El cuerpo habla a través del dolor y de la enfermedad

Estar en conexión con nosotros mismos es entender las señales que nuestro organismo nos envía. El cuerpo habla con nosotros a través del dolor, de la enfermedad y, por supuesto, de la salud en general. Como nos sentimos físicamente es una señal de cómo estamos psicológicamente la mayoría de las veces. En el ritmo de nuestra vida diaria, esa conexión va debilitándose progresivamente y dejamos de entender por qué las cosas suceden con nosotros, sin saber cómo recuperar el equilibrio. Poco a poco, perdemos la habilidad de interpretarnos. Por eso, cuando el dolor y la enfermedad entran en escena, es importante saber lo que nos están diciendo

para descubrir cuál es el camino de regreso a la salud y el bienestar. La enfermedad, un camino para la salud Entender la enfermedad y el dolor significa poder interpretarlas y asignarles un sentido para comprender el origen de ese desequilibrio y recuperar la conexión con nosotros mismos.

La enfermedad es el medio por el cual el cuerpo habla con nosotros y nos dice que algo no está bien, pidiendo cambiar algo. De hecho, nos obliga a cambiar el ritmo de nuestra vida y nos impide continuar a la misma velocidad que estábamos hasta ese momento, imponiendo un cambio en la dirección de la salud.

Cuando nos enfermamos, sólo nos queda empezar a cuidar de nosotros mismos. Pero no cuidando sólo los aspectos físicos, cuidando también los emocionales, los psicológicos y los espirituales.

"Mantener el cuerpo con buena salud es un deber, de lo contrario no seremos capaces de mantener nuestro cuerpo y nuestra mente fuertes."-Buda-

La pérdida de equilibrio

La vida, en esencia, es equilibrio, armonía y salud.
La enfermedad nos dice que ese equilibrio se ha deshecho y que necesitamos recuperarlo, buscando el camino del cambio para intentar mejorar nuestra situación y encontrar en la medida de lo posible una forma de equilibrarnos.

Si la forma de vida que habíamos llevado a la enfermedad, un cambio a ese ritmo puede ser uno de los caminos para retomar el equilibrio perdido. Aunque desafortunadamente no siempre es posible. "La belleza de la naturaleza y la belleza del ambiente cultural creado por el ser humano son, evidentemente, ambos necesarios para mantener la salud del alma y del espíritu del ser humano."

-Konrad Lorenz- Uno de los problemas que aumenta esa indiferencia en la relación con lo que sucede con nosotros es la forma de vida que llevamos. Así, el mayor cobro del estrés y la prisa en que vivimos causan una desconexión con nuestro interior.

Cuando eso sucede, dejamos de atender los pedidos del cuerpo y de la mente, llevándolos al límite y estirando la cuerda al máximo ... hasta, a veces, llegar al rompimiento.

"Su cuerpo escucha todo lo que su mente dice."
-Naomi Judd-

El cuerpo habla, pero muchas veces no escuchamos Mucho antes de la aparición de la enfermedad, nuestro cuerpo envía señales de alerta en forma de síntomas, dolores, sensaciones de malestar o debilidades. Sin embargo, debido a la desconexión con nuestro interior y con nuestro cuerpo, no supimos dar voz ni significado a esas señales, ignorando su importancia. Sin embargo, estas señales son muy importantes para evitar la enfermedad o, al menos, para disminuir su intensidad y saber tratar los síntomas en la medida de lo posible para que no vuelvan a aparecer. No escuchar estas señales puede significar un agravamiento y los primeros pasos hacia el desequilibrio de nuestra salud.

Cualquier enfermedad es un proceso y, como tal, sabemos que va a constituirse a lo largo del tiempo ... Un tiempo en el que podemos ganar algunos minutos de ventaja si, al menos, prestamos atención. De esta manera, podemos cambiar nuestros hábitos o buscar un especialista adecuado.
El cuerpo habla. Cada sensación, incomodidad, dolor o enfermedad nos pide un cambio o, al menos, la toma de conciencia de todo aquello que perjudica nuestro bienestar y, por lo tanto, nuestra salud.

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Cuidar de nuestro cuerpo, cuidar de nuestra vida Como vemos, es importante saber escuchar cada síntoma o cada incómodo que pueda aparecer, porque tienen mucho que decir. Además, es importante saber interpretarlos para encontrar un significado, sea solo cuando sea algún síntoma leve o con la ayuda de un profesional especializado. Y, en último lugar, cambiar lo que afecta el buen funcionamiento de nuestro organismo en la medida de lo posible.

Existen muchas enfermedades que se originan en hábitos inadecuados que van adquiriendo a lo largo de nuestra vida, como una mala alimentación, hábitos desregulados de sueño o de momentos de descanso o, aún, posturas corporales inadecuadas, ocasionadas a veces por el ámbito social en que estamos insertos. Nuestro cuerpo también percibe cuando vivimos sometidos a mucho estrés, vicios o excesos, como pueden ser, por ejemplo, nuestros horarios de trabajo.

Si queremos mantener el equilibrio, vamos a cuidar de nuestro cuerpo y, consecuentemente, de nuestra vida.

Porque, aunque existen situaciones que desafortunadamente huyen de nuestro control, hay muchas otras en las que podemos intervenir para vivir mejor. Vamos a buscar tener hábitos saludables y mantenerse conectados a nuestras necesidades personales. Nuestra salud agradece.