Hay muchas maneras de cuidar, ya que nos cuidamos con todas aquellas conductas por medio de las cuales nos mostramos amor, respeto y dedicación. Cuando dejamos de cuidarnos acabamos sacando valor de nosotros mismos, dejamos de dar importancia a nuestras necesidades y de algún modo nos estamos agrediendo a través de nuestras propias actitudes.Muchos de nosotros adoptamos una lista de personas de las que cuidamos, creyendo que hay personas que necesitan nuestro cuidado, y pasamos todos ante nosotros.
Pensamos que tenemos suficiente fuerza para atender a los demás antes de atender a nosotros mismos. Esto, como veremos a lo largo de este artículo, es un grave error. "No se trata de pasar el cuidado de los demás al primer plano, antecediendo incluso el cuidado de sí mismo: el cuidado consigo mismo es éticamente el primero en la medida en que la relación consigo mismo es ontológicamente la primera". -Michel Focault-Cuidarse supone una responsabilidad con nosotros mismos, para atentar tanto para nuestra vida física, como para la espiritual, la psicológica o la emocional, ya que estamos formados por un conjunto de dimensiones que forman una globalidad interconectada que debe tenerse en cuenta, y ninguno de estos aspectos debe ser descuidado.Intente por un momento reflexionar sobre eso: ¿qué es cuidar de mí? ¿Qué estoy haciendo para cuidar de mí? La forma en que cuidamos de nosotros dice mucho sobre cómo nos encontramos actualmente, ya que está estrechamente relacionada con nuestro estado de ánimo y nuestra autopercepción. Cuidarse significa tomarse en cuenta, escuchar las propias necesidades y comprender que tenemos derecho a sentirnos bien
Comprender lo que significa cuidar
. Es entender y reconocer nuestra existencia, sabiendo que merecemos nuestro amor y nuestra compasión más allá de todos los prejuicios, castigos y cobranzas que nos imponemos a nosotros mismos.
Estamos cuidado de nosotros cuando evitamos lo que nos produce malestar:
cuando nos alejamos de ciertas personas que nos perjudican, cuando imponemos límites en relación a lo que queremos y no queremos hacer, y cuando nos damos la oportunidad de tomar decisiones por nosotros , dando prioridad a nuestro bienestar."No cuidarse es una forma de autoagresión sutil o manifiesta. A veces, como en un estado depresivo, la persona está sin energía para ella misma, y en otros problemas el sujeto revierte su energía contra sí mismo, aumentando a su vez la culpa y la auto-depreciación "
-Fina Sanz- Cuando dejo no me preocupa por sí mismo y no cuidando es una forma de agredir y de desvalorizarse. Nuestra propia autoestima se ve afectada cuando no atentamos para nosotros, ya que no estamos cuidando aspectos básicos de nuestro crecimiento y aprendizaje. Además, es bueno prestar una atención especial a usted ya que esta forma de agredirnos es muy sutil, pero no deja de ser extremadamente perjudicial.
Es igual a cuando dejamos de regar una planta, impidiendo que ella pueda vivir y crecer de forma sana.
También necesitamos nutrirnos y prestar atención a nuestras necesidades, que son la fuente de nuestra energía. De esta manera, damos a nosotros la oportunidad de desarrollo y de explorar nuestra felicidad.
"Nutrir a sí mismo de una manera que ayude a florecer en la dirección que desea es una meta posible de alcanzar, y usted merece ese esfuerzo"
-Deborah Day-Somos responsables de generar en nuestras vidas emociones y sentimientos agradables.
Tenemos la capacidad de hacer florecer nuestra felicidad y dar a ella el mayor sentido de nuestra existencia, compartiendo nuestro amor. Dedicar tiempo a nosotros debe ser una de nuestras prioridades, y así estaremos cuidando. Como consecuencia de ello, si lo hacemos bien, podremos cuidar de los demás después.El egoísmo sutil de no atentar a nuestras necesidades
Al contrario de lo que muchas personas creen, el egoísmo aparece realmente cuando no damos atención a nosotros, cuando consideramos que estamos volviendo más a los demás que a nosotros mismos. Lejos de ser un gesto altruista y amable, supone en realidad un descuido que nos impide escuchar y compartir todo lo que tenemos y somos.
No podemos dar nada que no tenemos, y si no contamos con nuestro amor, respeto y comprensión, difícilmente podremos ofrecerlo para los demás. Sin ser conscientes de ello, acabamos mendigando a los demás lo que nosotros mismos no nos damos. Nos apoyamos en los demás no atentando para lo que realmente necesitan, sino para intentar encontrar sensaciones positivas que no conseguimos de nosotros mismos. Los que se comportan como salvadores y cuidadores en la vida son muy inconscientes del propio egoísmo, porque creen estar en el punto contrario: del desprendimiento, de la generosidad, del altruismo y de la amabilidad. Pero para llegar a ese punto el primer paso es estar bien, escuchar a sí mismo y amarse, o bien todo lo que ofrecemos a los demás estará contaminado por nuestra falta de amor propio.
"Mi propia persona debe ser un objeto de mi amor igual al que es otra persona. La afirmación de la vida, de la felicidad, del crecimiento y de la libertad personal está arraigada en la propia capacidad de amar, es decir, en el cuidado, el respeto, la responsabilidad y el conocimiento. Si un individuo es capaz de amar productivamente, también ama a sí mismo: si sólo ama a los demás, no puede amar en absoluto. -Erich Fromm-