Saber escuchar

"Hablar es una necesidad, escuchar es un arte"

Johann Goethe

Saber escuchar es un proceso fundamental para que ocurra una comunicación eficiente.

Escuchar y escuchar

Escuchar y escuchar son dos acciones diferentes. A lo largo del día hemos escuchado muchas cosas, pero escuchamos muy poco. Cuando oímos, no prestamos atención profunda, simplemente captamos la sucesión de sonidos que se producen a nuestro alrededor. Mientras que, cuando escuchamos, nuestra atención está dirigida a algún sonido o mensaje específico, o sea, existe una intención; en ese momento, todos nuestros sentidos se enfocan en lo que estamos recibiendo. Así, las personas que saben escuchar a los demás los acompañan en su viaje por la vida.

Aprendiendo a escuchar

Un proverbio oriental dice: "Nadie pone más en evidencia su bajeza y mala creación, que el que comienza a hablar antes de que su interlocutor haya terminado".

Lo que sucede es que a veces cuando estamos hablando con otra persona, ambos tenemos la dificultad de escuchar, pasando, en muchas ocasiones, a apenas oír mientras elaboramos lo que vamos a decir tan pronto como el otro termine, en lugar de prestar atención a lo que nos están diciendo. De esta forma, el diálogo queda bloqueado por pausas verbales, ya que si todos quieren hablar al mismo tiempo y las razones de ambos no son escuchadas, no hay diálogo; sólo hay monólogos que se superponen. Saber escuchar es una actitud difícil, ya que exige el dominio de sí mismo e implica

atención, comprensión y esfuerzo para captar el mensaje del otro. Significa dirigir nuestra atención al otro, entrando en su ámbito de interés y su punto de referencia. El diálogo exige una actitud silenciosa, en la que se escucha atentamente. El escritor y orador J. Krishnamurti afirmaba que

"Escuchar es un acto de silencio".Mientras no callar nuestro diálogo interno y prestar atención a nuestro interlocutor, no aprender a escuchar. Sólo la actitud de escuchar atentamente hace que la respuesta que daremos a nuestro interlocutor crea fuerza. Si no abrimos nuestros oídos para escuchar completamente, será difícil poder decir al otro algo que sea válido. Si realmente escuchamos, la persona que habla sentirá que le están dando la importancia que ella merece, quedando agradecida y creando en sí, de esa manera, un clima de respeto, estima y confianza. El acto de escuchar es una habilidad que exige

apertura, transparencia

y voluntad de entender . El perfecto equilibrio entre saber escuchar y saber hablar produce el diálogo. Debemos ejercitar la habilidad de escuchar!Es un ejercicio sano, enriquecedor y solidario, sobre todo en una sociedad en la que hay muchas personas que necesitan ser escuchadas. Sólo cuando somos capaces de escuchar al otro, abrimos la puerta para que esta persona se comunique con nosotros.

Créditos de la imagen: Soohyuk Kim