Consultar a un psicólogo

No se engañe. Tomar la decisión de ir a un psicólogo no es tan simple como pagar la cuenta de luz. En teoría, estamos en tiempos de apertura mental y liberación de prejuicios, pero cuando es con nosotros, es diferente. "Fulano va en el psicólogo", dicen algunos en voz baja. A partir de ahí el "fulano" será blanco de miradas cariñosas o desconfiadas. "No es para tanto. "Yo resuelvo mis propios problemas solo", dirá alguien. "¡Coito!", Dirán otros. "Incluso había reparado algo extraño en él ...", pensarán los más desconfiados.

Para completar, no es de despreciar el número de personas que siente verdadera aversión a los psicólogos. Muchos piensan que los psicólogos son aprendices de brujos que te dan consejos obvios y cobran por perder tiempo contigo. Dicen que venden aire para que usted aprenda que el agua se moja.

¿Cuándo se debe consultar a un psicólogo?

Es difícil separarse de la opinión de los demás y tomar la propia decisión de consultar a un psicólogo. Generalmente esto ocurre en una crisis fuerte, cuando usted se da cuenta de que si no hace algo, se va a hundirse. No es necesario esperar hasta llegar a una situación extrema para tomar la sana y sabia decisión de pedir ayuda.

Éstas son algunas de las condiciones que hacen necesaria una intervención psicológica en su vida:

* Cuando usted siente que perdió las esperanzas.

* Cuando usted sufre y no puede identificar uno por qué concreto.

Cuando el conflicto, o la agresión, o la dependencia son el fundamento de su relación con las personas, incluso si usted piensa que son ellos que generan el problema. Cuando la angustia y el miedo inespecífico son el pan nuestro de cada día.

* Cuando su expresión favorita es: "

Estoy de saco lleno".De hecho, si pasó por su cabeza consultar a un psicólogo, simplemente hágalo. Incluso si lo que está ocurriendo no parece ser grave.

Lo peor que puede sucederle es vivir una nueva experiencia que puede, o no, ser lo que usted busca. Lo que usted debe tener en cuenta

Un psicólogo no es un nuevo mejor amigo.

Se trata de un profesional entrenado para ayudarle a reorganizar sus ideas y sus sentimientos, de modo que sufra menos y tenga una vida más armónica. El resultado de una intervención psicológica no es la felicidad plena. Lo que un profesional de la salud puede hacer por usted es proporcionarle herramientas para que usted aborde sus problemas y conflictos con mayor asertividad. Esto, evidentemente, mejorará su calidad de vida, pero no lo inmunizará contra el sufrimiento o la confusión.

No todos los psicólogos son iguales. Hay aquellos más directos, que construyen con usted soluciones puntuales para el asunto que lo llevó a la consulta y optan por una terapia más breve.

Otros intentarán ir más allá y no sólo trabajarán el problema que le molesta aquí y ahora, pero también abordarán el contexto de su vida. Otros lo llevarán a buscar las fuerzas inconscientes que operan en lo más profundo de su ser, empezando un largo proceso. Es importante que usted busque antes de elegir el tipo de intervención que desea. También debe estar seguro de consultar a un profesional idóneo y preguntar abiertamente sobre su enfoque y su metodología de trabajo.

Tal vez le parezca antipático la cuestión del tiempo y del dinero.

No es fácil acostumbrarse a desviar el corazón herido frente a alguien que en cualquier momento le dice "Acabó su tiempo" y luego le cobra. En el comienzo da ganas de llorar. Con el tiempo, usted entenderá que buena parte de su curación depende de estos dos factores: reservar un momento para la terapia y quedarse libre de lazos con el psicólogo, pagándole por su trabajo. Foto: Danilo Urbina