equilibrio y, por encima de todo, sentido. Después de esa breve experiencia, Juan Mann decidió ir a una calle con un gran cartel que anunciaba que se ofrecía para dar abrazos en cualquier que necesitaba. Aquello fue terapéutico, maravilloso, sensacional ... Él se sentía tan privado de contacto y de afecto que su mente ya bordeaba el abismo de la depresión, de la desesperación más extrema.Compartir Él nunca fue tan feliz y, de hecho, como él explicó en un documental, lo que más le fascina era ver cómo la gente accedió primero con alguna sorpresa, pero después, cuando se separaban de él después del abrazo, todos tenían una gran sonrisa en la cara: todos salían ganando.
Los problemas para expresar sentimientos y la incapacidad de ofrecer afectoYa sabemos que ofrecer afecto es algo tan "primitivo" y necesario que no lo vemos sólo entre los humanos, pues los animales también buscan esa caricia todos los días, aquella mirada que se emociona con nuestra complicidad, con nuestras palabras cariñosas ... Entonces, si ese tipo de conexión es natural, básica y mágica,
¿por qué hay personas que actúan como verdaderos corazones de hielo?Bien, lo primero que debemos entender es que
no hay una sola causa relacionada con los problemas para expresar sentimientos.No podemos agrupar todos estos comportamientos bajo una misma etiqueta ni mucho menos verlo como algo patológico, como un trastorno.
Lo que hay en gran parte de los casos es una baja autoestima.
Esta falta de seguridad en sí mismo hace que estén casi siempre a la defensiva en sus relaciones amorosas. Con eso, ellos buscan por encima de todo minimizar el riesgo de sentirse rechazados o, peor, mostrar lo que ellos entienden como "vulnerabilidad".Es decir, si me muestra cálido, cariñoso y sensible con los demás, muestro mi fragilidad interior, mi baja autoestima. Por lo tanto, el más prudente es mantener la distancia, evitar las demostraciones de afecto y, con ello, proteger mi (falsa) apariencia de persona "fuerte".
- Por otro lado, hay otro aspecto que no podemos ignorar: el estilo de creación. Nacer y crecer en un ambiente con una privación absoluta de afecto, donde el apego es signo de inseguridad o simplemente hay una falta de él, hará sin duda con que muchas personas no entiendan, no valoren o no se atrevan a ofrecer ese tipo de lenguaje que, en cierto modo, no llegaron a conocer en su infancia. De ahí surgen los problemas para expresar sentimientos.
- También no podemos olvidar las manifestaciones alexitímicas. En este caso, no hay sólo la incapacidad de mostrar emociones, sino también una falta de introspección, de empatía y un estilo cognitivo orientado sólo hacia lo externo, lo racional y lo concreto. Sin embargo, y eso es importante tener en mente, la alexitimia aparece en muchos casos en personas que tienen algún diagnóstico dentro del grupo de disturbios del espectro autista (DEA). Por último y para concluir, hay algo que no podemos olvidar.
- No podemos "forzar a esas personas a expresar su afecto, ya que esta estrategia nunca funciona.
Además, intentarlo de esa forma tan directa puede tener un efecto muy contraproducente y conseguir justamente lo contrario de lo que pretendíamos. No olvidemos que estas personas tienen problemas para expresar sentimientos.El más adecuado es trabajar en base a las necesidades propias de cada persona, de acuerdo con su realidad psicológica y afectiva. En una buena parte de los casos,la estrategia terapéutica más lógica será orientada a trabajar la autoestima
- , construyendo una autoimagen más positiva y segura. Por lo tanto, recordemos que detrás de ese compañero, amigo o niño que es incapaz de demostrar afecto, existe una carencia o un problema que debemos conocer y trabajar juntos.Compartir