Nuestros hermanos, esos mejores amigos que no tuvimos que elegir. Estas personas que en algunos momentos nos obligaron a no gustar de ellos, que nos irritaron y que nos ignoraron sacando de serio incontables veces. Esas personas que a pesar de todo siempre están ahí para nosotros, y siempre estaremos allí para ellas.
Sea como sea, la relación entre hermanos es una de las más intensas que vivimos, y la más repleta de altibajos. Es casi seguro, sin embargo, que prevalezca un sentimiento de amor incondicional que crea una relación fraternal duradera que nos trae la oportunidad de realizar nuestro viaje de la vida acompañados. Aunque no todas las relaciones fraternales son el mejor ejemplo de relación positiva, normalmente los hermanos permanecen unidos y comparten amor, bromas y alegrías que se convierten en memorias que no se olvidan a lo largo de toda la vida.Un hermano es un bote lleno de memorias de la infancia y un registro del crecimiento de nuestros sueños.Compartir
Quien tiene hermanos tiene una gran riqueza emocional
Como veníamos hablando, los beneficios emocionales de contar con nuestros hermanos a lo largo de nuestra trayectoria de vida son gigantescos. Entre otras razones, es cierto que los hermanos pueden protegerse mutuamente de los sentimientos de soledad, de los miedos o de la tristeza profunda.
Así, tener hermanos es siempre positivo para los niños y, por supuesto, también para los adultos. Digamos que en las primeras fases de nuestra vida nos mantenemos alejados del egoísmo y de la culpa gracias a la convivencia con ellos y todo lo que ella exige de nosotros. Incluso las discusiones tienen un gran beneficio emocional, pues nos ayudan a adquirir la habilidad de controlar nuestras emociones, compartir, ser flexibles y dejar de lado sentimientos que son tan negativos como el rencor y la envidia.
CompartirAsí, hay muchas habilidades que conseguimos desarrollar gracias al crecimiento que se da compartido con nuestros hermanos:
Aumentamos nuestra autoestima.
- Aumentamos nuestra capacidad de generosidad.
- Somos más pacientes.
- Evitamos problemas emocionales en las fases iniciales de la vida.
- Nos ayuda a alejarnos de la soledad.
- Obviamente estas habilidades pueden ser desarrolladas también sin necesidad de compartir una infancia con hermanos, pero el hecho es que en algunos aspectos
tener hermanos cerca crea una cierta disposición a prestar atención a los demás y sus necesidades. Lo que aprendemos gracias a la relación fraterna
El amor de hermano no se compara a ningún otro amor
, pues es una relación que genera innumerables dulces recuerdos que impregnan nuestra memoria de sonrisas, de diversión y del sentimiento de pertenencia. Sus manos nos recuerdan de bromas y alegrías, y su mirada recuerda complicidad infinita. Desgraciadamente, no siempre todas las relaciones fraternales son positivas. Estamos hablando aquí de aquellos hermanos que son enemigos y rivales y que no tienen sentimientos positivos mutuos. Ciertamente, y tristemente, eso es real y puede suceder.En ese sentido,
la rivalidad entre hermanos acaba dando a veces como una consecuencia natural de su condición.
Puede ser que no saber lidiar con los sentimientos normales de rivalidad acabe creando muchos sentimientos negativos y tinie de oscuridad una relación que, por naturaleza, sería maravillosa. Sin embargo, la regla general es que los hermanos sean parte de nuestra familia y, en cualquier caso, aunque el tiempo y la distancia nos alejen, un hermano siempre hace cualquier cosa para ver a su hermano sonreír.Compartir
Sucede lo que suceda, y aunque las ramas de los árboles crezcan hacia lados diferentes, siempre compartir la misma raíz.Llorar, reír y vivir uno al lado del otro crea una unión eterna.
Porque lo que dos hermanos viven juntos es inolvidable, pues las miradas de complicidad, las bromas y las peleas y las paces siempre quedarán guardadas en las memorias junto con un amor incondicional.