Esto trajo la muerte de niños en manos de sus padres, que, bajo el efecto de la rabia, descargan su fuerza física sobre la persona o sobre las personas que tendrían la responsabilidad de proteger: a sus hijos. Es lamentable que aún existan personas que suelen aconsejar: Este niño necesita unas buenas tapas!
En diferentes países hay leyes para la protección de niños y adolescentes, a pesar de que es un caso difícil de erradicar. El silencio actúa como cómplice, ya que en muchos lugares, se piensa que la manera de educar pertenece exclusivamente a los padres, sea cual sea el método.
Por un lado, algunas personas creen erróneamente que los maltratos son sólo castigos corporales.
También hablamos de maltrato cuando hay negligencia de la hora de satisfacer las necesidades de los hijos:alimentación, descanso, recreación, afecto, seguridad, apoyo psicológico o atención en períodos de enfermedades.Además, también son maltratos los rechazos afectivos en forma de gritos, insultos, amenazas y humillaciones.No permitir la amistad con otros niños es aislar socialmente, e impide el libre desarrollo de las habilidades sociales.Algunos padres no permiten que sus hijos vuelvan a la casa durante el día después del colegio, porque no toleran la responsabilidad de preparar la comida, dar ropa y un hogar limpio. En este cuadro, es típico encontrar progenitores alcohólicos o dependientes de drogas.
Como se mencionó, los malos tratos no quedan evidentes en muchas situaciones.Muchas veces este comportamiento es tan sutil que puede ser presentado, por ejemplo, con la comparación entre hermanos o con otros niños.
Muchas veces esta comparación impide que se desarrolle el sentido de pertenecer al grupo familiar, genera la desconfianza, lleva a cismas o aumenta la voluntad de evasión de la realidad.
Los docentes en la escuela pueden tener una función importante al observar e identificar cambios en la conducta de sus alumnos. En muchas ocasiones, una conducta disruptiva o agresiva en el niño es producto de los maltratos que recibe de un adulto. Entre las conductas que permiten identificar esta situación, se encuentran:* Miedo de uno de sus padres
* Miedo de agua, al salir al patio. Cualquier conducta anormal que persista con el tiempo es motivo de alerta. El insomnio, la aparición de conductas infantiles ya superadas como hacer pis en la cama, pesadillas, pérdida de apetito, aislamiento, broma solitaria o agresiva.* En el cuerpo aparecen marcas de causa "desconocida". Cicatrices en el nivel del lóbulo de la oreja.
Es lamentable cuando se escucha de la boca de la madre:
"Usted sólo me da problemas!"
"Usted sólo trae disgusto!"
"No van a querer ni de regalo!"
Es muy difícil ocultar los maltratos
Es es probable que no queden secuelas físicas en los niños, pero las secuelas psicológicas de los malos tratos pueden persistir. El niño probablemente tendrá una baja autoestima, vivirá con miedo, tendrá la percepción del mundo como un lugar hostil, tendrá mucha dificultad en confiar en las personas y, no extrañamente, podrá maltratar a sus propios hijos.
Todo niño y adolescente, sea niño o niña, tiene derecho a una vida libre de violencia, creciendo en un ambiente que le traiga seguridad.
Es verdad que los niños necesitan límites de conducta para vivir en sociedad, pero los malos tratos para imponer tales límites no se justifican.
Las secuelas ocultas probablemente se revelarán más tarde.
¿Por qué hay padres que golpean a quién deberían proteger?
Muchos niños maltratados ayer son los que maltratan hoy. Sin embargo, otras superaron su dolor traumático y canalizaron su energía para proteger a la infancia que sufre maltrato. Debemos considerar que la mayoría de los padres que maltratan o golpean no les gustaría hacer eso, y muchas veces describen cuánto se sienten mal después de hacer eso. De esta forma, cuando agreden, se agreden también, y si lo hacen es porque no saben otras formas de actuar y ni creen que ellas existan. Quien maltrata suele usar la violencia para imponer respeto ante su escasa capacidad establecer límites en la conducta infantil.
Este adulto olvida que está tratando con un niño. Espera que el niño piense y actúe como un adulto de 20 o 30 años, pero es incapaz de ponerse en el lugar del niño, que no entiende el motivo de las palizas.
Una exigencia excesiva causa frustración, pues muchas veces los niños no pueden cumplir con las expectativas del adulto.Expectativas que no se cumplen generan decepción, que es canalizada de manera errónea por medio de los malos tratos.Por otro lado,
algunos padres alcohólicos, dependientes químicos o adictos a los juegos ven a sus hijos como una carga pesada para la continuación de su dependencia. En estos casos, los malos tratos suelen surgir en forma de desatención de las necesidades, ya que los padres destinan sus recursos, que deberían ser para atender las necesidades de los niños, para seguir con su propio vicio.Finalmente, debemos reflexionar y ser conscientes de que, aunque la educación de los padres deba tener un papel preponderante, la sociedad tiene la responsabilidad de velar para que la educación sea siempre insertada en el marco de los derechos de los niños.