¿Quién nunca tuvo la sensación de rabia
presa en el estómago como si fuera un nódulo doloroso? O un miedo que hizo su corazón palpitar hasta dejarle sin aliento? Sin duda lo más interesante es saber que todo sentimiento y toda emoción parece tener una correlación biológica: la envidia, la tristeza, la rabia, el amor, la ansiedad ... Veamos a continuación. Cuerpo y emociones
Mariposas en el estómago, tener el corazón roto, sudar frío ...
Expresiones populares que, en cierto modo, establecen una asociación entre los estados mentales y la sensación corporal.
Según los científicos, las emociones tienen como objetivo ayudarnos a enfrentar ciertas situaciones que ocurren a nuestro alrededor. Así, por ejemplo, ante una desilusión, decepción o pérdida, nuestro cerebro libera una serie de neurotransmisores que nos transmiten aquella conocida sensación de tristeza; algo que nos obligará a buscar la soledad en nosotros mismos, pensar en el motivo de haber ocurrido tal cosa y, finalmente, obtener estrategias de superación. Las sensaciones, a su vez, tienen correlación con nuestro organismo, aproximando la unión entre el cuerpo y la mente, preparándose para poder reaccionar adecuadamente. Por otro lado, la ansiedad agita nuestros órganos, acelera nuestro corazón, nos prepara básicamente para el movimiento y para la búsqueda de respuestas.
La atracción e incluso el amor nos ofrece una sensación de bienestar físico , que el cerebro interpreta como agradable. Como es algo benéfico, el cuerpo se encuentra bien. Los científicos de la Universidad Aaldo de Finlandia descubrieron que las sensaciones más comunes del ser humano, como la rabia, la tristeza, la felicidad, el miedo, etc, suelen desencadenar las sensaciones corporales más fuertes. Como aquellos conocidos apretones en el pecho, rigidez muscular y vacíos en el estómago. Además, los científicos señalan que estas correlaciones físicas son universales en todas las culturas, incluso en los asiáticos, a quienes solemos referirnos como personas frías al vivir ciertas emociones.Así, una cosa queda muy clara:
todos sentimos de la misma forma, pero nos expresamos de maneras diferentes.
Es ahí donde entran en juego los patrones de personalidad y las diferencias culturales de cada uno. Sin embargo, todos sentimos la decepción en los mismos órganos y la felicidad llena de la misma manera nuestros corazones.Mapa de las emociones
Los estudios realizados por este equipo de científicos se basan en análisis de más de 700 personas. Ellas se dedicaron a indicar en qué partes del cuerpo sentían algo con más intensidad al vivir determinada emoción. Los resultados demostraron que todos indicaron las mismas áreas e incluso las relacionaron con ciertos colores (que podemos ver en la imagen de este artículo): rabia, miedo, descontento, felicidad, tristeza, sorpresa, neutralidad, ansiedad, amor, depresión, desprecio, orgullo, vergüenza y envidia.
Llama mucho la atención que las emociones como la felicidad y el amor irradian por la totalidad del cuerpo , mientras que la envidia, por ejemplo, afecte una parte muy puntual y específica. Sea como sea, el mapa de las emociones viene a mostrarnos algo que, con certeza, todos nosotros ya sabíamos. A pesar de creer que nosotros, seres humanos, somos infinitamente complejos e indecifrables, todos sabemos lo que es la decepción y cómo es la alegría ...
Las emociones positivas nos enriquecen y las negativas nos causan dolor, pudiendo incluso originar enfermedades.
Tal vez, lo que estos estudios quieran mostrarnos es que no importa el género ni la cultura, todos compartimos el mismo mapa emocional. El siguiente paso, entonces, es llevar tal mapa en cuenta, para aprender que nuestros actos pueden hacer los otros felices o infelices. Así, podremos desarrollar la comprensión por las emociones ajenas e implementar este conocimiento en nuestro mapa emocional.