Mentir a veces ayuda?

Si nos preguntan, seguramente la mayoría de nosotros dirá que odia y no tolera mentir. Generalmente abordamos el tema por el aspecto moral y, por lo tanto, condenamos cualquier comportamiento asociado a la falsedad. Lo curioso es que todos mentimos de vez en cuando: "mentiras piadosas", decimos para justificar lo que tanto repudiamos.

Esta pregunta nos puede desconcertar: ¿Qué sucedería si nadie mentiste? Por ejemplo, si usted encuentra a alguien que le dice: "Nuestra, como usted es feo"! O un jefe que lo recibe diciendo: "Usted es un idiota y estoy buscando una oportunidad para despedirlo". O bien usted invita a alguien a cenar en su casa y al final, en vez de agradecerle le dice: "Usted no sabe cocinar, que comida sin sabor!"

"Sin las mentiras, la humanidad morir de desesperación y aburrimiento".
-Anatole France-

Estos son algunos casos de sinceridad extrema que pueden ser llamados groserías. Así como decimos que no nos gustan las mentiras, necesitamos reconocer que tampoco nos gustan ciertas verdades. En algunos casos, mentir no es engañar en el sentido moral del término, sino evitar conflictos innecesarios.¿La mentira es válida?

Como en casi todo el comportamiento humano, la cosa más importante no es el comportamiento mismo, sino la intención detrás de cada acto

. Hay quienes se enorgullecen de ser absolutamente sinceros y salen por ahí diciendo verdades para todo el mundo sin la menor consideración. ¿Su intención es decir la verdad, o lastimar a las personas usando un pretexto moral? De la misma forma,hay personas que mienten con una intención loable

. Un tiempo atrás un reportero dijo que su madre estaba enferma y el médico lo llamó para dar el diagnóstico: cáncer de páncreas. Él le pidió al médico para no contarle a su madre, porque ella era una persona extremadamente impresionable y eso podría afectarla demasiado. Pero el médico, teniendo en cuenta la ética profesional, dijo a la mujer cuál era el diagnóstico. Ella se puso muy nerviosa y una semana después murió de una crisis hipertensiva. Esta noticia le causó tanto miedo y sufrimiento que no resistió. La verdad causó un mal mayor que ignorar su enfermedad. Muchas veces la mentira puede ayudar, hasta encontrar una oportunidad para decir la verdad.De esta forma,

una mentira sólo puede ser aceptada cuando se tiene en cuenta lo que la motivó y sus consecuencias

. Si la intención es evitar un mal mayor, podemos dejar de lado la cuestión moral y enfocarse en las consecuencias de una verdad. No siempre la mentira es condenable.Mentir para ganar algo a cambio Si el propósito de la mentira es satisfacer un deseo egoísta o beneficiarse de alguna manera, la situación es muy diferente. En este caso, la mentira se transforma en una herramienta de manipulación.

Las

verdades son omitidas o distorsionadas con el fin de dejar al otro vulnerable : la vulnerabilidad surge cuando desconocemos informaciones relevantes que nos alcanzan directamente. Este tipo de mentira sólo ayuda a quien las cuenta. En vez de evitar un sufrimiento o un conflicto innecesario, acaban causando más dolor. Lo mismo sucede cuando mentimos por miedo a enfrentar la verdad o asumir alguna responsabilidad. Esto no es una buena fórmula para mantener una situación bajo control, sino un veneno que está contaminando todo a su alrededor.

Hay otros tipos de mentiras que se utilizan en algunos tipos de terapia. Son aquellas frases que las personas repiten para sí mismas para funcionar como una autosuficiente. Por ejemplo: "estoy bien y me quedar cada vez mejor", aunque la realidad sea otra. En este caso, se trata de un mecanismo similar al de algunos anuncios por los cuales

"Una mentira repetida mil veces puede transformarse en una verdad". A veces nos equivocamos para sobrevivir en un momento difícil o porque no estamos preparados para enfrentar la verdad. El problema es que ese proceso no siempre es consciente; creemos en esas mentiras y nos quedamos atrapados.Sin duda alguna, en algunos casos la mentira ayuda mucho, pero en la mayoría de las situaciones la verdad ayuda mucho más.

De cualquier forma, no se olvide que la mentira tiene un precio. Si usted dice a alguien que cocina mal que le gusta su comida, continuará comiendo lo que no quiere. Si usted dice una mentira más comprometedora, el precio puede ser mayor y puede terminar con su relación.

¿Vale la pena?