Me quedo sólo observando lo que el exceso de exhibicionismo puede hacer en la vida de esas celebridades. Cada día veo a esas personas cosechando lo que plantan. No siempre jugar todo en las redes sociales puede traer fama, poder y dinero, a veces puede traer otras cosas muy malas también.
En realidad no siento la mínima voluntad de hablar todo sobre mi vida, pero hay quienes gustan, o al menos aprecian hasta sufrir algo que puede afectar su vida definitivamente. Hay gente que late en el pecho y dice: "mi vida es un libro abierto", como si todo lo que hiciera fuera correcto e interesante a punto de exponer a los demás, esperando aprobación o sólo para causar. Otros quieren seguidores, en fin, son innumerables los motivos oscuros. Nadie en este mundo tiene una colección de hechos sólo interesantes, perfectos y ejemplares. ¡Yo deseo!Pero no es, no. Tengo mucho que no mostrar. No soy perfecta y nadie es también. Dentro de mí llevo esas cositas indeseables, que no son ni de cerca admirables. Mis pequeñeces inevitables, mis mezquindades, mis vergüenzas y mis pecados. Hay algo que sólo me interesa. Que sólo me molesta. A lo sumo, a una u otra persona dispuesta a hojear mis páginas y luego cerrar el libro de nuevo, tal vez para ayudarme, me aconseje o me acusar.
Gente perfecta demasiado cansa, hasta porque no existe, pero tiene muchos por ahí que quieren ofrecer como una verdad. Aunque la perfección me fuera dada, Dios me libre de exhibirla por ahí como quien busca un premio. ¿Contar para qué? Guardo conmigo. Secretamente. Bien decían mi abuela y la suya: en boca cerrada no entra mosquito. Y de allí tampoco sale lo que no tiene que salir. ¡Sabías abuelos! Cuando se tiene un sueño, una voluntad, un deseo, hable sólo para los pocos en quienes puede confiar,
o si prefiere, no hable a nadie. Después de que ya haya comenzado, cosechando frutos de lo que plantó, allí usted habla. ¡Antes no! No salga por ahí exhibiendo perfección o felicidad demasiada, eso incomoda a las personas, principalmente las carentes y envidiosas.
Sé que muchas celebridades lo ofrecen diariamente, en una sociedad fútil y vacía como la nuestra, miramos y fantaseamos un mundo perfecto, deseamos íntimamente tener una vida como la de ellas. Pero ellas sufren también. Mantener una fantasía en una vida llena de focos cansan más que para nosotros, mortales mortales. Esto puede ser constatado en innumerables casos de abusos de drogas, depresiones y suicidios en ese medio. Por más que pueda parecer interesante de ver (o de imaginar), nuestra vida no es un libro abierto.
Tiene algo que nadie necesita saber. Hay algo que no podemos enorgullecernos.
Tiene algo que no debería ni haber ocurrido. Contar para todo el mundo lo que nadie preguntó, para agradar, atacar o llamar solamente la atención, es nada más que una horrible pérdida de tiempo. A diferencia de lo que piensa sobre sí misma, una persona que habla todo de su vida para todo el mundo no es alguien interesante y admirable. Es una criatura que aún no se conoce, que no ha aprendido el significado de su vida. Por más que no debamos valorar nuestros errores, cada dificultad vivida es un aprendizaje. Caer y levantar forma parte del mismo proceso que es vivir. Muestre cada uno que su vida es maravillosa, perfecta, la moda, rico, estupendo, no es nada más que vivir en una mentira! Pobre de aquel que desea eso para sí, que mira hacia la vida ajena buscando forma de vivir su propia vida.
Nadie puede vivir para ti. Nadie puede sentir totalmente su dolor. Nadie puede saber cómo es su forma de percibir y reaccionar ante las situaciones. Entonces, deje de leer el libro de la vida del otro y escriba su historia, a través de sus lentes, de sus sentimientos, de sus dificultades. Se combina así: divida solamente lo que puede ser útil para las otras personas. Si son cosas que se refieren a ti, a tu familia, a tu trabajo, a tus sueños, a tu relación, apenas cuidas de eso. Va a ser más prudente. Usted será más feliz. Porque la única certeza de exponer la vida a todo el mundo es que damos el derecho de ellos a cobrar por ello.