Ama, porque eres amor cuando preparas la ropa de los hijos para el día siguiente. Ama, porque haces el almuerzo corriendo hacia el marido que llega en media hora.
Ama, porque eres tú quien siempre da el brazo a torcer para que todo vaya bien. Y lloras solo un minuto, pero perpetuas tu sonrisa el resto del día.
Ama, porque eres tú que llevas al perro a la calle, mientras tu marido está en el café con los amigos. Ama, porque eres tú que corres todo el día y aún puedes pintar el pelo a las diez de la noche y hacer las uñas en una pincelada de magia.
Ama, porque eres tú que vas para el trabajo temprano sólo para poder beber un vaso con aquella amiga, que necesita simplemente de desahogarse y que te llamó, desesperada, porque el hijo no quiere ir a la escuela.
Ama, porque puedes tener tiempo para dedicar a una causa humanitaria ya los demás, olvidándote de que necesitas descansar más horas. Eres una persona de misiones.
Y tu misión debería ser amarte en primera instancia.
Ama, porque llevas a los nietos a la escuela, mientras los padres trabajan hasta tarde y te dedicas la vida y te toca el alma con una ligereza brutal.
Ama, porque apela a la sensibilidad de los demás siempre que están al este e indiferentes a las dificultades ajenas ... Ama, porque pasas de las zapatillas de cuarto para el zapato de salto y vas a aquella fiesta de sábado por la noche y arrasas en el medio de las niñas de veinte años.
Ama, porque corres detrás de tu amor, mientras él permanece sentado en aquella terraza de la playa para ver a las otras chicas de bikini, pero sabes que es a ti que ama y, por eso, simplemente no te importa con eso.
Ama, porque eres simple, brilla por dentro e irradia belleza natural.
Ama, porque eres hombro amigo de quien necesita y guardas tu dolor en el bolsillo ...
¡Amate siempre en primer lugar!
Amor es cuidar.
¡Cuídate!
¡Ama más que a ti misma!