Todos hemos oído o dijimos la frase "estoy nervioso, necesito un cigarrillo".Así, la creencia de que el tabaco tiene un enorme poder ansiolítico es tan difundida que pasó a formar parte del inconsciente colectivo. Mucha gente cree que el cigarrillo tiene un efecto relajante, parecido al de una infusión de valeriana. De esta forma, muchas personas continúan fumando con el único propósito de mantener la calma.
Pero la realidad es que eso no es verdad. El tabaco es una sustancia excitatoria.Al fumar, nos quedamos más activos y también más nerviosos. La "tranquilidad" que sentimos en un primer momento al tragar el cigarrillo tiene que ver con la reducción de la ansiedad de consumir la sustancia adictiva, no porque realmente tenga un efecto relajante. De hecho, la sensibilidad que tenemos a la ansiedad influye de forma significativa en el consumo de tabaco.
"La verdadera cara del cigarrillo es la enfermedad, la muerte y el horror, no el glamour y la sofisticación que la industria del cigarrillo intenta retratar."
-David Byrne-
La ansiedad y las primeras tragadas
Para empezar, es la sensibilidad a la ansiedad?La sensibilidad a la ansiedad es el miedo que algunas personas tienen de la ansiedad en sí y de sus síntomas.Estas personas piensan que el estrés tiene consecuencias muy perjudiciales para ellas. Así, cuando detecta indicadores de que están experimentando esa emoción, ocurre una amplificación de la misma.
El peligro de tener una alta sensibilidad a la ansiedad a la hora de comenzar a fumar es que estas personas pueden ver cuán beneficiosa es esa primera reducción de la ansiedad que se consigue inmediatamente después de la tragada.El hecho de encontrar en el consumo de tabaco una forma efectiva de regular la ansiedad va a hacer que empiecen a fumar habitualmente. Además, será una razón para no dejar el vicio.Es decir, esas personas interiorizan la idea de que fumar es una forma aceptable y "rentable" de reducir la ansiedad. En otras palabras,
van a hacer del consumo de tabaco su estrategia para regular la ansiedad. Por lo tanto, es importante aprender a poner en práctica otro tipo de estrategias de enfrentamiento para el estrés, para que seamos capaces de lidiar con él sin realizar conductas perjudiciales para nuestra salud, como fumar.¿Cuál es el papel de la sensibilidad a la ansiedad en el hecho de continuar fumando?Así como para empezar a fumar, la sensibilidad a la ansiedad también tiene su papel en el hecho de continuar con el fumar.
Esto no ocurre solamente porque porque estas personas tienen una mayor sensibilidad al efecto ansiolítico del cigarrillo desde la primera tragada; otros factores también influencian.
"Cuide su cuerpo. Es el único lugar que tienes para vivir. " -Ju Rohn-En concreto, las personas con alta sensibilidad a la ansiedad tienen un mayor efecto positivo después de fumar. Así, ellas también sienten una mayor satisfacción. Además, la recompensa psicológica para ellas aumenta. De esta forma, fumar no sólo reduce la ansiedad, como también
aparecen emociones positivas que van a influir para que la persona siga fumando.
Esto hará que las personas con alta sensibilidad a la ansiedad fumen de forma más inflexible ante situaciones estresantes y que les causan emociones negativas. Es decir, nuevamente, utilizan la conducta de fumar para regular el estrés en lugar de enfrentarlo de forma más adaptativa.
¿Cómo la sensibilidad a la ansiedad actúa a la hora de soltar el cigarrillo? La sensibilidad a la ansiedad es especialmente importante para quien quiere dejar de fumar. Se interfiere de forma directa en los intentos de abandono del consumo, ya que estas personas sienten ciertos síntomas de abstinencia más intensos en la primera semana. Por lo tanto,
tienen una probabilidad menor de dejar de consumir cigarrillo y un riesgo más alto de recaída.
Estas personas también presentan más intentos fallidos de dejar de fumar.
La consecuencia es que se sienten menos capaces de lograr hacerlo. Además, creen que al final lo único que van a conseguir es aumentar su sensación de incomodidad. Como ya comentamos anteriormente, estas personas tienen miedo de sentirse más ansiosas, y esas expectativas van a significar una desventaja añadida al proceso de dejar el cigarrillo, que por sí solo ya es difícil. "La conciencia de que la salud es dependiente de los hábitos que controlamos nos hace la primera generación de la historia que determina en gran medida su propio destino".-Jimmy Carter-
Por todo ello, es interesantetrabajar de forma concreta la sensibilidad a la ansiedad con las personas que quieren dejar de fumar.
Para ello, es necesario que ellas se expongan de forma gradual a la ansiedad. Es decir, tienen que sentirla. De esta forma, podrán ver que son capaces de gestionarla y no tendrán tanto miedo de ella, lo que va a reducir los efectos negativos de esta sensibilidad en el abandono del consumo de cigarrillo.