No me siento más con rabia: sólo ojo, pienso y me alejo

Para tener fuerza para lidiar con situaciones complicadasdebemos aprender a tomar una cierta distancia emocional, a cuestionar lo que se presenta para nosotros y pensar antes de tomar cualquier decisión. Como con todo en la vida, para aprender eso es necesario tiempo y experiencia, mucha experiencia.

Así, podemos decir que la distancia emocional es una regla implícita que nos permite ver y sentir las cosas de otra manera, pues damos tiempo para que las emociones como la rabia pierdan fuerza y ​​entonces podemos entender mejor nuestros sentimientos, los cuales, nos permiten comprender con más claridad lo que pensamos y cómo realmente queremos actuar.

Es decir, hacer esto, distanciarse, sirve para lidiar mejor con nuestras emociones y así lograr coherencia entre nuestras opiniones y nuestras acciones sobre un tema determinado, como por ejemplo las actitudes de una persona.

¿Cómo distanciarse emocionalmente de una situación?

Ahora, cómo hacerlo? ¿Cómo distanciarse emocionalmente de una situación? Esta respuesta no tiene una fórmula mágica, pues depende de muchos factores personales y circunstanciales, así como factores relacionales. Hay personas a las que damos gran importancia, y nos alejamos de las emociones que tenemos cuando estamos con ellas es, sin duda, una de las tareas más complicadas que tenemos que concluir a la hora de montar el rompecabezas para comprender lo que está pasando. Sin embargo, e incluso considerando que no tenemos una receta perfecta que nos lleve a tomar la distancia ideal de la mejor manera posible , podemos destacar la mayor parte de los ingredientes que nos faltan para conseguir distanciarnos emocionalmente en las situaciones más difíciles para nosotros.Como ya hablamos, es indispensable que respetemos el tiempo, pues tiempo es necesario para ver más nítidamente nuestras emociones. Metafóricamente, podemos ilustrar esta cuestión con los colores de los semáforos: rojo, amarillo y verde.
CompartirFrente a una afrenta, probablemente la luz amarilla parpadea para pasar rápidamente al rojo. Es decir, cuando somos invadidos, por ejemplo, por la rabia, la tristeza, la alegría o cualquier otra emoción, nuestro semáforo rápidamente se vuelve rojo, y en ese momento no debemos tomar decisiones.

Con el semáforo rojo debemos frenar nuestra reacción emocional y esperar un tiempo para comprender exactamente lo que pensamos, sentimos y lo que vamos a hacer.

CompartirObserve, mire y aleje si es necesario, pero

no tome decisiones permanentes a partir de emociones que son temporales , aunque tenga ganas de decir muchas cosas en determinadas situaciones o de gritar, usted puede manchar para siempre . Dale tiempo para que tus emociones se estabilicen de nuevo, ir a dar un paseo, pintar un dibujo o dejar pasar unos días antes de decidir y lidiar con la situación o persona que te irritó o entristeció.Cuando el tiempo pasa algunas cosas simplemente dejan de tener importancia,

y algunos detalles que antes eran angustiantes pasan a ser comodidades que relativizamos y aceptamos como inherentes a las circunstancias. Digamos que es gracias al tiempo que nos alejamos y dejamos de reaccionar con intensidad emocional, evitando generar decepciones, expectativas y traiciones.

Conseguir, en fin, no ser controlado por nuestras emociones es posible , pero es una habilidad que se aprende solamente con la práctica.La brújula interna, un gran beneficio ganado con la distancia emocional

En el momento en que conseguimos crear una distancia emocional ante una situación, podemos escuchar lo que dice nuestra brújula interna que nos da intuiciones sobre lo que está bien y lo que está malo. Estas intuiciones muchas veces son ciertas, puesto que se basan en nuestros sentimientos, mucho más duraderos que nuestras emociones.

Entonces, las decisiones que tomamos acerca de los demás y de lo que ocurrió serán mucho mejores y más coherentes con lo que sentimos y pensamos verdaderamente. Aquí se puede saber lo que merece atención y lo que puede ser ignorado, fomentando un sentimiento bueno e impidiendo que sufrimos por aquellas cosas que no podemos controlar. Resumidamente, es muy importante que ante situaciones complicadas o con mucha carga e intensidad emocional creemos una distancia, pues así tendremos éxito en ver que los aspectos más pasajeros de nuestras emociones nos confunden, y entonces no nos arrepentiremos de actuar de una u otra manera.