Si trazamos un mapa de sentimientos y situaciones, percibimos que para muchas personas la soledad y la tristeza están muy cerca. Esta cercanía no sólo se relaciona con la soledad en la primera persona, sino también con el sentimiento de pena que solemos sentir por alguien que vemos como aislado.
Sin embargo, esta visión es muy distorsionada. La soledad sólo puede ser comprendida como una carga cuando se impone, cuando la persona que se siente sin apoyo social desea tenerlo y no tiene forma de encontrarlo. Esta soledad tiene mucho que ver con la necesidad de contar, de hablar y de relatar parte de nuestra historia.
Por eso es un sentimiento tan perjudicial en las personas mayores. Ellos sienten que han acumulado una cierta sabiduría que necesitan entregar de alguna manera y, por eso, son tan agradecidas cuando simplemente les dedicamos tiempo. Porque la tristeza que acompaña la soledad impuesta también tiene mucho que ver con el tiempo y con la sensación de que no somos tal vez suficientemente valiosos para que alguien lo dedique a nosotros.
En el lado opuesto está la soledad escogida, la necesidad de poder escapar del ruido social. La inquietud de tomar cierta distancia que nos dé claridad, como si de cerca se veía borroso. Este tipo de soledad es la que nos hace independientes y nos dota de recursos para poder sentirnos plenos, dependiendo única y exclusivamente de nosotros mismos. "La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes". -Arthur Schopenhauer- Usted puede hacer lo que quiera, cuando quiera
Si usted es una persona que ama la soledad y vive solo en su casa, es probable que se haya acostumbrado a ser la persona con quien más se preocupa.
Tal vez, en esa hora usted esté colocando en la balanza las ventajas que la soledad implica frente a las que tendría una vida compartida.
Entre las ventajas ciertamente está eligiendo sus planes, no dar explicaciones o poder tomar decisiones instantáneas; entre las desventajas, la seguridad que le daría un apoyo incondicional,
la necesidad de bienestar que emana del hecho de compartir, o el hecho de poder delegar algunas de las responsabilidades domésticas. Hay personas para las cuales esta soledad cotidiana será una situación transitoria y otras que la elegirán para siempre. Lo mejor, sea usted de un grupo o de otro, es que su situación sea la que usted escoja y no una a la que usted tenga que adecuarse porque usted no tiene la oportunidad de vivir de otra manera.
Usted puede amarse a sí mismo en vez de no amar a nadie Dicen que la soledad ayuda a la gente a crecer como persona ya conocerse. Sin embargo, tenga en cuenta que esto no será así si usted se hunde en la frustración de no poder deshacer ni de ella, ni de la sensación, si usted comienza a buscar de manera obsesiva la manera de escapar, como si fuera una especie de león en la sabana. ¿Por qué, en general, huimos de la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran la compañía consigo mismos. "
-Carlo Dossi-Si usted aprende a apoyarse, a aceptar sus virtudes y sus defectos y, finalmente, a amarse, estará en el camino correcto de encontrar la felicidad,
ya que no dependerá de tener o no una relación amorosa para conseguirlo. La relación perfecta debe ser lo que tienes consigo. No se olvide de que partirán los que usted crea con los demás.
Cultiva las buenas amistades
¿Quién dijo que la soledad es sinónimo de estar aislado o de no tener amigos? ¡No es nada de eso!
La soledad es su capacidad de vivir de su manera y eso no está atado, de ninguna manera, a tener buenos amigos que le comprendan, que les guste, que respeten su manera de vivir y hagan feliz.
Además,cuando usted decide estar solo, se está dando la oportunidad de conocer a nuevas personas