el origen de ese término venga del corolario masculino.Su origen es bíblico
Para entender el efecto Matilda, es necesario explicar el nacimiento de su análogo masculino: el efecto Mateo. Robert K. Merton, el sociólogo creador del término,recurrió a las palabras de San Mateo para referirse a un fenómeno extendido a muchas facetas de la vida. En su parábola de talentos, el evangelista anuncia una lección que invita a la reflexión. "Quítele, pues, el talento y dadlo al que tiene diez. Porque a todo lo que tiene se le dará, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado. "
- Mateo 25: 14-30, La parábola de los talentos -
El efecto MateoSe refiere a la menor atención, consideración y reconocimiento que las obras hechas por profesionales los desconocidos reciben.Esto se demuestra en comparación con las obras similares en importancia hechas por otros, ya consagrados o famosos.
Así, se intenta explicar
por qué las obras de personas anónimas no tienen tantas menciones como las de autores bien conocidos, incluso cuando estas últimas son de calidad inferior. De esta forma, son relegadas al segundo plano por no tener patrocinadores o por ser todavía jóvenes prometedores, y no autores consagrados. Así, quedan escondidos por la sombra gigante de los autores que ya gozan de éxito.
Adaptación femenina a la ciencia: el efecto Matilda
El conocido efecto Matilda nació en 1993 por Margaret W. Rossiter. La historiadora tomó como base el efecto Mateo anterior para denunciar y dar nombre al desprecio del trabajo de las mujeres en favor de aquel realizado por hombres.Él quería denunciar las situaciones en que los descubrimientos e investigaciones de las científicas son relegadas al ostracismo por una simple cuestión de género, y no de calidad. Así, su crédito y reconocimiento son menores que si la conquista fuera alcanzada por un hombre.
En ese sentido,la incorporación de mujeres en el campo científico se fue haciendo a cuentagotas.En algunos países todavía no pueden seguir una carrera o conducir. Hoy en día pueden entrar en la universidad y hacer un doctorado, pero las condiciones en que se encuentran todavía no son igual a las de los hombres.
Como las mujeres son perjudicadas
El beneficio que los hombres tienen no es sólo verificado en términos de premios. Además de los
premios, remuneraciones, empleos, financiamneto o publicaciones son variables diferentes en las que los hombres, en virtud del género, empiezan con una ventaja.Con eso, físicas brillantes, químicas, sociólogas o médicas van quedando por el camino.
Ellos tienen sus trabajos soterrados por los de los hombres , relegados al fondo del cajón o despreciados sin mayores explicaciones. Con eso, quedan sin el reconocimiento que merecían.La sufragista que dio nombre al Efecto Matilda
Rossiter llamó ese fenómeno de efecto Matilda, específicamente, en homenaje a Matilda Joslyn Gage.
Una activista, libre pensadora, prolífica autora y pionera en la sociología americana, que fue una de las pioneras en la lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Entre algunas de sus iniciativas, ella destacó su apoyo a Victoria Woodhull, una de las primeras mujeres que lucharon para ser presidente de la Casa Blanca. Madre de una gran familia, publicó innumerables obras denunciando la falta de libertad y reivindicando la igualdad de derechos para el sexo femenino.Su trabajo la elevó como presidente por muchos años de la Asociación Nacional de Sufragio de las Mujeres. A partir de ese momento, el efecto Matilda fue usado para citar todos los casos en que las mujeres, en el desarrollo de su profesión, tuvieron que enfrentar esa injusticia.
Todavía es evidente hoyLos casos que demuestran el efecto Matilda no se limitan sólo a los siglos pasados. Hoy en día, la situación injusta que las mujeres se enfrentan en muchas facetas de su vida diaria es evidente.Trabajar es sólo otro ejemplo de las áreas en que, de una forma u otra, son discriminadas.
Vamos a dar un ejemplo continuando con los premios Nobel, los premios más prestigiosos que se conceden a los profesionales científicos. Lise Meitner y Rosalind Franklin hicieron contribuciones decisivas. Respectivamente, para el descubrimiento de la fisión nuclear y la estructura de doble hélice del ADN.
¡Adivina! Ninguna de las dos fue reconocida por el Nobel. Sin embargo, sus semejantes fueron, aprovechando sus descubrimientos. En realidad, Meitner es uno de los casos más ilustrativos de cómo los resultados científicos hechos por las mujeres son totalmente ignorados por el comité de estos premios.En ese sentido, es altamente recomendado el libro "As 'mentiras' científicas sobre las mujeres", de S. García Dauder y Eulalia Pérez Sedeño. El trabajo trata en detalle cómo se da el efecto Matilda. También incluye muchos otros relatos relacionados con esta discriminación contra las mujeres. En ese sentido, la verdad es que avanzamos mucho en el camino para llegar al día, con esperanza próxima, en que las oportunidades serán iguales. Pero la verdad todavía es que hay un largo camino por recorrer para que los avances científicos no sean una cuestión de género. Así, todos tendremos claridad de que ellos deben ser valorados más por lo que significan que por quienes los realizaron.