El adicto al sexo es capaz de cualquier cosa para saciar su obsesión, sin importarle las consecuencias que esto pueda traer. Sin embargo, esto no significa que esté satisfecho con su situación: él quiere detener su obsesión, pero no lo logra.
Sus conductas sexuales son compulsivas y muy obsesivas, difícilmente controlables ... Tal vez ahí esté el desafío más importante de esta condición: el hecho de no saber parar significa un problema mayor que tener un deseo más acentuado que otras personas. "El instinto erótico pertenece a la naturaleza original del hombre. El cerebro de un adicto al sexo es muy parecido al de un adicto a las drogas o al alcohol
, aunque no exista, una dependencia química o fisiológica similar. El camino que su pensamiento y su comportamiento toman se relaciona directamente con el trastorno obsesivo-compulsivo que los lleva a enfocar todos sus esfuerzos para conseguir más estímulos sexuales.
La actividad cerebral de la dependencia del sexo
refleja la misma actividad que la dependencia de las drogas.
La Dra. Valerie Moon, parte del equipo de investigación del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge, afirma que aún no se puede hablar de dependencia, aunque el estudio realizado con 19 hombres adultos reveló una mayor actividad cerebral en las tres regiones específicas del cerebro que coinciden con la dependencia de las drogas y del alcohol.Una dependencia de sexo puede ser evaluada en la medida en que afecta el sistema emocional de la persona
, así como su capacidad para llevar un estilo de vida totalmente normal.
Cuando esto no sucede, las sospechas también se concentran en la biología del cerebro
: en un adicto al sexo el neurotransmisor dominante es la dopamina, que se relaciona con la motivación y la retroalimentación de las recompensas.
Otros estudios recientes revelaron que existen diferencias entre el cerebro de un alcohólico y el de una persona que ingiere alcohol sin sufrir de dependencia. Los procesos químicos, el funcionamiento neurológico y la estructura cerebral son cualitativos o cuantitativamente diferentes comparando un alcohólico a un bebedor ocasional. ¿Podría ocurrir lo mismo con los adictos al sexo y las personas que llevan una vida sexual sana, más o menos activa?El adicto busca saciar su apetito sexual
porque necesita, y no porque quiere o porque disfruta del acto sexual.Compartir
Saber si su cerebro es un adicto En la Grecia antigua se distinguía el acto psicososexual placer (eros) del disfrute carnal (afrodisia) y también de las relaciones amistosas (ágape). Sin embargo, la hipersexualidad sólo se relaciona con el deseo sexual material; es decir, el sexo físico o la actividad meramente afrodisíaca.Sin embargo, una persona que disfruta de las experiencias más corporales de su sexualidad no tiene por qué ocultar una dependencia del sexo.
Sabemos que nuestro cerebro es adicto al sexo y que hay que pedir ayuda cuando están presentes los siguientes aspectos: El día a día gira en torno a pensamientos, preocupaciones y fantasías sexuales
imposibles de olvidar y que generan impulsos incontrolables a ser satisfechos . El deseo sexual es excesivo, pero la falta de control es el eje central de la dependencia.
El impulso sexual no puede ser controlado, impedido o interrumpido, incluso si esto implica graves consecuencias, peligros o agotamiento físico.La materialización de la fantasía funciona como un refuerzo de la conducta
: la búsqueda del sexo no es por disfrute y placer, sino por la necesidad fisiológica de reducir el malestar que tiene que ver con la incapacidad de controlar la dependencia.
Obedece a la repetición de conductas o comportamientos hipersexuales durante
más de 6 meses consecutivos , no se reconoce por la simple necesidad de extravasar en un momento puntual de estrés agudo.
El efecto negativo aumenta con la evolución de la dependencia
- , potenciando el sentimiento de culpa o vergüenza, destruyendo la autoestima, favoreciendo la depresión y el rechazo y trayendo consigo rupturas sentimentales, familiares y profesionales. La dependencia del sexo no es más que una válvula de escape para personas que no han sabido administrar de otro modo sus retos existenciales.
- CompartirTodavía queda mucho por descubrir
- Rory Reid, psicólogo de la UCLA, confirma que todavía hay mucho trabajo por hacer respecto al diagnóstico, clasificación y tratamiento de la hipersexualidadcuando dice que sus cerebros confirman un deseo sexual elevado en las regiones cerebrales que esperábamos, pero el estudio no nos dice si estas personas tienen una dependencia de sexo ".