El cerebro de una persona creativa es como un salón de grandes ventanas. En ese espacio infinito, la inteligencia se divierte y la intuición se deleita. Lo imposible se hace posible y lo ordinario se transforma en poesía. Nada es absurdo para esa mente que sabe muy bien que detrás de lo común, se encuentra lo extraordinario. En los días de hoy, todavía hay quien piensa que en la ciencia no hay lugar para la imaginación. Todos los que opinan de esa manera probablemente nunca leyeron una de las aventuras de Sherlock Holmes. Pocas veces se les enseña de forma tan clara y divertida que
entre la observación y la deducción, existe un proceso fascinante llamado creatividad. Es la parte más festiva, más arriesgada y vital de todos nuestros procesos mentales. ¿Qué hay en el cerebro de la persona creativa que no existe en el de las demás? Si pensamos en la personalidad del propio Sherlock Holmes, o si visualizamos Salvador Dalí, Nikola Tesla, Van Gogh, Mozart o el propio Leonardo Da Vinci, ya conseguimos observar algunas características donde
el brillante se mezcla a veces con dimensiones personales un tanto complejas. Tanto es así que el propio Mihaly Csikszentmihalyi, después de más de 30 años de investigación sobre este tema, lo vio todo con claridad. La persona creativa no es sólo un individuo. Son muchos "yoes" en un mismo espacio, es una entidad compleja, dinámica, a veces oscura, pero siempre vibrante y receptiva a su entorno.
Sin embargo, hay un aspecto que también debemos dejar claro: la creatividad puede ser entrenada.
Aunque pueda parecer un don para muchos de nosotros, esa capacidad es como un músculo poderoso que podemos ejercitar cada día. ¿Qué es lo que el cerebro de una persona creativa esconde? En 1960 se realizó una de las investigaciones más fascinantes de la historia. Frank X. Barron, pionero en el estudio de la psicología de la creatividad, invitó a una serie de personalidades de su época para pasar unos días en una república de estudiantes en la Universidad de California, en Berkeley.
En ese grupo de invitados estaban escritores como Truman Capote o Frank O'Connor, así como conocidos arquitectos, científicos y matemáticos. El propósito era tan simple como apasionante:
averiguar lo que los hacía diferentes de los demás y de qué manera funcionaba la maquinaria de sus cerebros. Las conclusiones que se han tomado no están muy lejos de las que seguimos manteniendo en los días de hoy. Son las siguientes.
Inteligencia y creatividad no están relacionadas Lejos de lo que muchos pueden pensar,
el cociente intelectual no está relacionado con una alta creatividad.
Además, en los días de hoy no hay ninguna prueba para identificar a una persona creativa. Estamos ante una dimensión tan vasta, ilimitada y multidimensional, que es imposible clasificarla con clásicas pruebas estandarizadas.
El lado oscuro del genio creativo Algo curioso que el doctor Barron y su colega Donald MacKinnon observaron es que la creatividad, a menudo, puntuaba un poco más alto en el índice de psicopatología
. Hasta un 15% por encima de la media. Este supuesto "lado oscuro" tenía una explicación muy interesante.
La persona creativa tiene pequeños trazos que encajan en tal personalidad: son introspectivos, a veces desafiantes, van mucho más allá de lo que ya es establecido y, a su vez, asumen riesgos. Sin embargo, su salud mental era superior a la media.La introspección no es patológica
- , por el contrario, es una herramienta extremadamente eficaz tener una mejor conciencia de sí mismo.
- La persona creativa está conectada a su mundo interior y, por lo tanto, es extremadamente receptiva a lo que los envuelve. En esta perfecta armonía está la magia: en conocer sus obscuridades, pero alimentarse siempre de la luz del entorno.Si usted es una persona creativa, es una persona valiente
Las personas altamente creativas, en realidad, existen en un pequeño número. Puede parecer decepcionante, pero si eso es así, se debe a una razón bastante concreta: La persona creativa se arriesga y va más allá de lo establecido
sin importar lo que digan o hagan los demás.
También tienen la capacidad de asumir riesgos calculados y la capacidad de pensar de una manera muy inusual. No actúan sobre la base de objetivos externos o refuerzos que otras personas podrían ofrecer.
- Su motivación es intrínseca , de ahí su elevada auto-exigencia.
- El arte del desorden y la magia de la complejidad La persona creativa hace malabares con su mente.Ella encuentra el equilibrio en el caos, el desorden es un desafío, y el complejo, en su mente, se vuelve simple.
En sus mentes habitan comandantes que trazan nuevos rumbos con base en las experiencias anteriores.
Hacen simulaciones como el mejor de los arquitectos.Reflejen como genuinos yoguis para tomar distancia de lo ordinario, alcanzando así lo extraordinario.
Aun así, y viendo todos los procesos afines que sus cerebros realizan, podemos deducir que no sólo hacen el uso del famoso hemisferio derecho , donde están contenidas la intuición, los colores, las formas o la imaginación. La persona creativa es una optimizadora del potencial cerebral.
- Hablábamos al principio sobre Sherlock Holmes. El famoso personaje de Conan Doyle es el mejor ejemplo de cómo una persona creativa hace uso de ambos hemisferios. Comienzan observando, haciendo el uso de la lógica, de la información lineal, de las secuencias, del análisis y del lenguaje. Más tarde, del hemisferio izquierdo, pasan al derecho a "rellenar" los datos y los vacíos que faltan. Para ampliar perspectivas a través de la imaginación. Es así como creamos, es así que deducimos y transformamos nuestro mundo para tomar decisiones más acertadas, más hábiles, más creativas.Es algo maravilloso y lleno de posibilidades que vale la pena explorar cada día.
- Se atreve a pensar de forma diferente.