Dentro de nuestras cabezas existe una figura muy negativa, un crítico que nos va diciendo lo que necesitamos o no necesitamos hacer y cómo debemos comportarnos. Y es diabinho interior en los azucrinas, crea presión, daña nuestra propia autoestima, ya pesar de ser bastante inconveniente e indeseable, al final de cuentas sucumbimos a su charla y acabamos considerando sus mensajes. Por otra parte, está el Grillo hablante, esa voz que nos impulsa, que nos dice que es posible, que debemos salir a la calle, que no todo es tan dramático, que la vida es bella.CompartirEl hecho de que usted oye a uno u otro depende únicamente de cuál de ellos elegimos para guiar nuestro día a día.
La realidad es que tanto el diablo como el Grillo hablante son frutos de nuestra propia mente que nosotros mismos creamos. Entonces, como son producto exclusivo de nuestra mente, somos los únicos dueños de ambas voces; una cosa muy buena porque entonces tenemos la libertad de elegir cuál seguir sin que nada ni nadie pueda entrometerse.Elegimos nuestros pensamientos independientemente de la situación en la que nos encontramos. Podemos tomar el camino del negativismo, del catastrofismo o del miedo; o elegir el camino de la alegría, la calma y el optimismo.
El lenguaje del diablo interior Usted reconocerá el diabólico interior cuando, en una determinada situación,
él comienza a susurrar frases en forma de pregunta que envuelven temor
: "¿Y si mi mujer tiene un accidente de tránsito por mi culpa?" Palabras y frases exageradas como "insoportable", "terrible", "qué azar tengo", "no sirvo para nada", etc.
Su lenguaje es tan negativo que, si usted cree en lo que dice, empezará a sentirse triste, ansioso, con rabia ... Sus emociones dejar de ser funcionales: no servir para resolver el problema que usted tiene delante. Sin embargo, servir para hundirlo aún más y para que el diablo interior continúe hablando con más propiedad.Cuanto más oídos te dé, más engordará; cuanto más engordar, más fuerza tendrá para hablar. Además, ese diablo es muy persuasivo. Puede convencerlo con gran facilidad pues ya tiene mucho tiempo dentro de usted y sabe qué decir para que, al fin de cuentas, usted elija lo que él quiere.
Compartir Pero, ¿por qué tiene tanto interés en perseguirme? Usted se equivoca. La verdad es que no quiere perseguirte. En el fondo, ese diablo quiere protegerte, pero se confunde de la manera
, no escoge el momento adecuado, está desfasado. Sus reacciones son desproporcionadas y fuera de hora.Este diablo le habría servido en muchas circunstancias de su vida. ¿Qué habríamos hecho sin él cuando, en el tiempo de las cuevas, la bestia nos perseguía para matarnos? En esas horas era necesario que el diablo se encendiera en forma de alarma, nos ayudara a encontrar ese estrés tan necesario para preservar la vida.
Pero el diablo actual pasó de la cuenta, no entiende que las fieras ya no pasean por nuestras calles, y que lo que él considera fieras no lo son. No hay que temer. CompartirEl diablo, además, se acabó adaptándose a lo que los humanos creamos como el "debe ser" y él lo repite todos los días. Entonces, nos provoca una buena dosis de sufrimiento: tristeza, presiones, rabia ... emociones que no tendrían por qué estar presentes con tanta necesidad en muchos momentos.
Ignorar el diabinho interior y sentirse libre
Para llegar al punto de sentir emociones negativas pero sanas, que nos ayuden a resolver problemas, es necesario comenzar a ignorar esa voz crítica.Observe sin juzgar lo que el diablo diga.
Incluso si usted no tiene gusto de lo que él dice, no intente decirle para irse. Déjelo allí y él solo, cuando percibá que usted no está ni allí para él, acabará yendo.
Ría y juegue con él.
Si te detengas a pensar, es fácil acabar jugando con él, ya que es tan exagerado e irreal que podemos incluso reír de las barbaridades que acaba diciendo. Reduzca al absurdo todos estos pensamientos y usted se habrá hecho a sí mismo una sesión de risoterapia. Tenga un objetivo y siga a pesar de lo que él dice. "Usted no puede", "No sirve para ese trabajo", "La gente va a reírse de usted", "Usted no va a encontrar a nadie como él", "Usted no es atractivo, nadie va a contratar a usted" ... y continúa, y continúa. Estas serían algunas de las perlas que ese diablo puede soltar, haciendo que usted abandone sus intenciones. No dejes que esto suceda. Para romper el círculo y conseguir callarlo, la sugerencia es actuar sin darte atención, decir lo que él diga.
- Pregunte. Como sus palabras no están basadas en la verdad, es fácil desarmar todo lo que él dice. Usted sólo tiene que hacerle preguntas dirigidas a encontrar la veracidad de todos sus argumentos, y verá que sus argumentos son falsos; basados en creencias subjetivas pero nunca, en los cinco sentidos, en el aquí y ahora, en la realidad.
- Por suerte, así como podemos hacer que la fuerza del diablo crezca, también podemos educarle para que sus mensajes tengan un impacto que esté en sincronía con las demandas reales de nuestro propio entorno. Conseguir esto significa que si realmente aparece una fiera, nos dará una gran cantidad de activación para garantizar nuestra propia supervivencia, y que si no aparece, se mantendrá tranquilo.