Hace tiempo, se sabe que esta práctica trae efectos favorables para la salud psicológica de las personas, pues disminuye los niveles de ansiedad, ayuda en la concentración y trae beneficios similares a los del sueño. Pero ahora, además de los beneficios ya citados, se ha descubierto que las personas que meditan regularmente hace algunos años, desarrollan una capa más gruesa de células en la corteza cerebral. Los neurocientistas observaron que la corteza cerebral de estas personas desarrolló más conexiones entre las neuronas que las realizadas en cerebros de personas que no meditaron en sus vidas y que, cuanto más tiempo practicando esa actividad, mayor es la cantidad de sinapsis (comunicación entre células cerebrales) realizadas.Descubrimientos sorprendentes
Esta investigación está muy relacionada con otras sobre la plasticidad cerebral.Hace más de una década se pensaba que las células cerebrales que morían eran incapaces de ser reemplazadas, tal como hacen algunas células de otras partes del cuerpo.
El resultado de esta situación era que cuando una zona cerebral estaba dañada, quedaba así para siempre y no había cómo restablecer las funciones perdidas debido al daño. Por ejemplo, una persona que llevaba un golpe en la cabeza y perdía la visión, estaba condenada a permanecer ciega. Lo mismo ocurría con la memoria y otras funciones. Los análisis neurocientíficos actuales demostraron que el cerebro es más "plástico" de lo que se pensaba, que es posible restablecer la comunicación entre las neuronas, incluso si alguno de ellos muere, lo que facilita la restitución de capacidades que se creía estar perdidas para siempre. La meditación, según los neurocientistas, es un mecanismo que puede generar intercambios de información entre células que antes no ocurrían y que, físicamente, se manifiesta en el engrosamiento de la corteza cerebral y en los pliegues que se forman en este órgano.
El estudioLos investigadores de la UCLA reclutaron, en varios lugares donde se practicaba la meditación, 49 personas que meditaban hace al menos 20 años. Estas personas pasaron por resonancias magnéticas de sus cerebros. Por otro lado, a partir de una base de datos de resonancias, eligieron otros 16 individuos del mismo sexo, edad y que fueran diestros o zurdos, con las mismas características de aquellos que meditaban.El resultado más impresionante del estudio fue observar que, cuanto más tiempo el individuo había practicado meditación, más relaciones neurales generaba, y eso era muy perceptible contra los individuos que nunca habían practicado la meditación.
Las áreas en las cuales más neuronas fueron generadas tienen que ver con las siguientes funciones mentales del cerebro: pensamiento, memoria, juicio y decisión. Sin duda, la ciencia se está acercando cada vez más a desentrañar los enigmas sobre la práctica de la meditación.