El síndrome de Tinderella parte de la unión de dos términos: Tinder y Cenicienta. La psicología decidió dar nombre a las personas que se limitan a disfrutar de la fase de coqueteo que les proporciona ese tipo de aplicaciones, pero sin nunca llegar a concretar un encuentro. De esta forma, cuando se cansan, acaban accionando el modo "fantasma", o sea, desaparecen sin dar explicaciones ...
Algo que la mayoría de nosotros sabe es que el amor, en tiempos de internet, pone en marcha nuevas prácticas y dinámicas que no pasan desapercibidos por psicólogos, sociólogos y antropólogos. Por lo tanto, son necesarias nuevas etiquetas, nuevos nombres para dar forma a otros patrones de comportamiento que, obviamente, no ocurrían en generaciones anteriores. El síndrome de Tinderella nace de la unión de Tinder y Cenicienta y representa a las personas que prefieren el flirte establecido a través del WhatsApp, pero sin dar el paso de concretar un encuentro.
CompartirEl hecho de que esto suceda no es ni bueno ni mal, es simplemente diferente. Ahora tenemos más posibilidades de conocer gente y de ser aún más selectivos a la hora de buscar un socio.
Seleccionamos perfiles, hacemos búsquedas, comparamos y hacemos selecciones más o menos meditadas para aguardar el tan esperado "match" con el que pasar poco después a una nueva etapa, en la que empezamos a comunicarnos con aquella persona que llamó nuestra atención.Para muchos, es poco más que una comercialización divertida . Estas aplicaciones para chupar nos ofrecen la oportunidad de separar el amor del sexo y quedarse con el último si eso nos gusta. También podemos continuar con nuestros esfuerzos para encontrar una relación duradera, que en algunos casos sucede. En realidad, la mayoría de nosotros conocemos historias hermosas que comenzaron de esa manera. Sin embargo, en los últimos años, psicólogas como Jenny Stallard y Emma Kenny observaron otro tipo de dinámica que quisieron hacer visible a través de un nombre muy marcado: las tinderelas.
Son personas que nunca llegan a marcar un encuentro físico, perfiles que disfrutan sólo del simple coqueteo y de la intimidad establecida a través de los canales virtuales ...Síndrome de Tinderela, el placer de coquetear con alguien que no voy a conocer
Parece una gran contradicción y, , sin embargo, sucede mucho más de lo que pensamos. ¿Por qué inscribirse en una aplicación para coquetear o encontrar un socio si al final no desea encontrar a esa persona cara a cara? Básicamente, porque esta fase inicial llena de novedades, descubrimientos, contraste de intereses y conversaciones a la medianoche es más que suficiente y satisfactoria para algunos / algunas. Ahora, al síndrome de Tinderella se añade un elemento aún más interesante:
es común que los "tinderelos" flirten con varias personas al mismo tiempo
y que continuamente busquen nuevas opciones, nuevos socios que sustituir a los demás cuando decidan "desaparecer" sin dar una explicación. Veamos abajo más características que definen ese tipo de comportamiento.
El proceso de búsqueda y selección de parejas a través de aplicaciones de flirteo es más estimulante que conocer a las personas de forma física y cara a cara. En la vida real, los tinderelos a menudo carecen de habilidades sociales. Por lo general son fascinantes y muy interesantes en el universo "en línea", hasta el punto de generar grandes expectativas en los socios potenciales que esperan un encuentro "offline" que, obviamente, nunca sucede.
En general, los ladrones pierden rápidamente el interés por esas personas. Ellos acaban accionando el modo "fantasma" de un día para otro sin dar explicaciones, pero dejando atrás falsas promesas.
- El amor en tiempos de Tinder. Nosotros dijimos al principio: el amor en tiempos de Internet, y específicamente en la era de Tinder, trajo a luz nuevos desafíos para muchos psicólogos. Por más impresionante que pueda parecer para nosotros, hay personas que se ven en la obligación de dar forma a un luto por una relación que nunca sucedió. Son relaciones fantasmas e infructuosas que ocurren después de haberse pasado un cierto tiempo "conversando" o compartiendo confidencias, planes y sueños con otras personas que no llegaron a conocer físicamente. Sin embargo, las expectativas para esa relación eran tan altas que después de la desaparición "online" del otro miembro, el sufrimiento es tremendo.
- Todo esto está sucediendo en este mismo instante y es una realidad evidente. Ahora, el problema en sí no está en la persona víctima del modo fantasma, en absoluto.Después del síndrome de Tinderella esa personalidad queda indecisa e insegura, con fobia social tal vez o con una visión inmadura de lo que son las relaciones humanas.
- El hecho de tener 5 o 20 "pretendientes" en el Tinder o la visión de tener en su WhatsApp decenas de conversaciones en las que sumergirse para coquetear, seducir o despertar falsas ilusiones es un incentivo muy tentador para muchas de esas personas. Son refuerzos positivos donde no hay obligación, donde el juego de seducción es constante sin la necesidad de consolidar cualquier otra cosa.
El tinderelo o tinderel vivirá eternamente en la ilusión de un amor infantil, dejando innumerables víctimas en su camino.
Una realidad más para tener en cuenta en una sociedad compleja y siempre cambiante ...