El apego es un tipo de vínculo afectivo que se desarrolla durante la infancia. Puede que no se conduzca de la manera correcta. Es decir, las necesidades que los pequeños tienen pueden no ser atendidas, resultando en patrones de apego perjudiciales. El trastorno de apego reactivo es uno de estos patrones perjudiciales. Se caracteriza por una inhibición emocional y afectiva que los niños presentan en relación a los padres o cuidadores.
Es extraño que los niños no quieran ningún tipo de contacto. Pueden alejarse de sus cuidadores como si fueran tóxicos. Estos niños no nacieron con esa actitud. Sin embargo,esto fue moldeado de acuerdo con lo que el ambiente en el cual estaban insertadas les ofreció. En estos casos, probablemente los niños estuvieron en contacto con un ambiente completamente desestructurado y tóxico para ellas. "La historia anterior del niño es lo que condiciona su manera de sentir en el mundo y lo que espera de él".
-Charo Blanco-
¿Cuál es el ambiente que favorece el trastorno de apego reactivo?
Cuando hablamos de trastorno de apego reactivo, nos estamos refiriendo a un contexto que no atiende a las necesidades básicas de los niños
. Estas necesidades incluyen seguridad, protección y contacto saludables con otras personas. Además, por supuesto, de comer, dormir, no sufrir dolor, etc. Por ejemplo, padres que no cuidan a sus hijos cuando están llorando por el hambre o el frío "desactivarán", de alguna forma, el principal signo de solicitud que los niños tienen.Como podemos ver,
cuando las demandas más básicas del niño no son atendidas, ella desarrolla una actitud de no gastar energía llorando.Esto aumenta las posibilidades de supervivencia en el medio ambiente en que necesita vivir. Sin embargo, ¿cuáles son las otras situaciones que pueden desencadenar ese trastorno? Cuidadores con pocas habilidades parentales
- : no están preparados o seguros. Ellos no saben lo que tienen que hacer, ni buscan formación adecuada o adquirir más conocimiento. Ellos se contentan con lo que piensan saber instintivamente.Cuidadores que no expresan sus sentimientos
- : nadie les enseñó a expresar sus emociones. Además, debido a experiencias traumáticas, pueden hacer lo contrario, ocultar los sentimientos dentro de sí. La consecuencia es que no saben cómo expresar su cariño y el amor que sienten por sus hijos. Por eso, el niño crece con esa falta.Violencia física o psicológica:
- se trata de violencia en la relación de los cuidadores con el niño, desde la violencia física contra el propio niño hasta, incluso, el abuso sexual. Niños huérfanos
- : pasar por muchos cuidadores diferentes o ser criado en un orfanato puede significar que las necesidades del niño no se adecuen adecuadamente. De esta forma, la inseguridad y los sentimientos de abandono son amplificados.Los niños con trastorno de apego reactivo evitan cualquier contacto con sus cuidadores y son incapaces de expresar sentimientos y emociones positivas o los expresan muy poco. En general, no se dirigen a nadie cuando sienten dolor, miedo o inquietud. Sin embargo, estas situaciones les suceden mucho.
CompartirLos niños que desarrollan el trastorno de apego reactivo, causado por ambientes como los ya descritos, evitan el contacto con sus padres o cuidadores. Después de todo, ellos aprendieron que no importa cuánto pidan, nadie nunca entiende lo que necesitan. Además, la falta de cariño e incluso de contacto físico hace difícil expresar las emociones y sentimientos. De alguna forma, esos niños se vuelven autosuficientes y rechazan a aquellos que las perjudicaron. No hay vínculo. Ellos no se sintieron valorados. Por lo tanto,
desarrollan el trastorno de apego reactivo como una estrategia para adaptarse al medio en el que vivieron.De vuelta a los orígenes: la construcción de un buen apego
Con todo esto, surge una cuestión. Una vez que todo lo que nos sucede en la niñez marca tanto, es posible que el trastorno de apego reactivo tenga alguna solución? La respuesta es "sí", pero
el enfoque es muy complejo, ya que es necesario involucrar a diferentes profesionales. Un especialista en psicología no es suficiente. Por lo tanto, también es aconsejable incluir a un médico y un asistente social. Además, la propia forma de educación y la modificación del medio ambiente también interfieren en el plan de intervención.El padre, la madre, el tutor legal o cuidador tienen que asumir la responsabilidad de un proceso que llevará tiempo. Sin embargo, el resultado puede ser muy exitoso. Lo que se debe buscar es la construcción de un vínculo fuerte y seguro. Para ello,
será importante trabajar la autoestima del niño y varias habilidades sociales.Muchos pueden preguntar si esta condición es realmente resuelta o el niño sólo aprende a comunicarse efectivamente con una serie de herramientas que funcionan para usted. ¿El niño realmente establece algún vínculo sólido? ¿O su progreso es aparente apenas debido a las habilidades que adquirió?
En ese sentido,
la terapia cognitivo-conductual proporciona una estrategia orientada a la reestructuración cognitiva. Esta estrategia demostró ser capaz de alterar las cogniciones disfuncionales que están afectando el establecimiento de vínculos saludables. Se trata de una posibilidad muy alentadora, especialmente para todos los niños que vivieron en familias quebradas y, por lo tanto, sufren el trastorno de apego reactivo."El niño necesita tiempo para aprender a confiar en la accesibilidad y disponibilidad de su cuidador y, por lo tanto, sentirse confiado en él."- Anónimo -
La creación de un hijo es un elemento muy importante cuya responsabilidad incumbe a los padres o responsables. Los pequeños no son objetos, son personas que aprender con sus primeras relaciones. A partir de eso, ellos tenderán a replicar el mismo patrón de interacción en el futuro.
Esforzarse para hacer lo mejor. Entrenar, pedir apoyo y ayuda nos permite atender todas las necesidades de los niños, evitando así que ellas desarrollen, en ese caso, el trastorno de apego reactivo.