Lo que es incómodo y no es reparado se repite

No hay ninguna fórmula que podemos utilizar para evitar que algo que nos desagrada y que sea incómodo no suceda, ya que tanto las experiencias felices como las tristes están destinadas a ocurrir en algún momentoconcreto de nuestras vidas.Es imposible y poco viable querer siempre estar bien o hacer que los acontecimientos siempre nos traigan sonrisas, ya que la realidad es que los acontecimientos que nos hicieron lamentar también nos enseñaron algo: somos capaces de levantarnos una vez detrás de la otra y, al mismo tiempo, estamos provistos de herramientas para soportar las caídas. "No hay felicidad, y de eso estoy seguro, que pueda ser obtenida al escapar o huir hacia el pasado".

- Jorge Bucay - Justamente por eso siempre necesitamos afrontar lo que nos molesta y buscar una forma de reparar tal situación. No podemos olvidar que si tenemos dentro de nosotros la fuerza suficiente para soportar el mal, somos igualmente resistentes para afrontarlo yencerrarlo

por completo
: recuerde que lo que no está bien atado siempre es capaz de escapar de donde está, y eso tiene consecuencias.

Es normal que usted quiera huir de lo que es incómodo. La tentación de escapar de lo que nos molesta es casi siempre muy grande. Como seres humanos, tenemos ciertos instintos y ellos nos dicen que, ante la percepción de una amenaza, las respuestas son dos: fuga o lucha. Sin embargo,la mayoría de las amenazas que enfrentamosno son leones o serpientes y requieren, por lo tanto, una respuesta más compleja.Es totalmente comprensible que, si estamos quebrados por dentro, sintamos que la solución más fácil es la de salir corriendo, mientras deseamos que el tiempo se encargue de hacer que las cosas vuelvan a su lugar. En los casos así, lo único que queremos es volver a estar emocionalmente bien, sin correr el riesgo de herirnos aún más. "Cuando las cosas se rompen, no es el hecho de que se hayan roto que impiden que vuelvan a ser reparadas. Como pequeñas piezas se perdieron, toda la forma ahora es disforme, todo cambió ".

- Anónimo -

Desmoronar implica, necesariamente, un cambio interior que, inicialmente, no entendemos y que nos desola por completo. Este cambio se vuelve incómodo si, además, no podemos dar a ella la importancia y el tiempo que ella merece:necesitamos volver a construirse y eso lleva a un proceso que estamos obligados a seguirpara que el dolor no se vea repite al mirar hacia atrás.Lo que usted escapa le acompañará

Estamos obligados a seguir el proceso porque si intentamos huir de él, tarde o temprano nos damos cuenta de que él nos estaba acompañando desde siempre. Incluso, si intentamos ignorar el proceso pensando en otra cosa, no lo habremos eliminado y él todavía estará ahí.

Probablemente,
salir corriendo nos da la perspectiva ideal para poder mirar lo que sucede con nosotros de otra manera

, y eso es bueno. Lo que pasa es que, al final de cuentas, siempre llegaremos al mismo punto: decir adiós al dolor, encontrar la voluntad para escuchar cuidadosamente a nosotros mismos y decidir ser valerosos ante la situación que no nos permite seguir siguiendo nuestro camino.Lo que usted no aprende se repite Cuando llegue el momento y hayamos aprendido a lidiar con lo que es incómodo, habremos aprendido mucho más de lo que podríamos pensar en el primer momento

: de cualquier forma saldremos fortalecidos con estas circunstancias que enfrentamos en la vida, en toda su profundidad.

Si, de lo contrario, permitimos que lo que nos bloquea siga presente, tendremos las manos y los pies atados al suelo y, a pesar de pensar que nos estamos moviendo, no estaremos. La cobardía, en ese caso, no es tener miedo del problema, sino no hacer nada para superarlo, pues valiente es aquel que decide enfrentarse a sus fieras."Lo que esperamos de una vida con las manos presas a la espalda,

con una cobardía encubierta, con una sonrisa de oreja a oreja a cada deslizamiento con la esperanza toda puesta en la suerte.-Pablo Benavente-

Todo aquello que es incómodo y abandonamos a la suerte se repetirá, esperando que tomemos alguna decisión

y volvamos a sentirnos bien. Continuará llamándonos cuando nos sentimos débiles y no se irá hasta que nos deshacemos por completo: algo que implica llorar, si es necesario.