Suicidio: factores de riesgo y factores de protección

¿Por qué el suicidio se ha convertido en un tema olvidado del que nadie habla? ¿De qué manera se convirtió en un tabú? Si queremos resolver un problema, el primer paso es recopilar información suficiente sobre el mismo. De lo contrario, la solución que creamos no será eficaz y los esfuerzos han sido inútiles.

Por lo tanto, es importante identificar los factores de riesgo asociados al comportamiento suicida, tanto individualmente como a nivel ambiental. Igualmente importante es identificar los factores de protección que pueden ayudar a evitarlo o reducirlo. De esta forma, será más fácil saber lo que está pasando y qué podemos hacer al respecto. Suicidio: uno de los más serios problemas sociales

Según la OMS, el suicidio está entre las primeras quince causas de muerte en el mundo, y es la principal causa de muerte violenta.

Este es un problema de salud pública prioritario, ya que más de un millón de personas cometen suicidio al año en todo el mundo. Estas cifras están aumentando en los últimos años y, además, se estima que seguirán creciendo pronto. Las consecuencias que esto tienen sobre la calidad de vida de la población no son pocas, principalmente debido al impacto psicológico y social que recae sobre las personas más cercanas. Estos son profundamente afectados emocionalmente, socialmente y económicamente. Por lo tanto, se considera cada vez más importante estudiar e identificar los factores asociados a este comportamiento para crear programas de prevención e intervención.

Se destaca de manera especial si analizamos las causas de muerte en la población adolescente, ya que el suicidio es una de las tres principales causas de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años.

¿Qué podemos hacer para evitar comportamientos suicidas?Si desea iniciar medidas preventivas en relación con el suicidio,

la primera cosa a hacer es estudiar los factores de riesgo y protección. Identificarlos puede darnos pistas sobre cómo y cuándo intervenir. Sin embargo, no todo el peso recae sobre estos factores. También tiene mucha influencia la forma en que el paciente está, en qué situación de su vida se encuentra y qué eventos estresantes de la vida pueden desencadenar comportamientos suicidas. Los trastornos mentales se consideran uno de los factores de riesgo más importantes y prevalentes para el suicidio

. Es por eso que una atención especial se ha dedicado a este aspecto en muchos estudios que se han realizado a lo largo del tiempo sobre este tema. Estos trastornos incluyen trastorno bipolar, depresión y trastornos psicóticos (por ejemplo, la esquizofrenia). En cuanto a otros factores de riesgo, se puede destacar lo siguiente:

Intentos anteriores de suicidio. Historia familiar de comportamiento suicida. Eventos de vida estresantes: divorcio, dificultades económicas, etc.

Soporte socio-familiar inadecuado o inexistente.A pesar de lo expuesto anteriormente, no debemos olvidar que

  • también existen factores de protección.
  • Los factores de protección se definen como aquellos factores que disminuyen la probabilidad de llevar adelante el suicidio, incluso cuando varios factores de riesgo están presentes. Dentro de estos factores de protección están:
  • Habilidad para las relaciones sociales.
  • Confianza en sí mismo.

Tener hijos. Soporte socio-familiar de calidad. Una buena opción para evitar el suicidio

  • Podemos concluir que el suicidio es más que un conjunto de factores individuales.
  • Así, un trastorno mental no causa el suicidio por sí solo, el ambiente circundante también tiene mucho que ver con eso.
  • De la misma forma, existen factores de protección tanto a nivel personal como a nivel ambiental. Eso es siempre positivo.
  • Cuanto más factores de protección estén en una persona con un cierto riesgo de desarrollar un comportamiento suicida, más fácil será intervenir o prevenir este comportamiento en la persona.

Todas las opciones anteriores abren el camino para que la tendencia actual se vuelva. Por lo tanto, una buena opción sería trazar programas de prevención dirigidos a personas que, por su situación, encajan en el perfil. Todo ello sin olvidar reforzar los factores de protección que ya existen, por escasos que sean.