A veces la distancia es medida en kilómetros, y a veces la distancia no es cuestión de alejamiento corporal, sino de almas. Puedo estar cerca y sentirlo lejos, puedo estar tocándolo y, sin embargo, sentir que usted no está a mi lado. La distancia es una enemiga de cualquier relación, que va creando puentes cada vez más difíciles de cruzar y, sobre todo, va robando la voluntad de querer atravesarlas. Creamos estos puentes, y por eso tenemos la misma responsabilidad al construirlos que al derribarlos.
No es cuestión de ver todos los días, no es cuestión de precisar el contacto permanente con el otro para estar cerca, sino de la conexión y complicidad para crear la magia de no necesitar estar cerca para sentirse unido. El sentimiento que es consecuencia de eso, pero que a veces también puede ser la causa, es la nostalgia. Pero, realmente sentimos la falta de la persona? "Siento su falta y la nostalgia no cabe en mi pecho. Su ausencia recorre mi cuerpo y cada rincón de la casa tiene su olor.
-Alejandro Separar-
Tener nostalgia de los recuerdos es sentir nostalgia por una parte del camino que decimos. Una porción que ahora forma parte de nosotros en nuestra mente, pero sentir la falta de la gente es querer permanecer y no dejar que se acabe este trayecto. Así que, cuando nos sentimos añoranza de alguien, luchamos para permanecer juntos a ella.
Relaciones a distancia Las relaciones con kilómetros de distancia dificultan el intercambio, independientemente de ser amorosas, de amistad o familiares. Por eso
tenemos que hacer un esfuerzo "extra" para acortar el camino y acercar las almas.
La voluntad y la pasión que surgen después de un período sin verse pueden ser puntos a favor, aprovechar al máximo cada segundo que están juntos ayudará a crear más lazos y fortalecer la unión. Permanecer lejos y tener sólo la oportunidad de conversar, sin el contacto físico, es un desafío para la comunicación y la intimidad dentro de las relaciones, como demuestra el estudio realizado por la investigadora Crystal Jiang de la Universidad de Hong Kong y el profesor Jeffrey Hancock de la Universidad Cornell, en los Estados Unidos. Así, trabajar las relaciones a distancia es una tarea de cada uno
(lo que no significa que los involucrados tengan que hacerlo por separado). Es necesario esforzarse para hacer que, aunque el tiempo pase, en el momento en que ambos se encuentren sientan que permanecieron juntos todos los días, tal vez no físicamente, sino mentalmente. Aprovechar las oportunidades que aparecen Cada vez más es normal conocer parejas que viven separadas, familias que han tenido que distanciarse o amigos que no viven más en la misma ciudad. Dejar que la distancia ejerza sus fuerzas y darnos por vencido y perder el contacto no es una de las opciones que debemos tener en mente.
Será necesario mejorar la comunicación
, aprovechando todas las oportunidades de que disponemos para acortar kilómetros, como videochamadas, conversaciones inmediatas por mensajes, etc. La tecnología avanza a pasos gigantes, y puede transformarse en una gran aliada para sentirnos cerca incluso cuando estamos lejos.
La confianza en el otro nos dará la oportunidad de permanecer serenos ante las adversidades, y va a constituir un gran punto de apoyo para saber esperar y valorar aquello con lo que contamos. La voluntad de abrazar al otro después de un tiempo, de idealizar y desear permanecer con la persona, cuán hermoso es sentir nostalgia cuando se está lejos, son cosas que a veces perdemos en el día a día y para las cuales la distancia puede abrirnos los ojos. "No te olvides de cuidar de ella si mañana, en vez de verla, sólo puedes imaginarla".
-Gabriel Garcia Márquez-Aprovechamos el tiempo y la proximidad y trabajamos para acercar las almas cada día cuando la distancia es la protagonista en nuestros sentimientos. Además, es importante intentar definir una fecha de validez para esta distancia
, porque siempre se vive mejor con una expectativa concreta.