Existe un tipo de ego que no ofrece tregua, ni descanso: es aquel que sufre porque el mundo no está de su manera, que se lamenta por no tener razón toda la hora. Pues bien, es necesario tener en mente que no hay peor esclavitud que aquella vivida por quien está apegado al ego, porque ser feliz viene del alma, porque quien es capaz de tener humildad puede conectarse con el mundo utilizando el corazón. Sin duda estamos ante un engranaje psicológico tan complejo como curioso, donde además se incluyen ciertas dosis de sufrimiento. Llama atención, por ejemplo, ver cómo el ego tiende a crear un molde para sí mismo a través del cual se compara con las otras personas. El ego nos adorará si tenemos la suerte de ajustarnos a su patrón, pero si no estamos de acuerdo, sin duda seremos el foco de sus ataques y ofensas.Con certeza usted conoce a alguien con este tipo de comportamiento, e incluso puede ser que usted tenga conciencia de que en algún momento usted también actúa con cierta dosis de egocentrismo. Así como dice un proverbio chino:
"es más fácil cambiar el curso de un río que el carácter de una persona". Sin embargo, nunca es demasiado reflexionar sobre el tema, al menos para tener el tema en mente y meditar sobre eso.El ego y la mente
Eckhart Tolle es un escritor conocido por llevar al gran público la filosofía del "aquí y ahora". En sus trabajos él identifica las fuentes de sufrimiento interno más comunes que nos impiden conectarnos con nuestro entorno para ser felices. En libros como "Un nuevo mundo - el despertar de una nueva conciencia"
él aborda un término interesante y útil: la mente egoica. Además, no duda en afirmar una de las fuentes más complejas del sufrimiento personal.
Para Tolle,
las personas caracterizadas por una mente egoica "están poseídas por su propia mente".Existe una especie de obsesión con los propios pensamientos, juicios, valores y emociones, hasta el extremo de vivir completamente "apegados" a su propia historia. No hay nada más allá de ese horizonte exclusivo y personal. La mente egoica es persistente y repetitiva, originando así un tipo de energía psíquica muy destructiva . No podemos olvidar que este tipo de personalidad también procura diferenciarse de otros egos y superarlos, cayendo poco a poco en un tipo de lucha inútil y frustrante, ya que el "combate" entre egos sólo tiene como consecuencia el sufrimiento psicológico.
Cómo propiciar un descanso para su ego La persona en cuya mente reverbera la voz del ego a cada instante va siempre a buscar cambiar a los demás, sin esforzarse para mudarse a sí mismo. Todo esto genera frustración. En realidad, es muy probable que alguna vez usted haya conocido a la típica persona que se queja que "las relaciones son muy difíciles", sin darse cuenta de que el foco del problema es ella misma y no los demás.
El propio Eckhart Tolle nos cuenta la historia de que él también tuvo que pasar por esa misma transformación: la de desapegarse de su ego, del"cuanto más tengo, más soy" y de todas esas voces internas que le impedían se sintoniza con la vida y con los demás de forma íntegra y humilde.
Aunque no es fácil, usted puede conseguir. Por eso, le proponemos reflexionar sobre estas cuestiones.
Ellos le enseñarán a lidiar mejor con una persona de "ego alto" y también a desactivar algunos de los comportamientos que van en esa línea y que todos nosotros algún día ya tuvimos. Secretos para desapegarse del ego
Una de las frases más conocidas del polémico Donald Trump es la "muéstrame un hombre sin ego, y yo le mostraré un perdedor" . Es claro que el ego al que se refiere el próximo aspirante a la presidencia de Estados Unidos no es exactamente el ego que nos referimos en ese artículo. Así:
Para poder defendernos de esos egos disfuncionales que se encuentran a nuestro alrededor, lo mejor es no reaccionar a determinados comportamientos. Ignorar es responder con sabiduría y, además, también frustra a quien desea ser el centro de atención. Una técnica para "apagar el ego" es encontrar la calma interior, silenciar las voces en nuestra mente. El ego siempre está buscando algo: si introduce un poco más en eso o en aquello para completarse, desafiar a otra persona para tener razón en algo. La fuente del sufrimiento asociado al ego terminará cuando enfocamos en el tiempo presente para buscar un fin más noble, más humilde. Como generalmente se dice:
"nadie llega a aprender el sentido de la vida hasta que no someta sus egos para servir a sus hermanos.
Cuando nos conectamos de manera empática con los demás y entendemos que "ser no es poseer" o que "cuanto más tengo no necesariamente más" nos liberamos de inmediato de cargas interminables. Es entonces que la mente egoica se apaga y nuestra valiosa mente emocional es encendida.